Lucía la Llanera ha salido de la cárcel tras 17 años de prisión y con la amenaza constante de acabar en el patíbulo. Bebe se ha empapado de esta mujer para darle vida. La historia comienza cuando ella y su hijo abandonan el cautiverio y se enfrentan a un mundo duro y amenazante. La actriz, y sobre todo cantante, está feliz con el personaje y dispuesta a repetir la experiencia las veces que sea necesario. Ha disfrutado del campo, del cielo abierto, de montar a caballo y de la dirección de Enrique Urbizu. El director vasco ha realizado dos postproducciones, una para salas de cine y otra, de cinco capítulos, para consumir a través de plataforma, Movistar+.

¿Por qué Bebe? Su nombre real es María Nieves.

-No es un nombre artístico, es un nombre familiar que me puso mi madre. Me guardé el de María Nieves para la intimidad, pero al final soy Bebe.

Un personaje muy fuerte el que interpreta, una luchadora nata.

-La historia comienza diecisiete años después de entrar en la cárcel, el primer día que sale tras tanto tiempo encerrada. Estando presa ha tenido a su niño. Ella era más que una bandolera, era la jefa y ha vivido siempre entre hombres. Imagínate, bandolera, presa muchos años en las cárceles de entonces€ ¡Cómo no va a ser una mujer fuerte y luchadora! Más le valía ser fuerte, si no habría muerto.

¿Cómo surgió este papel tan potente para usted?

-Como un regalo del cielo. El personaje de La Llanera aparece en mi vida sin esperarlo y en un momento en el que lo necesitaba mucho. Pensaba que era lo que necesitaba mi cuerpo, mi corazón y mi alma. Surge por sorpresa. Gracias a Rosa Estévez, directora de casting de la serie, estoy en esta historia. Me llamó una tarde y me dijo: "Acabo de leer un guion y no veo a nadie que no seas tú en este personaje".

¿Dijo sí a la primera?

-En cuanto lo leí. Yo no me había cruzado con Rosa en quince años. Fue increíble que pensara en mí para hacer Lucía la Llanera. Cuando profundizamos en el personaje y en quién era el director, me quedé sobrecogida. ¡Cómo iba a decir que no! Era un regalazo de primera y fue algo muy fuerte emocionalmente.

Sorprenderá porque si decimos Bebe, viene a la mente la cantante, no la actriz. ¿Cómo se siente?

-Claro, me siento cantante más que actriz, no es porque no me guste interpretar, que me encanta. Yo he dedicado mucho a la canción, siempre ha tenido prioridad en mi vida. No soy una actriz con técnica, eso te lo da el trabajo. Hacer Libertad ha sido empezar de nuevo como actriz, un reto; había trabajado muy poco en este campo. Es cierto que yo me vine a Madrid después de terminar COU para estudiar Arte Dramático, pero me pudo la música.

¿Le costó coger el truco a Lucía?

-Fue tan sobrecogedor que se me metió dentro. Cuando leí la primera separata del guion, entendí a la primera a esta mujer. Además, tuve como director a Enrique Urbizu, es un maestro y una no se encuentra con maestros todos los días.

¿Un director duro?

-¿Urbizu? No. Es una maravilla, lo hace todo muy fácil y consigue que te dejes llevar por el personaje. Me ha dado mucha tranquilidad. Dirige muy bien, invierte tiempo en estar con los actores y dejarnos ver qué nos piden a cada uno nuestros personajes. No quería que nos complicáramos la existencia. Como buen director que es, te potencia. Te hace sentir muy bien. Para mí ha sido una experiencia preciosa. Volvería a repetirla cuando Urbizu quisiera.

Así que dispuesta a una segunda temporada.

-No lo dudes. Sería estupendo. Un nuevo regalo. Le dije al jefe: "Haz siete temporadas más, aunque no salgan a la luz. No pasa nada. Quiero seguir siendo Lucía". He aprendido mucho y, sobre todo, es una serie grabada en el campo. El campo es un lugar mágico que te da mucho.

