La carrera de WOS (Buenos Aires, 1998) ha sido explosiva: con 15 años comenzó a rapear en las calles de su ciudad, para dar el salto a batallas profesionales y proclamarse en 2018 campeón mundial de Red Bull. Sólo un año después decidió centrarse en la música y ahora suma hasta 180 millones de reproducciones en canciones como Canguro. El argentino actúa este jueves en Zentral -20.00 horas, 30 euros-, como parada de su primera gira española.

Para aquellos que no le conozcan, ¿quién es WOS?

-Primero soy yo, pero a la hora de presentarnos en vivo termina siendo un conjunto y un show en su totalidad: es rap, pero también es rock, es fusión... Y en vivo representa algo de mucha energía y de bastante fuego.

Mirando atrás, ¿qué queda del WOS que con 15 años comenzaba en el mundo del freestyle

-Mucho, porque la esencia sigue siendo la misma y esa raíz también se ve y se siente ahora. En el show hay improvisación y en mis canciones, que todas tienen que ver mucho conmigo y capto alguna historia, siempre están con esa marca del freestyle. Hay un poco de todo eso, pero obviamente con otra evolución, que es lo que nos llevó a acá.

De ahí dio el paso a las competiciones profesionales de freestyle

-Es importantísimo porque es lo que me conecta a mí finalmente con la música: el freeystyle me hizo conectar con la improvisación, de la improvisación a la escritura, a rimar, a escribir canciones... Es como el comienzo, mi Big Bang que desata lo demás y sigue siendo parte. El freestyle es algo que me va a acompañar siempre, también es una de las maneras que uso para componer y arrancar desde la improvisación y desde el sentido genuino que aparece primero. Y después la competencia obviamente también me dio rodaje y alternativas, son cosas muy importantes para todo lo que me formó como persona y artista.

En 2018 se proclamó campeón de la Red Bull, en una final contra Aczino y sólo un año después decide dejar las batallas. ¿Por qué?

-Fue un poco por el inicio en la música de manera más contundente. Me empezó a llevar más tiempo y empecé a tener que hacer más viajes -por suerte- para tocar, componer... Y es algo que le pongo el 100% de mi tiempo, de mi cabeza y de mi cuerpo. Entonces fue difícil ir sosteniendo un ritmo de competencia tan alto como el que estaba llevando, así decidí enfocarme en lo que estaba eligiendo a mi vida.

¿Está abierta la puerta a regresar a las batallas, o se centra exclusivamente en su carrera musical?

-No, no cierro por completo nunca nada, pero como digo, voy paso a paso. Por eso nunca me gusta dar por hecho las cosas, sino seguir como vine haciendo desde el principio: ir sintiendo en cada momento qué es lo que necesito y qué me hace bien. Entonces, desde ese lugar, siempre hay posibilidad para todo. Pero ahora el enfoque está puesto en esto, que es lo que vamos a hacer ahora.

Ahora está centrado en la música y en 2019 publicó Caravana

-Sí, fue intenso y de alguna manera un arranque sorpresivo, pero recibido con mucha alegría. A partir de eso, uno tiene que ir moldeando el camino y no distraerse con las cosas que suceden, que pasan muy rápido y aunque sean para bien, uno tiene que estar con los pies en la tierra para timonear para donde uno quiere ir de verdad y no distraerse.

Su segundo disco, Oscuro Extásis

-Es el trabajo más largo que hice, tiene trece temas y pude experimenta y, al mismo tiempo, llegar a un punto de maduración distinto. Siempre trae una búsqueda nueva de lo interior y sigue igual teniendo esa marca de no encerrarse en un estilo, sino que va pasando por distintos lugares: rap, rock, estilos muy variados... Y colaboraciones. Muestra la luz y la sombra de la que habla Oscuro Extásis. Está ese contraste.

¿Qué búsqueda es esa de la que habla?

-Siempre la búsqueda de uno y de seguir desarrollando el propio estilo. No limitarse a lo que uno hizo, lo que uno sabe que funciona o lo que se supone que hay que hacer... Seguir excavando en lo que te apasiona a vos y en lo que encontrás interés en hacer. Esa es la búsqueda, la de no detenerse en algo y seguir viendo hasta donde uno puede llegar y seguir poniendo cada vez más de uno, e impregnarlo en la obra.

Ha comentado que este nuevo trabajo tiene colaboraciones y son muchos los que se preguntan si va a tener una sesión con el productor Bizarrap.

-Por ahora no lo sé. Siempre está ahí la posibilidad, porque estamos en contacto... Así que es una posibilidad, pero no hay nada que pueda adelantar ahora (risas).

Afronta su primera gira en España y mirando a la escena, ¿que una ciudad relativamente pequeña como Pamplona se convierta en parada de su tour demuestra el buen momento que goza el rap y tour freestyle

-Sí, la idea ha sido no quedarnos sólo en lugares donde sabíamos que sucedía algo y estamos contentos de que estemos en Pamplona y vaya a haber gente viéndonos. La escena en España hace un montón que viene creciendo, pero venir de lejos, cruzar el charco y que pase esto es hermoso. Y más con esto, que son canciones y uno nunca sabe cómo llegan a distintos lugares (risas).

Y para aquellos que no le conozcan, ¿cómo definiría un directo de WOS?

-Está esa diferencia y los contrastes: hay energía, momentos de calma también... Vamos con nuestra verdad, a dejar parte nuestra ahí, a conectar con la gente y a disfrutar de ese momento. El que conoce mis canciones, ya sabe de qué tratan, así que eso: a rapear, a saltar y a descargar un poco. A hacer una catarsis conjunta (risas).