os hermanos Bernués, de Acrónica Producciones, estrenan este jueves el cortometraje Pez volador, con el que quieren despedirse y rendir homenaje a su hermano Iñigo, el cuarto miembro de Acrónica, que se suicidó en enero de 2013. Es su forma de decirle que entienden, respetan y no le guardan rencor por lo que hizo.

Se rodó en 2016 con David Bernués al frente de la producción, la dirección y el guion, escrito también por Mikel, y Daniel en tareas de producción y ayudante de cámara. Tuvo un preestreno en la Filmoteca de Navarra ese mismo año y este jueves por fin ve definitivamente la luz en un estreno programado en Golem Baiona con doble sesión a las 19.30 y 21.00 horas y entrada gratuita hasta completar aforo.

¿Qué hubiera sucedido si Iñigo siguiese vivo? ¿Cómo sería él tantos años después? Son las preguntas que plantean. “Iñigo no es feliz. No puede, no sabe o su enfermedad mental no le deja. La medicación tampoco le ayuda. Es un cincuentón triste y resignado, un vulgar y diminuto pez en una vulgar y diminuta pecera. Hasta que decide tomar cartas en el asunto”. Es la sinopsis del corto, que nació como una forma de “dar respuesta a una inquietud personal y familiar respecto al tema del suicidio y la salud mental”, contó David Bernués. “Nos quedó la necesidad de despedirnos de él y hacerle un pequeño homenaje, y también hablar de este tema, hacer pública una realidad dura que por desgracia afecta a muchos”, añadió.

Los hermanos quieren hablar sin tapujos de un tema “cargado de tabúes, estigmas y prejuicios” pese a las cifras que demuestran que es una realidad muy presente: cada día 10 personas se quitan la vida en España, y es la primera causa de muerte violenta en el mundo. Y lo han hecho a través del corto, que para ellos tiene algo de terapéutico porque les ha ayudado a reconciliarse con lo que pasó.

En Pez volador han tratado de ponerse en la piel de la persona que se suicida, porque “la mayoría de reflexiones siempre están enfocadas desde los que nos quedamos aquí, los vivos”. Lo hacen con una metáfora visual y amable, la de un pez volador, que representa una vida encerrada y oprimida en una pecera, con la imagen de un pez aislado, solitario y preso que se libera a través de su muerte. Un pez al que la pecera se le quedó muy pequeña, igual que una persona a la que este mundo se le quedó pequeño y no pudo encontrar su sitio.

“Ha sido una experiencia dura, porque es más personal, pero también bonita y necesaria”, contó Daniel. Supone el cierre de una etapa, un final “reconfortante y gratificante” que alivia tras tantos años. Lo describió como una producción “humilde y digna” que trabajaron desde el caso concreto de su hermano, pero que puede ser extrapolable a otras personas. Sin embargo, el proyecto se planteó como una terapia que les permitiera acercarse a la decisión de su hermano y comprenderlo. “Lo que hacemos es reconciliarnos, despedirnos e inventar un final menos traumático y más amable”, explicó Mikel.

Acrónica Producciones hizo también, en coproducción con Ados Teatroa y sobre el tema de la salud mental, Que nadie camine por mi mente con los pies sucios y Lloviendo ranas. A futuro, planea llevar a cabo un documental sobre la vida de Iñigo.

“Nos quedó la necesidad de despedirnos de

él y hacerle un

pequeño homenaje”

Director

“Ha sido una experiencia dura, porque es más personal, pero también bonita y necesaria”

Productor

“Lo que hacemos

es reconciliarnos, despedirnos e inventar un final más amable”

Guionista