Ella es una mujer que podría ser cualquiera. Casada y madre de dos hijos, se ha enfrentado a los techos de cristal, a un trabajo al que no estaba destinada, a la conciliación familiar y a situaciones que no son como parecen. Ella, un personaje sin nombre, es es la única protagonista de Chicas y chicos que, apunta la actriz, a día de hoy es más que necesaria. La Cava acoge este miércoles la puesta en escena del montaje que, con dirección de Lucía Miranda, "no dejará indiferente a nadie", avanza Paso.

Escrita por el multipremiado dramaturgo Dennis Kelly -autor de la serie Utopía y de la versión del musical Mathilda-, Chicas y chicos navega entre el humor y la ternura, pero también por la dureza, en una historia en la que el personaje de Ella desnuda su vida ante el público y plantea ciertas preguntas complejas: ¿Perdonamos que una mujer tenga más éxito que los hombres? ¿Y cuál es el precio a pagar?

"Es un montaje comprometido y necesario, hay mucha gente que no lo quiere escuchar ni oír, ni siquiera en los telediarios", asegura Antonia Paso sobre una obra feminista que aborda temas como el techo de cristal, la violencia machista y su efecto sobre los menores e hijos.

Una obra valiente

Precisamente la valentía del texto de Kelly fue aquello que atrajo a la actriz: "Está escrito de una forma muy peculiar, como si una amiga te estuviese contando la historia de su vida. Y Ella se dirige al público, les mira a los ojos...", cuenta Paso, que con Chicas y chicos se ha enfrentado a su primer monólogo en sus más de 30 años de trayectoria: "Después de esto ya puedes hacer cualquier cosa (risas)".

Así, Ella comienza a contar cómo conoció a su marido, la relación con sus hijos... "Es la historia de una mujer que quiere ascender, con toda la repercusión que eso puede tener en la familia... Y hasta aquí puedo leer", avanza Paso, evitando spoilers sobre una obra que es candidata al galardón de Mejor Espectáculo Revelación en los Premios MAX 2021.

Precisamente una de las mayores dificultades de la puesta en escena de esta producción de El Sol de York fue "conseguir que el público mantenga la atención con un único personaje en un montaje que es tan directo, donde no hay artificios ni fuegos artificiales". Pura palabra, sin trucos. Bajo la dirección de la vallisoletana Lucía Miranda, galardonada con el premio Ojo Crítico en 2018, han trabajado "de forma muy pedagógica y lúdica", algo muy necesario para el monólogo.

Junto a Miranda ha afrontado otro de los retos del espectáculo: sacar a escena a los personajes de los hijos, cuando realmente no están presentes sobre las tablas pero sí son parte de la historia. Porque aunque sobre el escenario Ella es el único personaje que el público ve, a través de la palabra -la de la mujer- también está presente su familia.

Ellas, directora y actriz, encabezan un equipo mayoritariamente femenino y del que Paso destaca la iluminación de Pedro Yagüe, la escenografía de Anna Tusell...

Generadora de debates

El montaje se estrenó oficialmente en diciembre de 2020 en El Pavón Teatro Kamikaze y aunque la pandemia ralentizó su recorrido, desde el equipo hacen balance positivo ya que ha tenido cierta repercusión en cuanto a bolos y críticas.

Y en este tiempo, además, según explica Paso, se ha generado cierto debate con variadas reacciones por parte de los asistentes: "Gente que se ha sentido desplazada, gente que considera que un texto así no lo debe escribir un hombre, gente que ha empezado a decir que está mal y que se ha levantado y se ha ido... Ha habido de todo y de todas las edades". Y concluye: "Desde luego, indiferente no deja a la gente". Este miércoles, en Olite, se levanta el telón de cristal.