Jocoso y alegre, Carlos Latre llegó ayer a Pamplona para anunciar una segunda fecha en su gira, después de que las entradas para el día 17 pronto se agotasen. 

One Man Show nace en pandemia, y aunque lleva un largo recorrido a sus espaldas, llega diferente, “más maduro, más nuevo y con más personajes”. El espectáculo surge con “la premisa de hacer reír, con la intención de que la gente se lo pase bien y olvide sus problemas”.

Durante hora y media, el humorista imita a más de 100 personajes, desde Ana Belén hasta Antonio Orozco o el personaje de Nairobi en La casa de papel.

Televisión, cine, teatro... Latre, que lleva años trabajando en el mundo artísitico, y no se ciñe a una sola faceta, se mostraba entusiasmado y muy ilusionado con One Man Show, y el resto de proyectos que tiene entre manos, como el popular programa Tu cara me suena. 

El artista aseguró que, a lo largo sus 25 años de carrera, nunca se había sentido tan agradecido. “Pamplona siempre me recibe con los brazos abiertos, es una ciudad a la que quiero muchísimo y en la que me siento muy querido”, explicaba Latre mostrándose muy cercano con el público navarro. 

¿Qué es lo que quiere mostrar en Pamplona? ¿Con qué aspectos de la ciudad se queda? 

–Yo de Pamplona percibo lo que ya he vivido, es un público súper fresco, positivo y participativo, que se ríe a carcajada limpia y que aplaude muchísimo. Cuando vengo al norte siempre me dicen: “A los de aquí nos dicen que somos muy fríos”. Yo, por el contrario, no digo eso nunca. Los mejores públicos que me he encontrado son los de Pamplona. Lo que yo intento mostrar es lo que he percibido. Cuando tienes un público muy entregado, todavía das más de ti. Mis shows han sido muy buenos porque han tenido una energía buenísima. 

¿ Qué puede esperar el público?

–El que no me haya visto nunca, se va a sorprender, va a ver algo que no se espera. Yo creo mucho en un término que es “la sorpresa positiva”. Cuando algo nos sorprende de una forma positiva, eso nunca lo olvidamos. Esa sorpresa positiva es alucinante. Yo veo eso mucho en mis shows, y eso es muy bonito y muy chulo, y también un auténtico reto. Suelo pensar: “Seguro que hay 500 que no me han visto, ¡vamos a por ellos!” Los que ya me han visto, siempre se sorprenden con cosas nuevas. Siempre intento evolucionar y que el nuevo show sea mejor que el anterior, que haya novedades, y que vean a otro Latre. 

Al final, en cada ciudad ofrece un show único. 

–En cada ciudad cada espectáculo es completamente diferente y únicos.Indudablemente, la base es parecida, pero en cada ciudad intento hacer algo personalizado y diferente, incluyendo nuevos personajes o diálogos, por ejemplo. Siempre intento enterarme de cuáles son las últimas noticias, qué ha pasado en la última semana, qué le ha pasado a Osasuna, qué pasa en el Gobierno foral... 

¿Qué es lo que le atrapa de la imitación?

–Lo mío ha sido una catapulta. De repente me vi en el progama más visto de España con 19 años. Pensé: ¿Cómo asumo este tsunami que me acaba de pasar por encima? Esto es una profesión, y yo soy imitador. Durante mucho tiempo pensé: “Tendría que ser cantante, imitador, músico, o quizas escritor, pero no soy nada de eso”. Al final soy un poco de todo de eso. La imitación me ha servido para fijarme en tanta gente, en tantos personajes, en tantas formas de pensar y de hacer... Tengo una riqueza muy grande, y eso es muy chulo y muy divertido. Llega un momento que tienes que dejar de buscar y comprender que eres como eres. La pandemia me sirvió mucho para eso, para decir:“Soy Carlos, esto es lo que me gusta e intento hacerlo lo mejor posible”. También, soy muy curioso y he intentado incorporar a la imitación todas las técnicas posibles.

¿Televisión o teatro?

–Yo siempre escojo el teatro. El directo tiene algo mágico, es completamente diferente. Cada día es un examen, lo tienes ahí delante, y la gente ha pagado por verte, por lo que es una responsabilidad. El teatro es aquí y ahora. La televisión está muy bien, pero la veo como un gran escaparate, lo que te permite que te descubran y te abre la ventana para que la gente venga a verte. En el teatro es donde soy yo más al 100%. 

¿Con qué sensaciones cree que se queda el público?

–Esta gira esta siendo agradecimiento puro, sonrisas y gente que se emociona. Al finalizar uno de los shows un señor se me acercó y me dijo que hacía muchísimo tiempo que no se reía durante una hora y media seguida, y una mujer me contó que hacía tres años que no salía de su casa. Mis compañeros también me lo dicen: “No sabes como sale la gente de feliz y de contenta. Es muy bonito.

¿Cómo recibe esta acogida?

–El ego lo dejé de lado hace tiempo, ahora vivo todo esto con mucha tranquilidad y mucha satisfacción.

¿Cómo compagina los distintos proyectos en los que trabaja?

–La realidad es que tengo un equipo buenísimo detrás. La verdad es que con los años he asumido y he aprendido a acostumbrarme a esto. Tengo compañeros que me dicen: “¿Cómo eres capaz? Claro que soy capaz, te acostumbras, lo disfrutas y lo vives. Hoy llevo todo el día de arriba abajo, con dos ruedas de prensa, sesion de fotos, entrevistas... Pero es maravilloso. Yo siempre digo: “¿Te acuerdas cuando soñabas estar donde estas? ¿Dónde está el problema?Disfrútalo, es importantísimo”. Hay que ser consciente de quién eres, de lo que representas, de dónde estás y de la suerte que tienes. Antes me preocupaba demasiado por el pasado y por el futuro, por lo que había hecho y lo que me quedaba por hacer, ahora disfruto del aquí y el ahora. 

El show cuenta con 100 personajes. ¿En que se basa para escogerlos?

–Hay muchísimos aspectos. Algunos son pura actualidado, Pedro Sanchez, Feijó o Díaz Ayuso, por ejemplo. Otros forman parte de nuestro imaginario, como Boris Izaguirre, Arguiñano o Matías Prats. Algunos personajes me vienen a la mente porque son parte de mi infancia o parte de mi vida. Cuando era pequeño e iba en el coche con mi padre escuchábamos El gusto es nuestro, con Joan Manuel Serrat, Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos, entonces imito a los cuatro. Otros personajes los escojo teniendo en cuenta qué está de moda, como Nairobi de La casa de papel , y teniendo en cuenta a los jóvenes y qué es lo que les gusta o qué música escuchan, pensamos “¡Vamos a hacer a Rauw Alejandro o a Rosalía!”. Intento que el abanico sea lo más amplio posible para abarcar a todas las edades, y eso te pone muchísimo las pilas día a día.

“Un señor se acercó y me contó que hacía muchísimo tiemp o que no se reía durante una hora y media”

“La televisión esta muy bien, pero la comprendo como un gran escaparate. Yo siempre escojo el teatro”