- Tras 10 libros publicados que le han merecido diversos premios, entre los que destaca el Dashiell Hammet 2019, el escritor Carlos Bassas vuelve al panorama literario con Sinántropos, una novela que sigue en la línea de la novela negra y habla de venganza, el regreso y la memoria.

¿Qué pretende contar con Sinántropos, su nueva novela?

-Sinántropos es una historia de venganza, uno de los temas recurrentes en algunas de mis novelas, pero también toca algunas otras cosas como el desarraigo, el regreso y la memoria. Narra la historia de un chaval que a los 14 años tiene que escapar del barrio marginal en el que ha nacido. A lo largo de 10 años sobrevive como puede fuera del barrio, pero una circunstancia imprevista le obliga a volver a ese hogar. Una vez ahí, sucede algo que pone patas arriba la tranquilidad de ese regreso y desencadena una serie de acontecimientos que le llevan a cometer una venganza que no tenía intención de llevar a cabo.

¿De dónde surge la idea de escribir esta novela?

-La idea surge del título. Leyendo un libro de divulgación científica me encontré este concepto de sinantropía, que designa una cualidad biológica de ciertos animales para adaptarse a vivir al medio urbano y en contacto con el ser humano; animales que antaño eran salvajes y que para sobrevivir no tienen más remedio que adaptarse: ratas, palomas, cucarachas, gorriones y cada vez más especies a las cuales hemos invadido. Me pareció metafórico de determinadas personas que viven en situaciones marginales, porque se tienen que adaptar a vivir como pueden y a las circunstancias de la sociedad actual, que en muchos casos es hostil con ellos. A partir de ese concepto creé un personaje y una trama en la cual actuara y sustentara la novela. Para mí lo más importante era el personaje; es algo que he ido haciendo en mis novelas y se ha convertido en mi seña de identidad literaria: cada vez soy menos tramador y le doy más importancia al personaje, a su mirada y a su voz.

¿Hay algo de autobiográfico en ella?

-Siempre hay algo de nosotros en todas las novelas que escribimos; en el fondo, todas tienen algo de autobiográfico. Sin embargo, hay que distinguir, porque mucha gente cree que te refieres a los actos que hace el personaje, y no va por ahí la cosa. Hay elementos autobiográficos en cuanto a la exposición de determinados sentimientos en los personajes. Hay una parte autobiográfica sentimental, pero no de sucesos que me hayan pasado.

¿En qué se diferencia esta novela de las anteriores, qué novedades trae?

-Cada novela que uno escribe es única y diferente, pero la mayoría de escritores solemos navegar mares conocidos en cuanto a temas. En esta vuelvo a tocar el tema de la venganza, la importancia de la memoria y la soledad, algo que ya estaba en Justo y Soledad. Sin embargo, lo que procuramos es contar cada una de nuestras historias de un modo distinto, sobre todo desde un punto de vista técnico: intentas variar cómo lo estás contando. Sin embargo, esta y las anteriores mantienen algo común: mi mirada en general. De la mirada de un escritor y de cómo ese escritor plasma su mirada nace lo que llamamos estilo, y cada uno de nosotros, con el tiempo, vamos desarrollando uno propio.

¿Cuál diría que es su estilo?

-Yo pretendo ser poético y mostrar que se puede hacer algo bello de lo más oscuro y atroz. Esa es mi pelea literaria en cuanto al estilo y a mi técnica narrativa. Algunos de los mejores escritores actuales del panorama estatal de novela negra son, a la vez, poetas. Los poetas miran al mundo de una manera diferente a los narradores, pero cuando dan el salto de la lírica a la narrativa conservan parte de esa mirada, con lo cual son capaces de escribir piezas literarias de un nivel maravilloso, contando historias de lo más duro, sucio, oscuro y desgarrador. De ese choque nace la mejor literatura negra actual.

¿Qué le gustaría que sintieran los lectores al leer Sinántropos?

-El objetivo principal de contar una historia es emocionar, pero hay muchas maneras de hacerlo. Hay modos fáciles y directos y otros más complejos. Lo que sí trato de evitar a toda costa es que mis novelas tengan únicamente el objetivo de entretener. Es importante, pero si entretienes sin emocionar solo haces un tipo de literatura de consumo que a mí no me interesa. Yo siempre trato de que mis lectores no salgan indemnes de mis novelas. En mi caso procuro que mis lectores salgan heridos, porque es por la herida por donde entra la luz.

¿Qué es la escritura para usted?

-Es mi principal medio de expresión de ideas y sentimientos. En mi vida diaria a veces puedo resultar muy torpe expresando ciertas emociones, pero la literatura me sirve para sacarlas y contarlas de un modo diferente y a tumba abierta. Como persona hay cosas que jamás me atrevería a decir, pero cuando me siento delante de un teclado no me pongo límites y no hay fronteras. Eso hace que cuando veo a alguien leyendo mis libros me sienta tremendamente expuesto.

¿En qué diría que ha cambiado como escritor desde que empezó?

-Por suerte, desde mi primera novela he cambiado mucho, porque he aprendido mucho. Por un lado la técnica, que es necesaria, pero he perdido, sobre todo, el miedo a decir lo que quiero y a expresarlo como yo quiero. A medida que he ido escribiendo, he ido mejorando y perdiendo el miedo a ser yo, a mirar como a mí me gusta y a expresar como yo quiero. Y si los lectores responden positivamente a eso, significa que lo estoy haciendo bien. Hay novelas que olvidas a la semana de leerlas, pero otras te provocan tal herida que las llevas contigo el resto de tu vida. Ese es el tipo de literatura que a mí me interesa y yo, como lector, consumo.

¿Qué es el éxito de verdad para Carlos Bassas?

-Que alguien me siga editando y me siga leyendo sin necesidad de que yo modifique mi forma de contar historias. Mientras haya editoriales que sigan confiando en mi forma de ver y entender la literatura, y siga habiendo lectores a los que les guste mi forma de contar historias, ese será el éxito para mí.

¿Qué supone este libro en su carrera literaria?

-Es una confirmación de que el camino que elegí a partir de mi novela Justo es el correcto. Significa que los lectores han aceptado y les gusta mi modo de escribir. Cuando tomé la decisión de tirar por ese camino que yo quería, elegí bien. Esta es la confirmación no únicamente personal, sino también externa.

¿Qué le espera de cara al futuro?

-Ahora estoy inmerso y centrado en la promoción del libro, y luego tengo tres historias rondándome por la cabeza. Además, estoy escribiendo un guion de largometraje para una productora importante, porque muchas veces necesito desconectar de lo literario y sumergirme en otros proyectos creativos diferentes que supongan otros retos. Suelo combinar el mundo del guion cinematográfico con el mundo de literatura, son dos formas de contar historias pero de un modo radicalmente distinto, con lo cual hacer una de ellas me limpia la mente de la otra. l

Título

Sinántropos.

Editorial

Alrevés Editorial.

Precio

20 euros.

Páginas

250 páginas.

"Yo pretendo ser poético y mostrar que se puede hacer algo bello de lo más oscuro y atroz, esa es mi pelea literaria en cuanto al estilo"

"Cada novela que uno escribe es única y diferente, pero la mayoría de los escritores solemos navegar mares conocidos en cuanto a temas"