“Sembraron una locura y germinó una institución robusta, frondosa y longeva”. La frase se refiere al grupo de jóvenes de Aoiz/Agoitz que en 1976 se propuso que las y los txikis de su pueblo tuvieran algo que hacer al salir de clase. También las personas adultas en su tiempo libre. Y las mayores “más allá de estar en su casa o en su residencia. Esa fue la semilla de Bilaketa, una simiente que prosperó hasta cumplir medio siglo en 2026.

Para celebrarlo, la asociación ha diseñado un programa de actividades que incluye exposiciones, conferencias, recitales, espectáculos de artes escénicas y viajes culturales. Todo, pensando en todos los públicos, como siempre.

Así lo ha dado a conocer Salva Gutiérrez, cofundador y presidente de una entidad que en los últimos tiempos no ha gozado de un gran respaldo por parte de las instituciones, a pesar de que, a lo largo de su historia, ha contado con el apoyo y la presencia de personalidades como los poetas José Hierro y Ángel García López, la cantante María Dolores Pradera o el filólogo agoizko Francisco Ynduráin, cuyo nombre honra la Universidad para Mayores (Umafy) que Bilaketa impulsó en 1994.

Un poco de historia

Bilaketa se sostiene aun, “y pese a las piedras en el camino”, sobre los tres pilares que la elevaron en 1976. A saber: juventud, cultura y mayores. “Semejante logro –¡50 años!–, y más en los tiempos que corren, merece celebrarse”, defienden desde la entidad. “Hay que recordar y celebrar lo que atesora Bilaketa para preservar su legado, para alumbrar su futuro”, agregan.

Salva Gutiérrez, alma de este proyecto, fue uno de los cuatro chicos y diez chicas, todos menores de edad, que un 25 de septiembre de 1976 se reunieron en el parque de Aoiz/Agoitz con el propósito de que las/os vecinas/os tuvieran algo interesante y enriquecedor que hacer sin salir de la localidad. Gutiérrez se pregunta en el pequeño dossier realizado para repasar estas cinco décadas de actividad cómo aquella “locura” llegó a echar raíces, ya que eran estudiantes sin recursos y apenas se conocían entre ellas/os. Será que también “éramos gente con inquietudes en un pueblo donde no había nada”. Y así empezaron a funcionar, poniendo 50 pesetas cada uno todos los fines de semana, aunque muchos solo podían abonar la cuota poco a poco, apunta Salva Gutiérrez, el único de aquel grupo fundacional que ha seguido en Bilaketa durante todo este tiempo. Los otros trece fueron: Mari Mar Azcárate, Mila Barcos, Elena Echávarri, Asun Irigoyen, Mari Carmen Jaso, Arantza Lacabe, Isabel Leache, Mari Ángeles Mina, Rosario Reta, Gloria Sagardoy, Joaquín Unzué, Agustín Villanueva, Fernando Vizcay.

Salvador Gutiérrez, cofundador y presidente de Bilaketa. Oskar Montero

Como curiosidad, casi seis meses estuvo la asociación sin nombre. Al final eligieron Bilaketa, que, traducido al castellano, significa búsqueda. En el logotipo oficial, al nombre siempre le sigue una coma que, según su presidente, quiere decir que la entidad “es esto, eso, aquello...”

Literatura, música, escultura, pintura

En el apartado cultural, con los años fueron creando concursos artísticos (poesía, narrativa, pintura, escultura), actividades musicales, exposiciones... Por poner un ejemplo, José Hierro fue presidente del jurado del certamen de poesía Villa de Aoiz, dotado con 6.000 euros, durante 18 años y él mismo se costeaba el viaje a la localidad, donde también se dieron cita escritoras/es como Almudena Grandes, Julia Otxoa, Luis Alberto de Cuenca o Jaime Siles. La Academia de Música Mariano García y la Biblioteca José Hierro han sido otros de los logros de Bilaketa.

En el ámbito de la juventud, cabe destacar los campamentos y el Premio Francisco Ynduráin de las letras para autores jóvenes. Y, en el de mayores, sin duda destaca la Umafy, uno de los programas que más actividad proporciona a Bilaketa hoy en día.