Con un cadáver que aparece en vísperas de San Fermín en la habitación de Hemingway del hotel La Perla. Así arranca 'La habitación de Vanderford', la nueva novela del pamplonés Miguel Izu en la que se citan personajes reales con hechos ficticios, y personajes de ficción con sucesos históricos, para dar forma a una intriga desarrollada al calor de las fiestas navarras y del famoso escritor.

¿Qué le lleva a arrancar su nueva novela con un crimen en la habitación más famosa del hotel La Perla?

-Precisamente es el libro Hemingway en los sanfermines que publiqué en el año 2019. Cuando lo estaba corrigiendo, ya pensaba en que había escrito mucho de Sanfermines y Hemingway y que había otros temas, pero un día se me ocurrió que con todos esos datos que tenía sobre él y con alguna idea peregrina que no podía poner en un libro serio, me salía una novela. Lo único que tenía que poner era un crimen. De ahí sale La habitación de Vanderford, no tardé en escribirlo precisamente porque la labor de documentación la tenía hecha. Me he divertido mucho tramando una historia alrededor de Hemingway y los Sanfermines.

Hemingway es un personaje sobre el que se ha escrito largo y tendido, ¿Ha sido un reto ofrecer una perspectiva novedosa sobre su figura?

-Sí, ese era el reto. Ya con Hemingway en los sanfermines había dado datos que no se conocían y desmentido otros, pero aquí vi la oportunidad para, junto a datos absolutamente históricos, plantear ideas más imaginativas sobre Hemingway y cosas que pudieron haber pasado (risas). Y también tiene que ver con la novela negra sanferminera, que es un género que no lo he inventado yo, pero que sí lo he identificado. Esta sería en realidad mi segunda novela negra sanferminera, la primera fue El asesinato de Caravinagre (2014). Entonces creí que era una idea original plantear un crimen en Sanfermines pero luego comprobé que no, que había un montón de novelas que luego he ido identificando. De ahí que haya aprovechado para hacer guiños primero a todos los pamploneses y amantes de los Sanfermines, a todos los amantes o enemigos acérrimos de Hemingway, a los aficionados a la novela negra...

El cadáver que se encuentra en la habitación es el de la hija del mejor amigo que tuvo Hemingway en Pamplona y con ello se inicia una trama narrada a partir de tres puntos de vista: el inspector Nicolás Adánez, de la Policía Foral de Navarra la subinspectora Renata Ibáñez; y el profesor estadounidense Michael Campbell, un especialista en Hemingway. ¿Por qué dividió el relato a tres bandas?

-Fue saliendo, la primera idea fue que sólo hubiera un narrador, el profesor americano, en primera persona y con una visión de alguien que viene de fuera, pero que conoce los Sanfermines porque viene todos los años y es más sanferminero que los propios de Pamplona. Esta visión me daba el juego, pero tenía la dificultad de cómo iba a poder contar ese guiri la investigación policial. Pensé que podía ser muy forzado y decidí poner una segunda voz, la del inspector Nicolás Adánez, el policía que lleva la investigación. Me pareció bien alternarlas, eran alguien de aquí y otro que viene de fuera, pero cuando ya tenía mucho escrito, un personaje empezó a crecer por su cuenta: la subinspectora Renata. Y le di la tercera voz, me venía bien además porque era mujer -los otros dos eran hombres-, también es más joven... Son tres voces que dan visiones complementarias y distintas sobre los Sanfermines y sobre Hemingway, entonces llegué a la conclusión definitiva de que tenía que repartir los capítulos y escenas entre tres.

Estos son tres personajes de ficción, pero en la historia también encontramos otros que sí existieron realmente, como el propio Hemingway. ¿Quién más aparecen en la historia?

-Está por ejemplo Juanito Quintana, el gran amigo de Hemingway de Pamplona... O Nathan William David, un personaje misterioso que era un gran amigo de Hemingway. Casi todo lo que cuento de ellos es verdad, luego me invento algunas cosillas para meterles en la intriga que monto yo, pero son personajes reales.

Con todos estos ingredientes, ¿qué lado ‘desconocido’ de Hemingway cree que aporta esta novela?

-Habrá muchos lectores que no conocen apenas a Hemingway y que igual se pueden acercar a la novela van a conocer realmente a Hemingway en su relación con Pamplona y los Sanfermines. También es una visión desenfadada, con lo cual el que ya conozca a Hemingway, espero que se divierta como yo me he divertido metiéndolo en algunas aventuras que intento que sean verosímiles, pero son más bien fantasiosas.

Una visión desenfadada que no deja de ser novela negra, género que retrata la realidad y las partes más oscuras de la sociedad. Y en el caso de ‘La habitación de Vanderford’, sin desvelar detalles de la trama, nos encontramos con intereses políticos y unas esferas que, como dice uno de los personajes, “tienen como trabajo engañarnos”.

-Al final la novela negra habla de eso, del mal y del poder y de la tentación que da el poder de acabar en el mal, de quiénes mandan de verdad, que a veces no son los que se ven... De todo eso hay aquí.

¿Y cuánta documentación hay detrás de este libro para que uno de sus personajes bromee con las incongruencias que se encuentra en algunas novelas negras por falta precisamente de documentación por parte de sus autores?

-Nos pasa a todos los escritores, sobre todo si nos dedicamos a hacer esta mezcla que suelo hacer yo, con realidad y ficción. O en temas policiales y penales, todo el mundo hace el mínimo esfuerzo de documentarse. Además ahora los lectores saben mucho porque se han hartado de ver series de televisión que les han hecho expertos forenses y una novela, aunque sea de ficción, tiene que ser verosímil. Ahí el riesgo de fallar es enorme, yo soy el primero que seguro que tendré algún dato por ahí que me dirán que está mal. Me río de eso un poco en general, dentro de eso hay novelistas muy serios y muy bien documentados, y hay algunos que en fin, que en cuanto empiezas a leer sabes que no se han documentado absolutamente nada.

Otro de los guiños en el libro es esa alusión a la cantidad de escritores de novela negra que han surgido en Navarra. ¿Hay una respuesta a este ‘boom’?

-Es curioso, hay un boom de la novela negra en todas partes, pero da la impresión de que en Navarra, aún siendo pequeñita, incluso lo hay más que en otros lugares. No hay una explicación, hay muchos escritores en general y es más fácil que nunca publicar, pero otra cosa luego es vender y ser leído... Ahora todo el mundo escribe y suelo decir en broma que hay más escritores que lectores...

Al margen de 'La habitación de Vanderford', recientemente obtuvo el galardón Black Mountain Bossòst 2022 por su novela ‘Retorno a Balincourt’. ¿Qué puede avanzar de esta próxima publicación?

-Sí, está a punto de salir. Acaba de recibir este premio novela negra de un festival que se hace en el Valle de Arán la semana que viene. El premio me lo dan el 30 de abril y es cuando se presenta el libro y aquí en Pamplona espero presentarlo a final de mayo en la Feria del Libro. Se desarrolla en el pasado, concretamente entre los años 20 y los años 40 del siglo XX. Es una mezcla de hechos históricos y personajes históricos y de algunos ficticios. Meto un ambiente muy bélico porque el protagonista es un militar navarro que va sufriendo varias guerras: la de Marruecos, la Guerra Civil, la Segunda Guerra Mundial...