ras unos años de descanso, los miembros de Kerobia han desempolvado los instrumentos para volver a su hábitat natural: los escenarios. La banda navarra celebrará mañana en Baluarte su vigésimo aniversario con un concierto para el que prácticamente han colgado ya el cartel de todo vendido. "Va a ser una celebración con amigos y amigas", avisan. Ofrecerán así un viaje por las dos décadas de pop rock de Kerobia, trayectoria en la que, por el momento, conviven dos maquetas y siete discos en una constelación que, según parece, a día de hoy sigue expandiéndose.

Era 2014 cuando Kerobia dijo gero arte -hasta luego-, tras haber publicado su sexto disco, Supernova. "Estábamos cansados, sin magia, sin energía...", recuerda Xabi Bandini, guitarra y vocalista de la banda y encargado de desgranar con DIARIO DE NOTICIAS estos veinte años de la formación: "Y ahora todo eso, de repente, ha vuelto". ¿Por qué? "Sobre todo porque nos hemos vuelto a creer lo de Kerobia. Hemos pasado de ese miedo a hacer un trabajo peor que el anterior, a creernos que lo que podamos hacer es más que suficiente, siempre que lo hagamos con alegría". Y cuando se llega a este sitio, opina, "eso te despeja mogollón de cosas y entonces empieza la valentía de hacer esto, de hacer lo otro...".

Esta vuelta surgió, además, de forma muy natural, casi improvisada: "En enero de este año estuvimos hablando los Kerobia, porque tenemos relación, y nos dimos cuenta de que en este 2021 hacía 20 años desde que se formó la banda. Fue madurando la idea, alguien comentó de hacer algo y todos dijimos que sí". Ese algo en un primer momento tomó forma del doble vinilo Konstelazioa, que incluye un vinilo bajo ese nombre que recoge los temas más importantes de la banda; y Hondakinak, otro vinilo que reúne una colección de canciones que fueron descartadas a lo largo de su trayectoria: "Hubo una respuesta tan bonita y espontánea que retroalimentó a Kerobia y ya los cinco propusimos lo que más nos gusta: tocar, que para eso somos músicos".

Organizaron así esta pequeña gira de tres fechas en Galdakao (20 de noviembre), Pamplona (26 de noviembre) y Azpeitia (27 de noviembre) que llevó a la banda a juntarse de nuevo en el local de ensayo: "Fue muy emocionante, al primer ensayo llegamos con nervios... Pero ahora puedo decir que nos da la sensación de que en Kerobia no hemos tenido un parón, sino que nos hemos ido de vacaciones". De hecho, en esta hibernación de la banda, surgieron otros proyectos muiscales como Anticontinente o la propuesta de Xabi Bandini en solitario.

Acerca de los inicios de Kerobia, allá por 2001, Xabi Bandini recuerda cómo se juntó con Mikel Zorrilla y Germán San Martín: "Germán siempre ha sido un buen teclista, pero Mikel nunca había tocado la batería y yo apenas sabía tocar la guitarra eléctrica...". Fueron unos comienzos "con mucha valentía, porque éramos bastante temerarios en general", recuerda Bandini, para quien "si ahora sabemos poquito, antes sabíamos menos". Al tiempo, en 2003, se incorporó Karlos Ortiz al bajo y poco después Kerobia se proclamó ganador del certamen de maquetas de Euskadi Gaztea, premio que fue un impulso para "tener cierto camino para poder andar".

En 2004, bajo el sello de Gor, llegó el primer disco de la banda, de título homónimo: "Fue un disco de aprendizaje, como los seis primeros meses cuando trabajas en algo nuevo", recuerda Bandini, que reconoce que aquel debut, que quizá era "más rockero", sí que "tenía temas como Garona eta korputza y Zenbait gela betetzeko, zorionaz zuretzako, que apuntan a lo que luego sería importante para nosotros a la hora de hacer música y que señalarían la dirección".

