parte de los crudos rigores del coronavirus y la amplia gama de normativas existentes (algunas de claro agravio comparativo para con la tauromaquia, comparándola con otros espectáculos culturales), van vislumbrándose otros puyazos antitaurinos al relance de esta crisis. Más grave que no haya Feria del Toro, ni algún festejo alternativo en verano, ni una ilusionante apuesta por un San Fermín Txikito al modo de la prevista ayer Feria de Abril en septiembre, es que los aforos puedan reducirse al cuadrado. Es el caso de Tafalla, cuya plaza de toros ya ha sido marco de festejos en tres siglos distintos y ha programado en las últimas décadas el segundo abono más importante de Navarra. A saber: la Alcaldía quiere reducir el aforo real de la plaza en un 50% para mayor comodidad de los espectadores. Cierto es que los históricos cosos forales necesitarían adaptarse, pero ahora, más que siempre, los gastos en comodidad pueden destinarse a otras necesidades sociales. Parece que los mandamases tafalleses quieran más bien retorcer los rizos del toros con más e injustas penurias. Grosso modo, si el coso de la avenida de Sangüesa afora 3.000 espectadores y quiere reducirse justo ahora a la mitad, 1.500, y en el mejor de los casos se concedería una asistencia a las corridas de toros de agosto en otro 50%, el taquillaje quedaría reducido hasta una cuarta parte: 750. Dato que hace inviable cualquier empresa por muy osada que fuera. Por favor dejen en paz al monumento patrimonial que data de 1888 y sigue siento pura vida de esta ciudad. Consta que, con sentido común y cumpliendo la normativa, se están acometiendo adecuaciones referidas a incendios. Mas no retuerzan más la libertad de todos los ciudadanos que quieran dar continuidad a su afición y a la magnífica historia de sus calles y plaza. La reclamación al Ayuntamiento es clara: "No maten los toros en Tafalla con una reducción de aforo al cuadrado. Y siéntense con los aficionados y los valientes macuas de turno para consensuar un mejor futuro". Si es para este año, por poco que sea, mejor.El autor es geógrafo, historiador y crítico taurino