- Los Premios Max celebraron ayer sus bodas de plata invitando a los espectadores a “levantarse del sofá y volver al teatro”, una gala que repartió mucho sus premios, pero en la que Canto jo i la muntanya balla, con tres galardones, fue la triunfadora en el Teatro Principal de Mahón (Menorca).

Juan José Solana, presidente de la Fundación de la Sociedad General de Autores y Editores, en su discurso reconoció la labor de los profesionales de las Artes Escénicas, que siguen sin recuperar el pulso, y reivindicó la importancia de las artes escénicas por su capacidad de generar “escucha, sentido crítico, participación y comunidad”.

El dramaturgo y director escénico Josep-Pere Peyró y la bailarina y coreógrafa Mar Aguiló condujeron la gala, que dio comienzo con el premio a mejor diseño de iluminación que fue a parar a manos de Nicolás Fischtel.

El actor Juan Diego Botto (Buenos Aires, 1975) obtuvo el premio a mejor actor por Una noche sin luna, un monólogo escrito y protagonizado por él sobre los aspectos más desconocidos de Federico García Lorca, una obra que se llevó también Max a mejor espectáculo teatral.

Botto no pudo acudir a la gala por encontrarse rodando y recogió el premio su hermana, la actriz Nur Levi, que leyó un mensaje del actor en el que dedicaba el premio a su madre, Cristina Rota, de la que resaltó que le inculcó “el amor al oficio y el respeto a la profesión”.

La mejor dirección de escena recayó en Guillem Albà y Joan Arqué, quienes han trasladado al escenario la novela de Irene Solà Canto jo i la muntanya balla, un espectáculo que también recibió el premio a mejor composición musical y a mejor espacio escénico.

La mejor autoría teatral fue para María Velasco González por Taleré a los hombres de sobre la faz de la tierra.

Mònica López se alzó con el premio a mejor actriz en De què parlem mentre no parlem de tota aquesta merda.

Company, protagonizada y dirigida por Antonio Banderas, logró el premio a mejor espectáculo musical.

Pasado el ecuador de la gala, un emocionado José Luis Alonso de Santos recogió el Max de Honor. Sus compañeros le recibieron en pie y le rindieron homenaje con un largo y cálido aplauso, tan intenso como los que interrumpieron su irónico y divertido discurso que agradeció a su familia por haber inventado las historias que ha contado. “Yo solo estaba allí”.

Moria, un espectáculo inmersivo ambientado en el campo de refugiados de Moria en la Isla de Lesbos, se llevó a casa el premio a mejor labor de producción y la mejor adaptación fue para Carrer Robadors.