El 12 de febrero de 2022, en el Palau de les Arts de Valencia, el navarro Mikel Serrano afrontará su cuarta nominación en los Premios Goya en la categoría de Mejor Dirección Artística. Es candidato por su trabajo en Maixabel, la película de Icíar Bollaín que se ha convertido en un éxito en taquilla y que podría dar al pamplonés su tercer Goya, tras los obtenidos por Akelarre (2021) y Handia (2018) -en 2020 estuvo nominado por Ventajas de viajar en tren, pero no se llevó el cabezón-. Eso sí, lejos de pensar en un hipotético triplete, Serrano afirma que tan sólo con esta nueva nominación no puede estar “más feliz”.

Porque, dice, “desde hace bien poquito no me veía en esta situación y todavía estoy alucinando un poco”. Un poquito que son estos últimos años, en los que ha trabajado en proyectos de gran envergadura, como es el caso de Maixabel, un largometraje que le atrajo porque “trata un tema muy particular, interesante, delicado y emocional”.

Define así cómo el filme, que se estrenó en el Festival de Cine de San Sebastián 2021 -donde se hizo con el Premio Irizar del Cine Vasco-, recoge la historia de Maixabel Lasa, viuda de Juan María Jáuregui, asesinado por ETA en el año 2000, y que se entrevistó con uno de de los asesinos de su marido: “Es una historia muy particular, de dos personas que han decidido hacer las cosas de una manera y te remueve mucho y te hace pensar”, apunta, para explicar que otro de los atractivos que tenía Maixabel fue la oportunidad de poder trabajar junto a Icíar Bollaín, directora y guionista del proyecto: “Sabe mucho de cine y de lenguaje cinematográfico, tiene un estilo bastante personal y propio en las películas que hace y en lo que cuenta”.

CAMBIOS DE REGISTRO

Tras Akelarre, película de Pablo Agüero que viaja a de 1609 y recrea la caza de brujas llevada a cabo en la época -con todo el trabajo artístico y ambientación que eso conlleva-, en esta ocasión con Maixabel a Serrano le ha tocado mirar a una realidad completamente diferente y más cercana, la del año 2000: “Una de las cosas más bonitas de nuestro trabajo como directores de arte es que vas saltando de un proyecto a otro y cambiando de registro, buceas en diferentes direcciones... Y eso a mí me parece muy emocionante y un reto, no obstante”.

En el caso de Maixabel, explica que si bien recrea una época pasada que es cercana, recuerda que cuando junto a su equipo comenzaron a recibir imágenes de archivo y a documentarse para perfilar el arte de la película, se sorprendieron: “Nos llamó la atención cómo es una época que consideramos tan cercana, pero veíamos por ejemplo el look de la gente y te transportaba... Eras consciente de que en este periodo, que es corto, ha habido cosas que han cambiado mucho y había ahí para investigar”.

Destaca, eso sí, que desde el equipo siempre tuvieron claro que “la historia de Maixabel primaba” y junto a Bollaín se centraron minuciosamente en que existiera esa dirección artística y un discurso, con “una paleta de colores muy trabajada”, pero quizá más en “un segundo plano y que apoyara la historia”. Y si bien eso fue el mayor reto del trabajo, dice Serrano, también fue un proceso interesante.

¿A POR EL TERCER GOYA?

Tras la gala virtual de los Goya que se celebró este año debido a la pandemia, este año los galardones se celebrarán de nuevo de forma presencial: la 36ª edición de los premios más importantes del cine español tendrá lugar el 12 de febrero de 2022 en el Palau de les Arts de Valencia, culminando así la celebración del Año Berlanga.

Serrano podría hacerse con su tercer Goya pero asegura que el hecho de acudir a la gala y compartir la velada con el resto de nominados es ya toda una experiencia. Y luego ya, “si la votación de los miembros considera que el trabajo merece un Goya -no sé si por encima de las otras candidaturas porque siempre es complicado poner una escala en todo esto-, pues me alegraría muchísimo, lo agradecería y lo compartiría con todo el equipo”, concluye el navarro, que acaba de finalizar el rodaje de Irati, el segundo largometraje de Paul Urkijo. Y aunque han pasado unos días desde que el 29 de noviembre se anunciaron las candidaturas, Serrano asegura seguir sorprendido “por la propia nominación en sí”, por lo que pensar en que “puede ser más, teniendo además las otras candidaturas, que son importantes... Diría que más feliz no puedo estar”.