"Es una artista tremendamente interesante, tanto artísticamente como a nivel personal. La acompaña una energía muy fuerte. Cualquier persona que haya tenido la suerte de verla en directo podría comprender esto. Se trata de una artista pegada a sus raíces, que coincide que son las raíces mismas del flamenco”. De esta forma hablan Mikel Belascoain y Miguel Goñi de Alba Heredia, bailaora que protagoniza su documental Luna Negra, cuyo primer estreno está previsto para este viernes, 30 de septiembre, en el Centro Federico García Lorca de Granada, con un espectáculo híbrido en el que, además de proyectarse las imágenes, tendrá lugar una actuación en directo. Posteriormente se podrá ver en el Museo Cuevas del Sacromonte y entre los días 26 y 30 de octubre se exhibirá en formato de instalación en el Festival de Nuevos Realizadores de la ciudad de la Alhambra.

Luna Negra nació de Maga, el espectáculo de pintura y baile flamenco que Belascoain y Heredia estrenaron en el Teatro Real en 2018. “Nuestra forma de trabajar es siempre así, comenzamos las ideas siguiendo una intuición fuerte”, apuntan Belascoain y Goñi. De esta forma iniciaron un rodaje “sin saber dónde nos llevaba, con una pura intención de observar y dejar constancia visual de nuestra fascinación por Alba y por lo que representa”.  

Orígenes

Las raíces etnográficas y antropológicas del flamenco encarnadas en la familia de Alba Heredia y sus ancestros son uno de los temas centrales de esta película experimental. Esta cuestión se aborda a través de “imágenes sencillas” creadas con elementos “que se pueden comprar en cualquier supermercado” que ilustran de “forma muy simple” el concepto de raíz. En esa idea de búsqueda de la raigambre ocupan un espacio fundamental, casi igual de protagónico, Granada en general y el Albaicín en particular. “Son personajes dentro de Luna Negra. Para nosotros, ha sido un escenario inmejorable que ofrece a la película un tono de documental ficcionado. Granada, el Albaicín y sus alrededores son increíbles. Da igual cuántas veces visitemos esta ciudad, siempre nos ofrece nuevos matices y nuevas formas de entenderlo y de tratar de retratarlo. Nos encantaría haber sido capaces de captar al menos una pequeña parte de su misterio”, continúan los creadores.

“Alba es el ejemplo de una artista empoderada desde que nació. Sus cualidades han estado fuera de cualquier duda en su entorno familiar y esto es algo muy llamativo y luminoso desde el punto de vista de la reivindicación de la mujer"

Mujer empoderada

En la película, también se filtra una reivindicación de la mujer en el flamenco, “y en concreto de Alba Heredia”. “Siempre hemos pensado es una genia del baile; sabemos que la genialidad es un concepto denostado en la contemporaneidad, pero no tenemos ningún problema en utilizar esta palabra”. “Alba es el ejemplo de una artista empoderada desde que nació”, subrayan. Y siguen: “Sus cualidades han estado fuera de cualquier duda en su entorno familiar y esto es algo muy llamativo y luminoso desde el punto de vista de la reivindicación de la mujer. No podemos generalizar a otros ámbitos del flamenco, pero Alba es una artista central en la familia Heredia-Maya, empoderada y motivada desde la cuna”.

Precisamente, la importancia de la familia queda muy clara en la boda de la propia Alba a la que tuvieron acceso Belascoain y Goñi. “Se celebró justamente en medio de esos 4 años de trabajo con Alba, y, sin duda, es “una encarnación de la parte más ritual de Luna Negra”. Ambos fueron invitados a formar parte de este “ritual ancestral gitano” y están “muy agradecidos” por ello, ya que les permitió darse cuenta de que “dentro del pueblo gitano hay un crisol de visiones distintas muy alejadas de cualquier tentación de juicio o de simplificación”. 

Lorca

Asociado a todos los elementos mencionados o, quizá como resultado de todos ellos, tiene esta película un aroma inequívocamente lorquiano. Y eso que “nunca hemos tenido la intención racional de buscar a Lorca; más bien ha sido algo irracional, mágico e inevitable”, cuenta. Cuando pones ingredientes como “el flamenco de raíces, la ciudad de Granada, el pueblo gitano y la poesía a dialogar, es como una combinación de la que se obtiene Lorca”. “Nos fuimos dando cuenta sobre la marcha de que todo nos ponía en la dirección del poeta. Las palabras, el imaginario, los lugares, las personas. Hubo un momento en que aquello se convirtió en algo completamente pegado a nuestro material y no podíamos sino reconocer casi una presencia de Federico en nuestro montaje”. Tanto es así que “lo hemos incluido en los créditos de la película, como si nos hubiera ayudado a continuar y a conseguir finalmente una coherencia en todo el proyecto”.

Blanco y negro

Lo que da unidad a la cinta también es el blanco y negro. “Es el medio en el que mejor se comprende la fotografía de Miguel”, apunta Belascoain, para quien, acostumbrado a trabajar siempre el color “casi de forma obsesiva”, esta era una ocasión para “escapar y buscar un registro en dos colores que normalmente jamás uso en exclusiva”. Además, el blanco y negro “nos ha permitido profundizar en un componente atemporal”, que en un proyecto que tratar de plasmar las raíces flamencas “era algo necesario”. 

Un proyecto vivo

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Luna Negra de momento se ha condensado en 22 minutos porque su síntesis “apela a la raíz, a lo primario”. Pero “a Miguel y a mí nos nos gustan las cosas cerradas y pensamos que pueden seguir mutando”, y hay mucho material rodado y no descartan “buscar nuevos horizontes”. Siempre, eso sí, en diálogo con Alba Heredia.