Enheduanna, Emily Dickinson, Sor Juana Inés de la Cruz o Elvira Sastre son algunas de las poetisas cuyos versos protagonizarán el espectáculo Palabra de Mujer. Su artífice, la narradora Virginia Moriones, llamó un día a la puerta de la violinista Maddi Arana para proponerle una colaboración, ante la que esta última no dudó en aceptar. Y parece que el resultado ha sido todo un éxito, puesto que estrenan la función el jueves 26 de agosto en el molino de Olleta (Leoz), a las 19.30 horas. La idea forma parte del programa Con los pies en las nubes, promovido por el Gobierno de Navarra, para fomentar el talento emergente por la geografía navarra desde el jueves 5 hasta el próximo domingo 29 de agosto.

Maddi y Virginia, en mitad de una escena / Cedida

Con vistas a dar voz a aquellas mujeres acalladas por la represión que el machismo y el patriarcado han ejercido a lo largo de la historia, surge la idea de ofrecer una opción de poesía interpretada y musicalizada sobre el escenario. En palabras de Maddi Arana, “creo que hemos logrado conseguir algo que funcionará bien”. Esta detalla que las protagonistas van “contando realidades duras acompañadas de cierto dramatismo, pero el final es dar un mensaje de esperanza”.

La obra se presenta a través de la compañía La Teatrería, impulsada por Virginia Moriones. Sin embargo, la joven ha buscado alianzas que van más allá de la literatura: “Esto es una colaboración entre las dos a pesar de que la idea inicial fuese mía”. Continúa afirmando que ideas, lo que son ideas, le vienen “un montón”, pero que luego “hay que saber sacarlas adelante”. Algo con lo que la artista admite que “sin Maddi, no lo hubiera conseguido”.

DIÁLOGO ENTRE VERSO Y VIOLÍN En este espectáculo, la música, más que un simple acompañamiento, es algo complementario. “Sin llegar a molestar a la palabra, es un arte que te lleva y te trae de vuelta. Son dos lenguas universales que transmiten lo mismo de distintas maneras”, explica Arana. En la misma línea, su compañera confirma que “ambos lenguajes cohesionan y se complementan a la perfección”, logrando que el show dé “esa opción de vivir el poema de una manera más intensa”. En definitiva, la poesía y el violín son “las músicas del alma, en tanto que son una extensión una del otro”, matizó Moriones.

Un posado de las chicas de 'Palabra de Mujer' / Cedida

EL HILO NARRATIVO En un principio, iban a recitarse versos de nueve poetisas, pero se han acabado sumando cuatro artistas más. Entre el elenco, “se encuentra una mujer afgana a la que había que dar voz en mitad de todo lo que está sucediendo en el país”, recalca Virginia Moriones. Buscando y buscando, las protagonistas se retrotraen hasta 2.200 años a.C., para comenzar con la más antigua de todas, Enheduanna. Siguiendo los pasos de una tras otra, el recital acaba con un verso de Elvira Sastre, una escritora de plena actualidad, el cual dice lo siguiente: “Estamos aquí para despertaros y encender la mecha”. Y es que por el camino, las dos emprendedoras se han topado con un factor común a la multitud de poetisas cuyos textos han visto la luz: el anonimato. “No podrían escribir y debían firmar con el nombre de un hombre o como anónimo”, recuerda Moriones.

HOMENAJE A LAS ANÓNIMAS Con motivo del arsenal de mujeres reprimidas y acalladas, las chicas se sienten más “cómodas” llamando de ahora en adelante al espectáculo con el nombre de Anónimas. “Ha sido algo que ha ido surgiendo y está dedicado a todas aquellas mujeres que a lo largo de la historia han encontrado fuerzas para decidir ponerse al frente, empoderarse y seguir adelante”, sotiene la narradora.

Después de cada ensayo, Maddi Arana confiesa que “sale con mucha energía y fuerza para afrontar ciertas situaciones que, en absoluto, nada que ver tienen con lo que vivían ellas”. Así, la actuación de las jóvenes “nos saca de nuestra realidad y nos hace ver la magnitud de las cosas”, prosigue. “Somos muchas mujeres y cada una vive el feminismo a su manera. Es más, me atrevo a decir que es un problema que concierne a la sociedad y no hay mujer que se libre de sufrirlo”, subraya muy convencida.

Si bien es cierto que el recital es bastante agresivo, “la música ayuda a afrontarlo de otra manera”, remarca Arana. Ambas son un ejemplo de denunciar situaciones terriblemente duras sin tener que echar mano del enfrentamiento o la lucha.

FOCO EN LAS ARTES PLÁSTICAS El guión del recital ordena los versos históricamente y geográficamente en el mapa. Es ahí donde entra Laura Marañón, estudiante de Bellas Artes, que se ha encargado del diseño del fondo escénico. “Me plantearon la idea de un mapa que reflejara la historia de las mujeres poetisas y que se saliera de lo convencional”, explica. A partir de ahí, creó “un mural sobre una tela de algodón a base de pintura acrílica”, detalla la joven. Un proyecto precioso que aúna tres disciplinas en un escenario: “Se mezclan la música, la literatura y las artes plásticas en alianza con el feminismo”, adelanta la alumna.

HUELLA NAVARRA Para Virgina Moriones, el programa del Gobierno de Navarra es “una oportunidad buenísima de crear y echar gasolina al cuerpo”, concreta Virgina Moriones. Es más, su compañera Arana mantiene que “si el tiempo acompaña y con un par de micros, es un placer llevar la cultura a lugares donde la gente está deseosa de vernos”, concluye.