Impulsados por el foco que puso la pandemia sobre los sanitarios, el productor Aitor Gabilondo y el guionista Joan Barbero han dado un giro hacia los trabajadores de la salud en la cuarta temporada de Madres. Amor y vida, que ha llegado a Amazon Prime Video con tramas que se acercan a la vida y el trabajo de médicos y enfermeros y a lo precario de su sector. “En otras temporadas se ha visto más la vida de los pacientes y en esta el cambio es que se va a contar más la vida del personal sanitario”, explica la actriz Nuria Herrero (Señoras del (h)ampa). Un “giro de foco” que tiene que ver mucho “con eso de que los veíamos como héroes”, añade la actriz, una de las nuevas incorporaciones a la serie.Para sus ocho nuevos episodios, el Hospital de Los Arcos se ha renovado y la trama cuenta con muchas caras nuevas. Todo ello a partir de los importantes cambios que acontecieron durante la tercera temporada en el rumbo profesional y vital de la doctora Olivia Zavala (Aida Folch), que ha dejado pediatría para iniciarse en la cirugía. “Ha llegado un momento en los actores y personajes anteriores que, como eran pacientes, algún día se tenían que poner bien e irse del hospital. Esas tramas ya no se podían estirar más”, explica Aida Folch (Cuéntame cómo pasó, Sé quién eres), una de las pocas actrices que todavía se mantiene, tras la salida de otras como Belén Rueda de esta serie producida por Mediaset.

INCORPORACIONES Su hija, Belén Écija, se incorpora esta temporada (tras una breve aparición en la tercera) como personaje fijo, interpretando a Almudena, una de las nuevas residentes que llegan al hospital. Con ellos convive Olivia, quien se encuentra bajo la autoridad de Blanca Robledo, una nueva doctora a la que da vida la presentadora Nuria Roca, quien vuelve de nuevo a la ficción tras varios años haciendo otros proyectos.

Por su parte, Nuria Herrero interpreta a Berta, técnica de enfermería, el mismo personaje que interpretó en la serie de Gabilondo Besos al aire, mientras que, junto con Écija y Folch, completan el grupo de residentes Álvaro Rico (Élite, Alba) como Gabriel, Júlia Molins (Servir y proteger, Valeria) como Sandra, Eric Masip (Alba) como Mikel y Jordi Coll (El secreto de Puente Viejo, La otra mirada) como Luigi. Sobre ellos y lo precario de sus situación, especialmente en los primeros años de residencia, se enfoca una de las principales tramas.

“Venimos de una pandemia en la que se han visto todos los males de cómo se está tratando a la sanidad y a los médicos”, apunta Masip. Una lucha que “no se plasma” en la ficción. “Siempre vemos a los médicos sexys, simpáticos, divertidos y aquí nos hemos alejado de eso”, agrega el actor, que reconoce que han hecho “un gran esfuerzo para meternos en esas cabezas, para contarlo de la mejor manera posible”. Turnos infinitos, malos tratos psicológicos y una carencia absoluta de respeto a sus derechos laborales son algunos de los asuntos que se han buscado denunciar en la serie, impulsados por un combativo Mikel (Masip), residente de segundo año que denuncia su situación a través de huelgas y motines internos.

“En la pandemia todos salíamos a aplaudir, pero en realidad no piensas quién hay detrás. Está la imagen de que son superhéroes, pero en realidad son personas con un trabajo que tiene mucho de vocacional. Muchos de los enfermeros que nos han asesorado nos dicen que si llegan a saber lo que es no se habrían dedicado a esto”, apunta por su parte Júlia Molins.

En opinión de Écija, como ya no se ve al covid y a la pandemia como “algo de vida o muerte, se ha relajado todo” y “nos estamos volviendo a olvidar de lo importantes que son los médicos. Deberían estar presentes todo el rato, que no se nos olvide lo importantes que son y siempre hay que recordarlo para que estos profesionales tengan las ayudas necesarias”, destaca la actriz.