30 años trabajando como actor de teatro, cine y televisiónPep Cruz

Durante estos meses de pandemia, ironizó Pep Cruz en una entrevista, los profesionales del teatro quedaron “más colgados que un fuet”, y aunque el sector se empieza a animar, entiende que aún hace falta que los productores de espectáculos “se pongan en marcha y den trabajo a la gente de la profesión, que lo está pasando fatal”.

El pasado 30 de junio, en el marco del Grec Festival, el actor volvió a subir al escenario de la Sala Beckett de Barcelona con motivo del estreno de Heisenberguna obra que usa la teoría de la incertidumbre del físico Werner Heisenberg para hablar de lo incierta que es la vida, pero con una mirada optimista hacia el futuro.

“Creo que en estos momentos a la gente le conviene ver obras como esta, en la que, por muy mala que sea la situación, siempre habrá una puerta que se abra inesperadamente”, subrayó.

Y es que Pep Cruz (Girona, 1948) se considera a sí mismo un optimista, porque “la única forma de enfrentarse a esta vida dura, llena de trampas y dificultades es con optimismo”.

A pesar de este optimismo con el que enfoca la nueva temporada de verano, que apunta a un “éxito de terrazas y festivales”, Cruz se muestra realista al decir que cuando hace buen tiempo “la gente se olvida de la cultura” y cambia los teatros por la playa.

Los factores externos hacen del teatro el trabajo más incierto, pero “los actores son también un poco responsables” de ello, dijo Cruz. “Tenemos que saber que nuestro trabajo debe gustar a cualquier nivel porque, si no gusta, estás echando a una persona no solo de tu obra sino del teatro”, reflexionó el actor.

Por esta razón, Cruz cree que, como profesionales, deben mostrar su valor, algo que entiende va a más y que se refleja en el hecho de que “cada vez se hace mejor teatro en Cataluña”.

Heisenberg, protagonizada por Pep Cruz y Silvia Bel, también hace una reflexión sobre cómo las personas son más fuertes cuando trabajan juntas, una reflexión que el actor considera “evidente” pero que, a la vez, produce una paradoja ridícula como la misma raza humana.

“La raza humana, cuando trabaja colectivamente, es cuando es más racional, pero por otra parte, y aquí está la fuente del ridículo, es absolutamente incapaz de trabajar en colectividad y con esto solo tienes que ver las Naciones Unidas o la Unión Europea”, criticó Cruz.