Una dirección que ya se intuye en Rose Escargot (Gor, 2006), disco que incorpora a Alberto Isaba al bajo y con el que además Kerobia se hicieron "un poquito mayores". Y se explica: "Empezamos a amueblar una idea: para nosotros, lo más importante era hacer las canciones lo más bonitas posibles, contar una historia y ofrecer una imagen. Y eso lo vamos a ver repetido en toda la discografía de Kerobia". En el segundo LP de la banda navarra había temas como Esnatu naiz, con los que dejaban una producción pop intensa y potente. Un año después, tras la salida de aquel trabajo y su posterior gira de presentación, Germán San Martín abandonó el grupo y Mikel Isaba tomó el relevo a los teclados.

Tres discos en tres años. Eso fue la trilogía de Kerobia -Materia organikoa eta ganinerakoak (2008), Papera eta kartoia (2009) y Ontziak (2010)-, que vio la luz ya con su propio sello, Las Ardillas Voladoras: "Nos pasamos a la autoedición, nos salimos de la SGAE porque no nos gustaba como estaba funcionando...", rememora Xabi, para reflexionar: "No sé si hemos sido ejemplo o no, pero sí que al menos creo que dimos ejemplo que de otra forma también se pueden hacer las cosas".

Con aquel trabajo se incorporó también Rubén Matilla a la guitarra, que acompañaría a la banda en los conciertos. Posteriormente, en 2012, publicaron Supernova, álbum que vio la luz también bajo su sello Las Ardillas Voladoras y tras una financiación respaldada por mil personas que participaron en un crowdfunding: "Salió muy bonito, pero nos costó mucha energía".

De hecho, fue en aquellos momentos cuando Kerobia comenzó a dar vueltas al parón: "Empezamos a pensar en si lo íbamos a hacer bien y cosas absurdas que en su momento estaban ahí. Además, uno se fue a Barcelona a vivir y dijimos que lo dejábamos... Pero en realidad no lo dejamos, porque aquí estamos".

La cita de Pamplona será el segundo concierto de Kerobia en este regreso, tras su actuación en Galdakao del pasado sábado. Y cuando se encontraban en el camerino, a instantes de saltar al escenario, Bandini apunta que se dieron cuenta de algo: "Lo importante era llegar al sitio y tocar. El resto ya estaba. La gente que quería estar, vino a celebrarlo".

Una celebración que se extenderá a Baluarte, donde estarán arropados por amigos y amigas de Kerobia, que acompañarán a la banda arriba y abajo del escenario: hace unos días, anunciaron que contarán con la colaboración de Chica Sobresalto y Jon Maya y Arkaitz Miner: "Cuando les llamé para ver si les apetecía venir, lo primero que me dijeron es que ya habían comprado entradas". Y en cuanto al repertorio, avanzan que quieren que "es un set list para que la gente cante y se mueva todo lo que se pueda mover".

Será también una noche especial en la que sobre las propias tablas del auditorio pamplonés darán una noticia en relación al futuro de Kerobia tras los tres conciertos programados: "El hecho de decir si seguimos, si no seguimos, si lo dejamos... Todo eso es tan grandilocuente... Y ya no estamos ahí. Vamos a dar una noticia que creo que tiene cosas que decir".

Por último, Bandini no quiere cerrar este repaso a las dos décadas de Kerobia sin dar las gracias a toda la gente que ha acompañado al grupo en su periplo, como Maite Maite Gurrutxaga, diseñadora que habitualmente trabaja con la banda; Aitor Aliño de Lorentzo Records -con quien han trabajado en numerosas ocasiones, incluida la remasterización del doble vinilo Konstelazioa; o la gente de Bidean Produkzioak. Una familia musical que no ha fallado en esta nueva puesta en marcha del quinteto navarro que, tras veinte años de trayectoria, continúa dibujando esa constelación de Kerobia.

'Konstelazioa'. El doble vinilo está formado por Konstelazioa, que incluye las 12 canciones más emblemáticas de Kerobia: "Son quizá los que más escucháis. O quizá son los que más nos han influido en el momento de grabar y tocarlos", apuntan. Completa la edición un segundo vinilo, Hondakinak, con canciones inéditas hasta la fecha que se quedaron fuera en todos los discos publicados hasta la fecha: "Aquí encontraréis 8 temas tal y como nacieron, tal y como los grabamos, a medio hacer, además de 2 canciones emblemáticas tocadas en directo".

"Ahora sentimos que en Kerobia no hemos ternido un parón, sino unas vacaciones"

Vocalista y guitarrista de Kerobia