“Nos separamos para seguir juntos”. Así anunciaron Arnau Griso su punto final como banda, tras once años de trayectoria. Eso sí, antes de echar el telón, se han embarcado en una última gira que recala esta este domingo en Pamplona. Y como acostumbran, llegan cargados de risas.

Primero de todo: ¿de verdad es cierto, Arnau Griso dice adiós?

-Arnau: (Risas). Me encanta que haya dudas, dice mucho de nuestra credibilidad. Es normal y sería un campañón de marketing, pero es totalmente cierto y por suerte o por desgracia, está siendo la gira de despedida. Y aunque sea verdad y una noticia aparentemente triste, es una buena noticia porque implica que hemos sabido poner por encima del proyecto nuestra amistad y el proyecto sin nuestra amistad tampoco tendría sentido.

¿Son conscientes de que para muchas personas esta ruptura ha sido más dolorosa que la de David Bisbal y Chenoa?

-Eric: Me encanta el símil, somos muy de los 2000 y estamos cerrando el concierto con Sonia y Selena (risas). No, pero somos conscientes, lo vimos en las firmas de los discos. Yo pensaba que sólo afectaba a un perfil más adolescente, pero nos venían tíos treintañeros barbudos diciendo: “No sabéis lo que he llorado, hijos de puta”. Ahí te das cuenta de que tu música puede llegar a trascender y de que tiene una implicación real en la vida de las personas. O cuando alguien te dice que le ha ayudado en un momento malo y dices: hostia, imparto terapia sin saberlo y a la vez eso es terapia para ti en el momento en que te lo cuentan… Desde el momento en que decidimos que esto tenía un punto y final, todo el feedback que hemos ido recogiendo de la gente no tiene precio.

Trabajar entre amigos o familia puede desgastar relaciones, pero, ¿en profesiones como la música eso se multiplica?

-Arnau: Sí, es difícil trabajar con un amigo, con familia, con una pareja... Pero lo que sucede en la música es que no es un trabajo, sino que eres tú. Lo que estás vendiendo es un trocito bastante grande de ti y probablemente también el más sincero. En un grupo eso es difícil de gestionar porque al final son los muchos trocitos de cada uno metidos ahí y que funcione a la perfección es complicado... Y más en una música tan particular como la que hacemos nosotros, que no es un pop al uso sino que tiene también mucho debate detrás de cada frase, de cada intento de moraleja que metemos en las canciones… En eso en gran parte nos hemos nutrido el uno del otro y no hubiera sido posible si no hubiéramos estado debatiendo constantemente, pero a la vez ese debate constante desgasta completamente.

Sería muy tópico decir que este segundo trabajo es más maduro que su debut, Revolución Bananera (2018), pero sí que da la sensación de que su segundo disco, Revolución BananeraEric Blanch

-Eric: A ver, es que es imposible que algo fuese menos maduro que Revolución Bananera (risas). Es que eso era un despiporre de humor, de ser las primeras canciones… Y que nos encanta, ¿eh? Era como la guía de estilos de Arnau Griso. Pero en este segundo álbum obviamente han pasado cosas entre tanto, cosas muy serias, cosas entre Arnau y yo, cosas en el mundo... Y es que ya el nombre, Eric Blanch, te está hablando de la cara oculta del proyecto. Inevitablemente es un disco un poco más intimista y maduro. No sé, una fase nueva.

Como banda catalana que son, ¿ha tenido que llegar este último disco de Arnau Griso para que escucharles cantar en catalán, como hacen en el tema Tu no volies res

-Arnau: Pues sí, en los conciertos lo estoy diciendo: no hay nada más catalán que hacer una sola canción en catalán en dos discos. Es que para ganar más dinero hay que hacer canciones en castellano, lo tuvimos claro (risas). No, pero esto es un poco la misma razón por la que hemos hecho unas cuantas cosas extraordinarias o distintas en este segundo disco, por el hecho de saber que era el último. Y no podía faltar una canción en catalán ni una canción cantada por Eric -Mambo- . Fue un acierto y es un disco particular, como tenía que ser.

La despedida sobre los escenarios arrancó hace ya unas semanas. En los conciertos ofrecidos, ¿ha habido algún momento Titanic

-Arnau: Sí que está ese momento...

-Eric: Aparte está muy marcado, no porque lo induzcamos, sino porque ocurre, es como un momento de reflexión, de agradecimiento... Y no le podemos pedir más a una gira de despedida: entre los llenazos, la energía que hay por parte del público, las ganas que teníamos de tocar… No hay más, es como tocar techo. Me parece precioso quedarte con esta sensación como souvenir de cada ciudad donde tocamos. Cuando acabe, sólo va a haber una nostalgia buena.

Y lo de tocar por última vez en Pamplona en un domingo, ¿es para que el público todavía se siga acordando de Arnau Griso el lunes, cuando le cueste más eso de arrancar la semana?

-Arnau: (Risas). Nos está pasando en muchas ciudades, es una desgracia pero es que es lógico: ha habido dos años de acumulación de conciertos de muchos artistas y muchos aplazamientos y cuesta mucho encontrar salas disponibles en fechas como nos gustaría... Que si fuera por mí, sería un concierto a la semana y en sábado.

Mirando al futuro y a lo que está por venir, en la canción Superhéroe en paro

-Arnau: La idea es que ahora la gente compre muchas entradas y mucho merchan y vamos abrir una línea de donativos precisamente para eso, para que nosotros no tengamos que trabajar nunca más. Eso sería lo ideal, para que mentir... Y si tenemos que volver a trabajar, creo que la música siempre está abierta a que cualquier imbécil toque unos acordes (risas). Yo que sé, ya veremos, ahora mismo toca disfrutar de lo que tenemos, que es muy bestia, y lo que venga... Pues por muy estúpidos y veloces que seamos Eric y yo, la suerte es mas rápida y nos persigue siempre (risas).