¿Se siente una mujer de campo?

- Lo necesito. Cuando me llegó esta serie necesitaba campo y cielo abierto. La soledad que vive Lucía te da cierta intimidad, te lleva a unos sentimientos muy profundos. Tuve también la suerte de aprender a montar a caballo con Ignacio Carreña. Es un sueño que tenía y quería cumplirlo.

También hay escuelas de hípica...

-Pero en el campo es mucho más bestia. Me ha hecho mucho bien. Lo necesitaba. Cabalgar por el campo no tiene precio.

¿No había montado un caballo?

-Sí. Me había subido a caballos y rodado videoclips a galope. Pero eso no es saber montar. He aprendido algo y me falta mucho todavía. Quiero seguir. Me gustaría estar mucho rato montando y rodando con un caballo por el campo.

¿Se identifica con La Llanera?

-No en sus vivencias, claro. Pero es una mujer que lucha por lo que le importa. En eso sí que me identifico. Me gusta ir a por lo que quiero. Lucía, mi personaje, vive momentos muy duros, ha tenido un hijo en la cárcel y tiene que reconstruir su vida cuando sale de prisión. Vive en un mundo de hombres y eso en el siglo XIX es estar siempre en el ojo del huracán.

¿Aparca el mundo de la música?

-Para nada. Eso nunca. Ahora estoy haciendo un álbum. Paso muchas horas en el estudio. Ya he comentado que soy más cantante que actriz.

Pero ¿le gustaría seguir probando suerte en la interpretación?

-Si la interpretación me da personajes como el de Lucía en Libertad, no lo dudes. Pero no voy a dejar la música. Cantar es lo que más he hecho en mi vida y voy a continuar haciéndolo.

¿Va a continuar con su estilo?

-No lo sé. Pero ¿cuál es mi estilo? No sé definirlo. Lo que sí puedo decir es que me está costando, todo esto que vivimos me está alterando. Tenía una idea al principio y se me han quitado las ganas. Hay bastantes canciones trabajadas y adelantadas. Habrá una parte más orgánica y que quizá se diferencie de lo que he hecho hasta ahora.

¿Tanto ha afectado a su creatividad esta pandemia?

-En lo creativo sí. En lo personal también. No pienso en que hay menos conciertos, hay gente mucho peor que yo. Me afecta mucho a nivel personal. Esta pandemia está siendo muy fuerte, es una barbaridad. Afecta también a mis trabajos porque no consigo concentrarme. No he estado nada inspirada.

Hay colegas que dicen que la situación ha acentuado su inspiración.

-Es posible. Yo no podía concentrarme viendo y escuchando todos los dramas que hemos vivido, que estamos viviendo a diario. He tenido que hacer un esfuerzo para gestionar las emociones y las sensaciones. Tenía mucho material escrito de antes y pensaba que al terminar la serie y tras dos semanas de descanso, me iba a poner con el álbum y lo terminaría enseguida.

Y no fue así, ¿no?

-No. Seguro que en cuanto me meta a tope en el estudio me concentraré más, en casa ha sido difícil. Tenía mucha tristeza dentro. La sigo teniendo, esto no parece que acabe tan fácil.

Recuperaremos parte de lo que hemos dejado atrás...

-¿Qué recuperaremos? Hay cosas que creo que no vamos a volver a tener. Hay gente que no va a recuperarse, mucha gente que no va a estar presente cuando la pandemia termine.

¿Pesimista?

-Nunca lo he sido. No me preocupa que haya conciertos o no, ya me ha ocurrido y he salido adelante. Pero hay gente que no va a poder, no va a salir. Hay cosas que no se van a recuperar por mucho que queramos verlo así.

"Enrique Urbizu es un maestro y una no se encuentra con maestros todos los días"

"Creo que hay cosas que no tendremos y gente que no va a recuperarse, que no estará cuando la pandemia termine"