Concha Velasco llegará este fin de semana al Teatro Gayarre, un escenario que la actriz conoce bien, ya que en Pamplona han recalado casi todas su giras, para representar La habitación de María, una propuesta en la que está sola sobre las tablas y que muy posiblemente será la última de su carrera. De este modo, las funciones del sábado 27 y el domingo 28 de febrero, a las 19.00 horas, servirán para que el público navarro se despida de ella.

La habitación de María está escrita por Manuel Martínez Velasco, hijo de Concha y escritor de teatro, cine y televisión. “En verano de 2019 me pidió que le escribiera un monólogo”. En ese momento, pensó “en tres películas que a los dos nos gustan mucho: Copycat, donde una detective agorafóbica tiene que salir para capturar a un criminal; La isla de Nim, en la que una escritora no puede salir de casa también por algo que le pasó, y El coloso en llamas, que cuando la vi de niño me impresionó mucho”.

Así nació este texto protagonizado por María, una autora de 80 años que ha tenido un gran éxito y ha recibido numerosos premios a lo largo de su carrera, pero que no sale de su piso desde hace 43 años “por algo que le sucedió y la dejó traumatizada”. Pero, claro, justo el día en que cumple los 80 se desata un incendio en el rascacielos de Madrid donde vive y las llamas van subiendo. “Los bomberos y otras personas le piden una y otra vez que debe salir, pero ella les dice que no puede”, indica el autor. Así, poco a poco, el personaje irá contando su historia y “tendrá que decidir si a esas alturas, después de tantos años encerrada, decide romper ese autoconfinamiento y seguir viviendo o espera a que el fuego alcance el ático”.

A pesar del planteamiento dramático de la historia, “hemos querido que el final sea vitalista, optimista y luminoso”. En concreto, “transmitimos el mensaje al público de que incluso cuando estás en tu peor momento, fíjate María, con 80 años, traumatizada y rodeada de llamas, puede llegar un golpe de suerte que te permita salir de tu cárcel interior”, explica el dramaturgo, que se documentó “mucho” sobre la agorafobia para escribir este texto.

El momento adecuado con el equipo perfecto

Además de Manuel Martínez Velasco, detrás de La habitación de María está Pentación, la productora de Jesús Cimarro, “el productor de cabecera de mi madre”, y José Carlos Plaza en la dirección. “Es el director que más la ha dirigido, esta es ya la sexta función que hacen juntos”. A esto hay que sumarle que una de las voces en off, una que encarna a un personaje clave en el encierro de la protagonista, la pone el actor de doblaje Salvador Vidal, que es la voz en castellano de Harrison Ford, Liam Neeson o Mel Gibson, “y que empezó en el teatro con mi madre, pero hacía 40 años que no habían vuelto a trabajar juntos”. Todos estos ingredientes juntos “hacen que este proyecto sea muy bonito y perfecto para ser, realmente, el último”, señala el autor.

“Pero lo dejará cuando quiera”

Después de El funeral, que también estuvo en el Gayarre, esta es la segunda obra que Manuel Martínez Velasco ha escrito para su madre. “Tiene más experiencia que nadie y hay que escuchar sus consejos para aprender de ella; además, es muy lista y muy trabajadora y para cuando a ti se te ha ocurrido algo, ella ya lo había pensado”, dice el dramaturgo, que en este caso también ha cumplido “un sueño de infancia” al conseguir que “un director al que admiro tanto como José Carlos Plaza dirija un texto mío”.

Entre los tres y Jesús Cimarro “hemos formado un buen equipo”, orientado en todo momento a cuidar a la actriz. “Ella está bien de salud. De hecho, en enero el hicimos un chequeo completo y la analítica estaba mejor que la de hace dos años; simplemente tiene los achaques propios de una persona de 81 años”, de ahí que durante la función permanezca sentada casi todo el tiempo.

La gira de la obra, que se estrenó en Donostia en agosto de 2020 y visitó varias ciudades antes de llegar a Madrid y después volver a salir, “suscitó alguna preocupación al principio, sobre todo por el tema de la pandemia, pero la verdad es que yo ahora estoy más tranquilo los fines de semana cuando sé que mi madre está en una ciudad alojada en un hotel de cinco estrellas, trasladada en un cochazo a todas partes y cuidada por personas que la acompañan en todo momento, que de lunes a viernes cuando está en casa en Madrid”. Y Martínez Velasco subraya que la cultura “es segura”. “Tanto las medidas que toma Pentación como las que adoptan todos los teatros son exigentes y cumplen con todos los requisitos de seguridad, no creo que nadie se haya contagiado yendo al cine o al teatro; el riesgo, quizá, está en irte a tomar un café a una terraza, pero no en un teatro”, insiste.

Además, y pese que la última función en Madrid “fue muy emotiva” y “es verdad que en principio sirvió para que mi madre se despidiera del público de la ciudad”, ella “lo dejará cuando quiera”. “Lo normal es que este sí sea la última obra que hace y el público debe ser consciente de ello, pero quién sabe, ella tiene mucho carácter, es la dueña de su vida y decidirá qué quiere hacer después”, continúa. Y pone algunos ejemplos de artistas mayores que siguen en la brecha: “Ahí está Clint Eastwood dirigiendo, es multimillonario y sigue; ¿por qué lo hace?, pues porque dirigir le da la vida”.

Y lo mismo le pasa a Concha Velasco. “El confinamiento para ella fue muy duro, se preguntó si todo lo que le quedaba por hacer ya era quedarse en casa viendo la tele”. Por eso, “como me dijo Jesús (Cimarro), es cierto que volver a la gira le devolvió a la vida”. “En estos tiempos en que se habla tanto de la salud física, no hay que olvidar lo importante que es la salud mental, y la salud mental de mi madre se cura cuando hace teatro. Ver la alegría y el brillo en sus ojos cuando se levanta el telón y empieza a decir su texto es impagable”, termina.

Para el público navarro, el telón de La habitación de María, seguramente la última obra de teatro de Concha Velasco, se levantará dos veces, hoy y mañana, en el Teatro Gayarre de Pamplona.