os responsables de Cuatro han decidido incrementar la oferta de formatos de citas a ciegas desarrollando el modelo de First Dates, un modelo que triunfa en cientos de teles y que en la actualidad programan modelo clásico conocido, el Crucero por el mar y el novedoso de mediodía, en un intento de ocupar franjas de programación con uso y abuso de estas citas ciegas en busca de pareja, amor o rollo de un sexo veloz y fugaz. Tres programas con una misma substancia, que explota el encuentro de chicos y chicas, jovencitos o maduritos, que se enfrentan con las cámaras y sus soledades. En encuentros de sesenta minutos que se ofrecen en manera sincopada para consumo de una audiencia deseosa de descubrir taras de personalidad y comportamiento morboso. Formatos que exageran la presencia de dos presentadores, Carlos Sobera y Jesús Vázquez, maestros de ceremonias, cada uno con su estilo y maneras propias, pero dominadores de la entrevista ligerita y la búsqueda de perfiles propios de los buscadores del amor, el ligue y la cita amorosa. Exhibición de cuerpos y almas en búsqueda de un amor verdadero o un plácido retozar. El programa crucero es un auténtico escándalo de parejas en continua insinuación y desnudo parcial. Al borde del rodaje pornográfico, cada encuentro en las distintas cubiertas del barco es ocasión para redundar en el escaparate de hermosas carnes y descerebrados talentos que buscan cazar, atrapar, consumir a los concursantes manejados por Vázquez, remilgado y empalagoso como siempre. Un puñado de parejas, ayunas de amor, ansiosas de sexo; cazadores/as del calor humano y beso conquistado. Diversión para el espectador que sigue los avatares con atención a lo largo del programa en el que se exhiben estilos, técnicas y modos especiales de cebar la caza humana para salir del plató triunfante y poderoso; o por el contrario, abandonar el estudio fracasado, rechazado y vencido Todo sea por la causa de don Paolo. Mediática casa de citas.