Teatro vivo, en el que los intérpretes y directores se lo juegan todo. Así es La batalla de los ausentes, que se puso en escena anoche en La Cava. Una metáfora de la vida como combate, en la que los tres actores veteranos de La Zaranda son los restos de un ejército en desbandada, en una guerra sin cuartel que dura ya más de cuarenta años. Su lenguaje es su desarbolada bandera en un mundo que amenaza el sentido poético de la existencia. Un canto a la fe y a la dignidad del ser humano, necesario hoy y siempre.