- El Pabellón de Mixtos acoge desde hoy la exposición SUITE MÁSHREQ. Visiones de Oriente Próximo un discurso sobre dos proyectos fotográficos que el catalán Roger Grasas se planteó casi en paralelo y que desarrolló durante toda una década: entre 2010 y 2020. Ha Aretz (the Promised Land) y Min Turab son trabajos que articulan un análisis sobre la semántica del paisaje y del territorio en dos regiones geográficamente cercanas, aunque social y económicamente distantes y que componen una visión desde los paisajes bíblicos de las grandes religiones del pasado, a la actual hipertecnificación de las urbes del Golfo Pérsico.

La presentación de la muestra corrió ayer a cargo del propio autor, acompañado por el director del Área de Cultura e Igualdad del Ayuntamiento de Pamplona, Jorge Urdánoz y el comisario de la exposición, Xosé Garrido. Grasas aprovechó la presentación pública para abordar la conceptualización, desarrollo y metodología de su larga investigación fotográfica.

La nueva propuesta expositiva estará abierta el público en la planta baja del pabellón de Mixtos de la Ciudadela del 20 de enero al 13 de marzo. La sala podrá visitarse en horario de martes a sábado de 11.30 a 13.30 horas y de 18 a 20.30 horas y los domingos de 1.30 a 13.30 horas. El acceso a las salas de exposición de los pabellones de la Ciudadela siempre es libre.

De los paisajes bíblicos, a la hipertecnificación de las urbes del Golfo Pérsico, Grasas expone una visión que atraviesa los proyectos, series fotográficas que se encuentran también editadas como publicaciones. Por un lado, Ha Aretz (the Promised Land) investiga las resonancias entre los orígenes de las tres principales religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo e islam) y un presente marcado por el conflicto y la exclusión.

Realizadas en siete años (2010-2017) y siete países (Israel, Palestina, Egipto, Líbano, Jordania, Siria y Turquía), las fotografías de ciudades habitadas de forma continuada (Jerusalem, Jericó, Hebrón, Damasco, Byblos, Amman etc.) se realizan miles de años después de que tuvieran lugar -ya sea de forma real o narrativa- de los sucesos recogidos por las religiones, conectando espacio, historia y presente. Las imágenes apuntan cierta sombra de sospecha sobre la idea de progreso en una región que fue cuna de la civilización occidental y que, partiendo de la conjunción entre la vida sedentaria y el culto a un solo Dios, ha dado lugar a un mundo que parece desmoronarse ante el binomio del capitalismo y la tecnología.

A su vez, Min Turab cuya traducción literal es Desde la tierra, es un insólito documento visual sobre la radical transformación urbana y paisajística de las monarquías petroleras del Golfo Pérsico cuya fuerza descansa en la documentación del binomio naturaleza-tecnología. Tomando como elemento central el paisaje-frontera entre lo natural y lo construido, la serie fotográfica abre al espectador puertas a una civilización hermética que ha pasado del nomadismo austero de los beduinos del desierto, a una sociedad urbana, capitalista y ultra-tecnológica. Casi sin presencia humana, las fotografías de Roger Grasas apuntan hacia una búsqueda de la belleza de lo extraño que potencia la idea de un mundo a veces soñado, otras veces inquietante, pero siempre repleto de simulacros.