Desde hace poco más de cinco años presenta First dates, un programa en el que el amor es protagonista entre participantes anónimos que buscan una relación de pareja. También ha sido uno de los presentadores de Supervivientes y ahora estrena una obra, Asesinos todos, en la que se convierte en un inspector de Hacienda, un hombre gris, que reluce en la ruindad y la mezquindad.

Está usted por todas partes.

-Te lo juro, en televisión solo estoy en uno, en Mediaset. También estoy en teatro y en breve me iré para Bilbao.

Quería decir que está en más de uno y de dos programas.

-Nos ocurre a todos en Mediaset. Les pasa igual a Jorge Javier (Vázquez), Risto Mejide, Joaquín Prat, Paz Padilla... Es la forma de trabajar en este grupo.

¿Y es bueno para ustedes?

-Lo agradezco mucho. Me permite hacer cosas distintas y no aburrirme nunca. En mi vida es fundamental no aburrirme, en este trabajo es muy importante que eso no ocurra. Tu labor en televisión no puede ser rutinaria.

Está con una obra de teatro en gira. ¿Cómo se las arregla para combinarlo todo? ¿Tiene tiempo libre?

-Combinar siempre es posible. ¿Tiempo libre? Nada. De hecho, estaba de vacaciones desde que acabó el especial de Olga Moreno y Supervivientes y las voy parando para hacer teatro. Ahora estoy en Vitoria, después me voy a Puerto de Santa María (Cádiz). Estoy todo el rato parando las vacaciones para subirme a un escenario. Sarna con gusto no pica.

Siempre se la ha considerado un hombre de concursos, pero ahora le da a todo, tiene usted mil caras.

-Eso lo bueno que tiene cuando llegas a una empresa como en la que ahora estoy. Tienen muchas posibilidades de que hagas muchas cosas y confían en ti. He hecho reality, testimonios, dating, concursos... Quizá es por lo que me sienta tan feliz en estos momentos. He tenido la posibilidad de hacer cosas muy distintas entre sí.

¿No es más cómodo quedarse en el confort más conocido?

-Supongo que es cómodo, sí. Pero siempre me ha gustado afrontar retos y experiencias diferentes que te ayudan a ponerte las pilas. Cambiar y afrontar formatos diferentes es más divertido y te permiten crecer profesionalmente. Estos últimos años están siendo los mejores de mi carrera, son maravillosos.

Nadie daba un duro por First dates

-No sé. Llámame visionario, yo sí creí desde el principio. Cuando vi el formato a finales de 2015, se empezó a grabar a principios de 2016, sentí que tenía dos cosas que la televisión cada vez tiene menos: uno, permitía a la gente de la calle estar todos los días en la tele. Nutría de personal real la televisión y no de la llenaba de personaje. Dos, me pareció un programa muy fresco, un programa de sentimientos. Vi un espacio en el que la gente no era conocida y se expresaba con mucha naturalidad.

Y le tiene atrapado desde hace cinco años y medio.

-La combinación de ambas cosas y el amor, el amor siempre es un trending topic, podía dar lugar a un programa de éxito. Había que contar las dificultades que tenía la emisión. Estaba programado para Cuatro, debo decir que estoy encantado con la cadena, es la segunda cadena de Mediaset. Se enfrentaba a El hormiguero, a Telecinco, a El intermedio. Aun así, me pareció que tenía recorrido y muy pronto se asentó. Es muy transversal y muy pronto gustó a todo tipo de público, a todo tipo de edades, y creo que es un acierto de formato.

¿No tuvo ninguna duda?

-En este formato no, en otros sí las he tenido. Es cierto que es la franja más cara de la televisión, la más competitiva y la más dura. Pero ninguna duda. Pensé: es un trabajo con el que si triunfo, muy bien; pero si fracaso será una suerte haber probado este formato.

Dejó con la boca abierta al personal al enrolarse en Supervivientes

-Fue un regalo, un regalo fabuloso. Surgió la posibilidad de hacer el reality hace tres años, fue tan bien que ya me quedé. Lo he disfrutado mucho. Me parece un formato de reality de los mejores que existen, está entre los tres mejores del mundo...

Y también entre los más criticados.

-Nunca está exento de controversia. Aun así, es uno de los realities más limpios que existen, uno de los más blancos. Estoy encantado de estar en Supervivientes.

¿Cómo lleva las críticas y controversias que se vierten sobre este programa?

-¿Sabes lo que ocurre? Que hagas lo que hagas, desde el principio he tenido claro, por un lado o por otro, te criticarán. Hay que intentar hacer buena televisión y yo procuro estar ajeno a las controversias, a veces son un poco maniqueas e incluso interesadas. Programas como Supervivientes lo que tratan es entretener al público y creo que se consigue. En ese sentido, son formatos extraordinarios.

¿Se ha arrepentido de algún programa que haya hecho en su carrera?

-Jamás. Ha habido programas que he hecho sabiendo que no iban a tener éxito, que no tenían mimbres suficientes para triunfar o que iban a ser emitidos en franjas que no correspondían.

¿Y no podía negarse?

-Mira, cuando eres un poco profesional lo sabes, pero cuando uno está en una cadena, desde que empecé en ETB he pasado por muchas, lo que uno trata es de comprometerse con el trabajo que hay. A veces sabes que algo no va a funcionar y, aun así, lo haces con el mismo cariño. Los fracasos más duros surgen cuando haces un programa que crees que va a triunfar y luego esas expectativas no se cumplen y no termina de asentarse. Ese revés es duro, muy duro, pero es cuando más te cuestionas todo, es cuando aprendes más..