CONCIERTO DE ISEO & DODOSOUND Y DOCTOR DESEO

Fecha: 08/07/2022. Lugar: Plaza de los Fueros. Incidencias: Muchísimo público, especialmente en el concierto de Iseo & Dodosound (comenzó a las 23:30). Después, tras el parón que precedió la actuación de Doctor Deseo (comenzó pasadas las 1:30), algunos abandonaron la plaza.

Tercer día de fiestas, el cansancio todavía no hace mella. Comienza el fin de semana. Ni rastro de lluvia, solo cielo azul y buenas temperaturas. La conjunción de todos estos ingredientes solo puede dar un resultado: muchísima gente por todas partes con unas ganas inmensas de disfrutar de lo mucho que los Sanfermines pueden ofrecernos. Si ya durante la tarde un inabarcable gentío bullía por las calles de Pamplona, después de los fuegos artificiales sucedió lo mismo en la plaza de los Fueros, que albergó a una multitud de aficionados que allí se congregó para disfrutar de las dos actuaciones que había programadas: Iseo & Dodosound, primero, y Doctor Deseo, después. Un doble cartel que seguía incidiendo en el eclecticismo y en las ganas de que haya artistas para todos los gustos. Así, los locales Iseo & Dodosound, que ya habían actuado otras veces en Sanfermines (la última, también en la plaza de los Fueros, en 2018), iban a ser los encargados de acercar ritmos de reggae, electrónica y dub, mientras que

los vizcaínos de Doctor Deseo, otros viejos conocidos por estas

tierras, harían lo propio con su rock en castellano y euskera.

El duo navarro venía a presentar su último disco, Blossom, publicado el pasado mes de mayo. El título del álbum significa “florecer”, y es eso a lo que invita su música: a bailar, a sentir, a disfrutar… a revitalizarse, en definitiva, que buena falta hace después de lo vivido en los últimos años. Comenzó Leire entonando una especie de mantra en un ambiente reflexivo, pero rápidamente estalló la electrónica y el exuberante sonido de los metales. La plaza prorrumpió en aplausos y comenzó él movimiento que ya no cesaría durante toda la actuación.

Ella ponía todo de su parte para que el ambiente no decayera, no solo cantando, sino enardeciendo constantemente a su parroquia (“¿Cómo estamos, familia?”, “¡Vamos a bailar!”, “¡Vámonos, los Fueros!”…). Alberto “Dodosound” tampoco dejaba de moverse detrás de sus sintetizadores, y con ellos sentaba las bases para que el público botase. El cuarteto de vientos metales agregaba a la mezcla todo el sabor del soul y la música negra, luciéndose en algunas de sus interpretaciones, como la de My microphone (de su álbum Roots in the air, de 2017). La mezcla de estos elementos resultó explosiva y contagiosa, alcanzando uno de sus puntos más álgidos en Chan Chan, que, al contar con letra en castellano, fue masivamente coreada por la concurrencia.

Sin embargo, el idioma no supuso ningún obstáculo para que se estableciese una fuerte conexión entre los músicos y su audiencia, que coreó los estribillos Frozen desert y aplaudió a rabiar cuando Leire cantó a solas, sentada en el borde del escenario, Esa mujer, por su mensaje y por su gran interpretación. Tras ese breve instante de recogimiento, y ya hasta el final, muchísima fuerza en cortes como Dame, Fresh air, Vampire o la multicultural Arigato, con la que se despidieron.

Concierto de Doctor Deseo Anne Arguiñariz

Tras la fiesta organizada por Iseo & Dodosound, Doctor Deseo imprimió el punch rockero que de ellos se esperaba. Actualmente, la banda está inmersa en su proyecto Berriro zuekin-Maketoen iraultza-El reencuentro, una gira en la que combinan algunos de los temas en euskera que han ido grabando a lo largo de su discografía con una selección de sus canciones más populares en castellano. Su actuación comenzó pasadas la 1:30 de la madrugada, más de media hora después de que hubiese terminado la de Iseo & Dodosound. Lamentablemente, la espera se hizo demasiado larga para parte del público, que abandonó la plaza, quedando esta a mitad de su aforo. Evidentemente, la culpa no fue de Doctor Deseo, pero quizás alguien debiera replantearse si el modelo de dos artistas por noche es el más adecuado, teniendo en cuenta que el segundo empieza tan tarde, por lo que termina pasadas las 3 de la madrugada y, o se tiene muchísimo interés en disfrutar de su espectáculo, o existe una infinidad de planes alternativos.

Cavilaciones aparte, Francis y los suyos atesoran calidad y experiencia de sobra para salir airosos de cualquier envite, y en los Fueros volvieron a demostrarlo, haciendo que los que se quedaron, que no fueron pocos, disfrutasen de lo lindo. Comenzaron orquestados y rápidamente desataron toda su energía rockera. El cantante, con su sempiterno atuendo (traje negro, sombrero del mismo color, gafas de sol y liguero rojo sobre el pantalón), exudó lascivia y provocación sobre las tablas. Sus compañeros se mostraron infalibles con los instrumentos, ofreciendo un sonido pétreo y contundente. Como están haciendo en esta gira, la primera parte de la actuación estuvo formada por canciones en euskera, entre las que destacaron Morrosko Laztana, Tracy Lord o la imponente Ez nauzu izango berriz.

Tras el ya mencionado bloque en vascuence (duró una media hora), se pasaron al castellano con Pequeños héroes, que contó con una vistosa introducción electrónica. Fue en esta parte donde llegaron sus canciones más conocidas, como Busco en tus labios, en la que dispararon confeti mientras el saxo se marcaba un espectacular solo, Olas y naufragios, o la lenta y emotiva Cuánto frío hace en Saturno. No fue esta la única vez que bajaron las revoluciones, pues también lo hicieron en la inmensa Abrázame, una de las piezas más emocionantes de su repertorio, o en Ahora que estás dormida, interpretada por Francis con el único acompañamiento del piano y el saxo. Sin embargo, predominaron los momentos de garra y poderío, entre los que brillaron con luz propia dos de sus grandes clásicos que fueron bailados hasta la extenuación: Corazón de tango y La chica del batzoki, de nuevo con confeti para poner punto y final a una noche de flow & roll en los Fueros.