ntre bambalinas y camerinos, detrás de mesas de sonido y de luces... en las sombras de los espectáculos, ahí es donde trabajan los técnicos y técnicas, imprescindibles para que los espectáculos salgan adelante. Una profesión que, además, tiene muchos grises: sin un calendario laboral fijo, largas jornadas de trabajo, muy largas, de 12, 14 o 16 horas diarias, un convenio colectivo inexistente... Ante la incidencia de esta situación, el pasado año nació la Asociación de Técnicos de Espectáculos de Navarra (ATEN) para aglutinar a todos estos profesionales y exponer las diferentes problemáticas y necesidades de un sector invisible para muchos. "Somos los primeros en llegar y los últimos en salir", apuntan sobre una actividad profesional que ahora ha retomado su normalidad, pero cuyas condiciones siguen llevando a su plantilla técnica a una a la misma situación insostenible que se daba antes de la pandemia.

"Cada día es diferente, no tenemos un día igual", apunta Miguel Nagore, técnico que suma más de 15 años de experiencia en el sector y explica como, por ejemplo, una función de teatro estándar se empieza a montar en el día, en torno a las 9.00 horas, se hace un descanso para comer, y finaliza a la noche, hacia las 23.00 horas. De ahí que en muchas ocasiones las jornadas puedan llegar hasta las 16 horas diarias y "turnos divididos" entre mañana, tarde y noche. Y, además, una parte de estos técnicos y técnicas desconocen qué es eso de tener un calendario laboral marcado y fijo.

"En nuestro caso, cada jueves recibimos el plan de trabajo de la siguiente semana", explica el técnico Néstor Royo, empleado técnico por cuenta ajena. En ese sentido, lamentan que el hecho de no tener un calendario laboral con cierta perspectiva temporal repercute en la imposibilidad de poder organizar planes a largo plazo y, por tanto, la conciliación familiar sea prácticamente imposible. De ahí que, de alguna manera, estas condiciones laborales "hipotecan a toda la familia" de cada trabajador, critica el también técnico Iker Allo.

Otro de las grandes problemáticas del sector es "la inestabilidad contractual", apuntan desde la asociación ATEN, "más acentuada en los trabajadores que lo hacen por cuenta propia" ya que son prácticamente el 100% autónomos sin personal contratado y ofrecen sus servicios de asistencia técnica "en un ámbito de extrema inestabilidad". Por otro lado, además, los contratados por cuenta ajena "dependen de las exigencias del servicio que prestan en los diferentes espacios culturales que subcontratan a su vez el servicio, complicando en gran medida su conciliación familiar".

Se trata además de una serie de puestos de trabajo muy específicos -técnicos de luces, técnicos de sonido, personal de montaje de escenarios...-, que, señalan, no se valoran como se debería. Quizá uno de los mayores exponentes de esto sea el hecho de que a día de hoy, pese a que miles de personas se dedican a este sector, todavía no existe un convenio estatal. "Esto quizá sea la punta de lanza dentro de las problemáticas del sector", apuntan desde ATEN, ya que esto "dificulta la aplicación de medidas que mejoren las condiciones laborales". Porque, continúan, el hecho de tener un convenio, "nos dotaría de un marco legal de aplicación en todos los contratos que se realicen en el sector tanto a nivel público como privado".

De ahí que a nivel estatal, desde la Plataforma de Asociaciones Técnicas de Espectáculos y Eventos (Peate), en la que participa ATEN, se esté trabajando activamente para el desarrollo de un convenio sectorial. Y asimismo, explican, "a nivel local hemos iniciado una rueda de conversaciones con los diferentes sindicatos para valorar esta posibilidad".

En una valoración general de cómo ha sido el primer año de ATEN, desde la asociación aseguran que "estos meses probablemente habrán sido los más duros para los y las técnicas, porque la pandemia ha visibilizado crudamente las debilidades de nuestro sector", sumado a la falta de actividad.

En ese sentido, aún reconociendo que aún queda mucho camino por recorrer para la consecución de las mejoras necesarias que "diginifiquen la profesión", señalan que la valoración del trabajo realizado es positiva y destacan, por ejemplo, la manifestación del 17 de septiembre en Pamplona, a la que acudieron centenares de trabajadores. Asimismo valoran la colaboración con el Clúster Audiovisual de Navarra (CLAVNA) y el Servicio Navarro de Empleo para "abrir otras posibilidades de contratación en otros sectores". También destacan el contacto con Educación para que "convoque cursos que nos acrediten con certificados profesionales" y por último, resaltan la relación con "la ponencia parlamentaria sobre la Ley de Profesionales de la Cultura". Porque, concluyen, "en tan poco tiempo, son miuchos los frentes abiertos".