El Festival de Venecia cumple noventa años de historia y arranca mañana para ofrecer los últimos trabajos de directores de todo el mundo pero también con un marcado acento reivindicativo, denunciando la invasión de Ucrania o la persecución de cineastas en Irán, entre otros temas candentes y preocupantes.

En el Lido, la alargada isla que corta el paso del mar Adriático a la Ciudad de los Canales, todo rezuma cine y las instalaciones de esta 79ª Mostra son un hormiguero de operarios ultimando los preparativos y de cientos de periodistas a la caza de su acreditación.

El trabajo grueso ya está hecho pero como siempre faltan unos pocos detalles, como destapar la alfombra roja por la que pasarán las estrellas del planeta, desde Cate Blanchett a Penélope Cruz hasta jóvenes promesas como Timothée Chalamet y Harry Styles (parte meteorológico mediante, pues se prevén tormentas esta semana).

En cualquier caso, todo está listo para que empiece una edición especial por varios motivos: el primero, porque el certamen de cine internacional más antiguo del mundo cumple 90 años de su fundación en 1932 (la guerra y otros motivos suspendieron varias ediciones).

También porque la Mostra ha dejado atrás las restricciones que ensombrecieron de alguna manera los últimos dos años de pandemia: la mascarilla ya no es obligatoria, no hay ni rastro de gel, las salas estarán a aforo completo y hasta se ha derribado el triste muro que impedía las aglomeraciones de admiradores frente a la alfombra roja.

Pero además, esta vez el Festival de Venecia no se limitará a ser un reducto elitista del cine, sino que estará marcado por un importante tono reivindicativo a lo largo de sus diez días de concurso.

LA GUERRA EN UCRANIA

En primer lugar, el certamen servirá como plataforma para denunciar la guerra desatada hace ya medio año por la invasión rusa de Ucrania.

Los tiempos han cambiado y, aunque hace solo dos años la Mostra otorgaba el premio especial del jurado a Andrei Konchalovsky, amigo del presidente ruso Vladimir Putin, ahora la Bienal, que organiza el festival, ha vetado a los artistas vinculados a ese régimen.

Además, el próximo 8 de septiembre organizará el "Ukrainan day" para poner sobre la mesa "una serie de iniciativas" e apoyo a ese país europeo atacado y a sus artistas.

En el evento participarán entre otros el director de la Mostra, Alberto Barbera; el embajador ucraniano en Italia, Yaroslav Melnyk; la responsable de la Institución Nacional de Cine ucraniana, Marina Kuderchuk, y otras autoridades del mundo de la cultura.

Además asistirán los autores de las dos películas ucranianas del festival: Evgeny Afineevsky, que estrena fuera de concurso el documental "Freedom of fire: Ukraine's fight for freedom", y Antonio Lukich, que compite con "Luxembourg, Luxembourg" en Horizontes, la segunda sección de la Mostra, dedicada a las nuevas vanguardias.

Otra de las ideas de este evento de solidaridad con el pueblo ucraniano es facilitar la culminación de algunas películas, juntando a sus realizadores con los productores presentes en Venecia.

CINEASTAS PERSEGUIDOS

Por otro lado, la Mostra servirá para denunciar la persecución a la que se ven sometidos algunos cineastas en Irán, como el disidente Jafar Panahi, que compite por el León de Oro con "Kehrs nist" pero que no ha podido volar a Italia por estar arrestado desde julio.

¿Su delito? Expresar su indignación por la detención de algunos de sus colegas, como Mohammad Rasoulof y Mostafa Alehmad en el marco de las protestas por la violencia contra los civiles en el país.

El próximo sábado se organizará una conferencia sobre la situación de los artistas iraníes y el 9 de septiembre, el último día de competición veneciana, cineastas y otros representantes del mundo de la cultura llevarán a cabo una acción en la alfombra roja del Lido.

EL CLIMA

Otra preocupación que estará muy presente será la emergencia climática, un problema que amenaza a bocajarro a la delicada y hermosa Venecia, ciudad única y Patrimonio de la Humanidad.

En los últimos años no han faltado las acciones repentinas de jóvenes frente al denominado Palacio del Cine y en los últimos tiempos la Mostra ha puesto en marcha medidas para lograr la neutralidad carbónica, reduciendo por ejemplo el uso y abuso del papel.

Pero la lucha contra el cambio climático también llegará a la pantalla veneciana, en el último documental de Oliver Stone, "Nuclear", en el que se adentra en las centrales nucleares rusas, francesas y estadounidenses para estudiar su potencialidad como alternativa a los carburantes fósiles.