La artista Pilar Yanguas Atienza (Castejón, 1986) reconoce que la creatividad le dio la vida durante el confinamiento y que, conforme experimentaba, su necesidad de crear iba en aumento. El fruto de esa inspiración desatada es el proyecto que presenta en el patio de la UNED de Tudela hasta el 30 de marzo.

Para Pilar Yanguas, la importancia de la exposición, titulada La experimentación y creatividad como fuente de energía en tiempos de covid, "no está tanto en la calidad de los trabajos como en lo que ha supuesto para mí a nivel artístico", ya que, según expresa a Efe, su finalidad "es mostrar cómo la creatividad sirve como experiencia y como terapia en tiempos complejos". Su objetivo es que el espectador imagine las emociones que lleva en su interior y que no desea esconder ni reprimir. La obra de esta castejonera de 35 años, conocida artísticamente por su marca personal Pilarcho Art, es una definición de la experimentación y la creatividad como fuente de energía en tiempos de covid, sin pretensiones, pero siempre desde un punto de compromiso propio y entusiasmo por la vida.

"Vivimos tan estresados que se nos olvida experimentar con nuestra creatividad y creo que, en el confinamiento, experimentar nos ha mantenido motivados, con la cabeza ocupada, ha sido algo muy positivo", afirma la joven artista, que los últimos quince años ha estado viviendo entre Madrid, Barcelona y Brighton (Inglaterra).

El confinamiento fue un cambio radical para todos, la vida se paró y hubo que empezar de nuevo. Yanguas, recién llegada a España de Inglaterra, aprovechó la oportunidad para agarrarse a la creatividad. "Me dio la vida durante el confinamiento, me levantaba súper motivada, tenía un montón de ideas", apunta, antes de añadir que "esos meses supusieron un compromiso artístico muy grande".

La pandemia de la covid-19 le permitió parar, disponer de las 24 horas del día para ella y decidió organizarse: "Comencé con una serie de ilustraciones, continué con dos colecciones de lienzo y actualmente estoy apostando por mi arte y mi marca personal de la manera más sincera y salvaje posible". El confinamiento fue una experiencia "gratificante" y "enriquecedora", y al mismo tiempo "terapéutica", confiesa la artista navarra, que apunta que siempre había sentido ese "gusanillo artístico", pero que el mundo del arte no le había ofrecido nunca una oportunidad laboral y entonces no se lo tomaba en serio.

"A raíz de las ilustraciones digitales realizadas durante esos meses de aislamiento tuve dos encargos, uno profesional más o menos importante, que me llevó a decidir darme de alta en autónomos para hacer una colección de cuadros. Había estado mucho tiempo esperando una oportunidad así, la tenía que aprovechar y decidí lanzarme a la piscina", recuerda.

La experimentación y creatividad como fuente de energía en tiempos de covid está compuesta de 26 láminas digitales y no sigue un hilo conductor concreto, sino que recoge toda la trayectoria experimental vivida por la artista durante el confinamiento. Las primeras ilustraciones las dedicó a personas mayores. "Hice tres láminas con un concepto un tanto experimental", indica Pilarcho Art, que después optó por seguir indagando y experimentar cada día con algo nuevo (retratos, música, arquitectura), como un reto. Además de esta exposición, en abril ofrecerá, también en la UNED de Tudela, un curso sobre ilustración experimental con técnica mixta.

"Vivimos tan estresados que se nos olvida lo positivo que es experimentar con nuestra creatividad"

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