"Ahora Rusia está viviendo uno de sus momentos más tristes y trágicos, y es el putinismo. Esto es posible gracias a todos los rusos en general y a los artistas rusos en particular, que no supieron hacer frente a la propaganda". Así se ha expresado este viernes 7 de octubre en Pamplona el director de cine ruso Victor Kossakovsky, protagonista del primer diálogo de los Encuentros 72-22 junto con el cineasta ucraniano Sergei Loznitsa, expulsado de la Academia de Cine de su país por negarse a boicotear a sus colegas del país vecino.

La sola presencia física de estas dos figuras del cine europea juntas sobre el escenario de Baluarte lanza un mensaje de gran potencia en un mundo de confrontación, lenguaje bélico y violencia constante. Y mucho más si una de ellas, Kossakovsky confiesa ante los medios su sentimiento de culpa por lo que está sucediendo entre ambos países y que nos implica a todos. La situación "es posible gracias a todos los rusos en general, pero en particular gracias a los artistas rusos, que no supieron hacer frente a la propaganda", ha dicho. Y ha añadido: "Los propagandistas hacen su trabajo y se dirigen al cerebro, a la razón; pero los artistas nos dirigimos al corazón de las personas, y no supieron convencer. Por eso yo me considero también un cómplice de lo que está pasando. Un criminal. Y si la sociedad ucraniana decide que no se pueden ver mis películas allí, yo lo aceptaré".

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"No os podéis ni imaginar lo peligroso que es todo esto", ha insistido Kossakovsky, cineasta que ha visitado al menos en dos ocasiones Pamplona con motivo del Festival Punto de Vista. El autor de Gunda, ha recriminado la postura de los 500 artistas que en su día firmaron la carta de apoyo a la anexión de Crimea. "Yo no la firmé y aplaudo tu actitud, Sergei, al no querer siquiera estrechar la mano a ninguno de ellos; porque ellos hicieron posible el segundo, el tercer y el cuarto mandato de Putin. Su rol en el actual régimen es crucial", ha afirmado con contundencia.

Por su parte, Sergei Loznitsa, que conoce a Kossakovsky desde hace décadas, ha lamentado el llamamiento que se hizo desde el Gobierno de su país, Ucrania, para boicotear a las/os artistas rusas/os. "Para mí es absurdo; boicotear la cultura es como boicotear el aire, el océano". "Me sorprendió mucho cuando surgió este tema por el concepto de guerra cultural lo creó Bismarck en 1871. Lo hizo con fines puramente políticos y ahora parece que nadie se acuerda de esto. Los esqueletos históricos están saliendo de los armarios".

Loznitsa también ha reconocido estar "muy sorprendido" de que se haga "una guerra contra la cultura y no contra la ignorancia". Quien practica esta guerra, ha señalado, "está ayudando al agresor". Además, ha recordado que en Ucrania todo esto es "más complicado", ya que "el 30% de su población habla ruso". "¿Hay que luchar contra la cultura de parte de la población?", se ha preguntado. A la vez, ha valorado que en Ucrania, "un país liberal y democrático", afortunadamente "no todos piensan igual".