José Saramago no parece haber contado con el apoyo de buena parte de los críticos literarios de diferentes países a lo largo de muchos años y así fue, igualmente, entre la comunidad lectora durante cierto tiempo, con toda seguridad a causa de la oposición de los poderes civiles y religiosos más reaccionarios, dado el paisaje y el contenido de algunas de sus obras.

Quien naciera en la localidad portuguesa de Azinhaga hace un siglo (el 16 de noviembre de 1922), siempre interesó a distintas comunidades de lectores de un modo paulatino, escribió poesía (Los poemas posibles, 1966) y teatro (¿Qué haré con este libro?, 1980) pero fue la novela, el género en el que Saramago se daría a conocer de un modo especial desde que en 1947 publicara Terra do pecado, inédita hasta ahora en castellano y presentada el pasado año por Alfaguara con el nombre de La viuda, el que, según parece, prefirió Saramago.

Su posterior producción novelística ha seguido presente en el mundo editorial hasta nuestros días y ya el pasado año, el sello DeBolsillo presentó Memorial del convento, novela histórica de 1982 centrada en el desquiciado mundo medieval de Portugal; en marzo del presente, El Viejo Topo presentó el Ensayo sobre José Saramago de Francesc Ponsa Herrera (Ediciones de Intervención Cultural); y ese mismo mes de 2022, DeBolsillo hizo lo propio al traernos de nuevo Levantado del suelo, narración de 1980 sobre la vida del campesinado portugués hasta la Revolución de los Claveles (25 de abril de 1974).

Saramago, de la reedición de cuya obra también Alfaguara se ha ocupado recientemente, obtuvo el Nobel en 1998, tras Dario Fo y antes de lograrlo Günter Grass, y es DeBolsillo, el sello que igualmente ha presentado recientemente diversas obras del portugués, como Caín (2009), El viaje del elefante (2008), Todos los nombres (1997) o El año de la muerte de Ricardo Reis (1984). E incluso el propio sello DeBolsillo ha resucitado recientemente el espíritu de El cuento de la isla desconocida, relato ya de 1998.

Quien sí triunfaría en el mundo de la poesía es la cubana Dulce María Loynaz, Premio Cervantes hace treinta años, precisamente el 6 de noviembre de 1992, pero eso no es todo, pues en noviembre (el 18 de 1922), fallece en París Marcel Proust, autor de la serie En busca del tiempo perdido (1913-1927), cuyo origen publicó Lumen a principios de este año.

Los setenta y cinco folios y otros manuscritos inéditos es el nombre del libro sustentado en el borrador de su obra maestra, en forma de monólogo interior, texto que retrata la ociosa sociedad parisina más adinerada de su época y coincide, por lo tanto, con el centenario de la muerte del autor francés; por su parte, El Proustógrafo (Nicolas Ragonneau, Alianza Editorial) es una reciente ‘enciclopedia’ sobre el autor francés. Y el penúltimo mes del año, también nos permite recordar la figura de Kurt Vonnegut, nacido el 11 de noviembre de 1922 en Indiana.

Son 100, los años transcurridos desde la llegada a este mundo de uno de los puntales de la ciencia-ficción moderna, de quien Blackie Books ha reeditado este 2022 Desayuno de campeones, considerada como una de sus novelas más personales y presentada originalmente en 1973. Debe recordarse que Blackie Books hizo no hace nada lo propio con las nuevas ediciones de Cuna de gato (1963) y la mítica Matadero Cinco (1969), así como la de otra pieza interesante del autor: El francotirador, de 1982. Y, finalmente, noviembre nos ayuda a interesarnos por otra figura: la de Jacinto Benavente.

El autor, que recibiría el Premio Nobel precisamente en el penúltimo mes de 1922, hace ahora un siglo, es el padre de obras tan populares como El nido ajeno (1894) y Los intereses creados (1907) pero lo más sorprendente en él pueden ser su carácter y sus costumbres, pues ni acudió a la gala de entrega de dicha distinción ni recogió el galardón ni el dinero correspondiente, dado que no interrumpió entonces su gira por latinoamérica... ¡con una compañía de teatro!

Autores y obras para todos los gustos.