La cantante vasca Izaro (Mallabia, 1993) lleva su universo poético y musical a más de 20 ciudades del Estado con su gira Limones de oro, en la que recorre el país por primera vez con una banda y su repertorio multilingüe para seguir “abriendo camino” a los artistas que cantan en lenguas cooficiales porque todavía hay “prejuicios”.

“Aún se nota que hay gente reacia a que llegue alguien vasco cantando en euskera”, lamenta en una entrevista concedida a Europa Press, en la precisa que, afortunadamente, esta reacción es “mínima” entre su público. Para la también compositora, la presencia del euskera en sus composiciones, entre las que también hay canciones en español, es una “decisión política”, “como todo”, dice: “Para mí es valioso poder enseñar a la gente mi lengua”.

A su juicio, de esta forma se hace hueco para que más artistas del “rico ambiente cultural” de Euskadi salgan para crecer en el resto del Estado, una cuestión que, por ahora, sigue siendo “muy difícil” por los prejuicios a los que señala. Por ello, avisa de que hacen falta referentes culturales que “abran puertas”, como han hecho Tanxugueiras con la lengua gallega tras el fenómeno del Benidorm Fest –en el que dice que no participaría por el posible “ambiente hostil” de un concurso de tal magnitud–.

“Álbum regalo”

“El idioma máximo es la música”, añade Izaro al respecto, que cuenta cómo ha vivido esto por ejemplo en su paso por Helsinki, donde ha recibido el calor del público pese a no hablar ni cantar en finlandés. Además de en esta ciudad, Izaro ha pasado este año por Buenos Aires, París o las principales salas de Euskadi, para desde este mes de octubre emprender una gira estatal que prevé que será “dura” pero por la que siente especial ilusión.

En ella presentará su álbum Limones de oro (2022), que considera un “álbum regalo” para el público que la apoyo en un momento de su carrera en el que pensaba que había perdido el tren por la pandemia. “Mi anterior álbum, Limones de invierno, salió en enero de 2020 y se lo comió la pandemia, la gira cayó y fue todo muy difícil”, recuerda. “Me quedé con la sensación de que 2020 era mi año, como el año de la tormenta perfecta, que mi edad también era perfecta... Pensé que era el año de cuajar y no cuajé”, agrega. Pero salió a flote y decidió entonces crear el trabajo que mostrará en la gira, un disco en el que reúne canciones de sus anteriores álbumes en colaboraciones con artistas como Zahara, Pedro Pastor, Rozalén, Amaral, Xoel López, Cris Belako o el mexicano Alex Ferreira, entre otros.

Si bien veía un álbum de colaboraciones como “algo que solo puede hacer un artista que lleve muchos años en la industria”, decidió “aprovechar” el momento porque empezó a creer que igual no había tanto futuro para ella como pensaba.