El misterio ha sido siempre un rasgo característico que ha rodeado tanto la persona de Carmen Mola como sus novelas, que se pueden enmarcar dentro del género policíaco. Se trata de un seudónimo femenino bajo el que se escondían, hasta la edición del Premio Planeta del año pasado, los guionistas Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero. Ahora bien, a pesar de haberse desvelado esta triple identidad bajo un mismo nombre, continúan escribiendo bajo el relato de Carmen Mola, como es su última novela, Las Madres, así como una nueva novela histórica en la que están trabajando, situada en Madrid y la Habana del siglo XIX, una historia “de amor brutal”, como han descrito. 

Los tres escritores se han dado cita en una mesa redonda presentada por la periodista Ana Valencia en el Baluarte de Pamplona, en la última jornada del festival de literatura negra, Pamplona Negra. Los titiriteros detrás de Carmen Mola han explicado la razón de su unión para publicar novelas, su método de trabajo y la forma en la que compatibilizan esta “vida secreta” con sus proyectos personales y su oficio como guionistas.

En primer lugar, han relatado de forma coloquial por qué decidieron juntarse. Todo empezó con un “y si”, ha recordado Mercero, “y si escribimos una novela entre los tres, una novela entre amigos”. Martínez lo ha secundado recordando que los tres “hemos hecho el mismo viaje como guionistas. Nos pasó que nos hartamos un poco de trabajar con tanta gente y decidimos escribir nuestras novelas”. Además, en contra de lo que uno pudiera pensar sobre la unión de tres escritores y la posible lucha de egos que se podría generar, “nos lo hemos pasado muy bien escribiendo. Era divertido, hablar de Carmen Mola con personas sin saber que nosotros lo éramos, estar en una segunda fila viendo nuestras propias novelas”, ha remarcado Martínez. 

El factor decisivo de cara a mantener un buen ambiente es “el aspecto psicológico. Hace falta tener respeto y dejar el ego fuera. No te tiene que molestar que te tumben una idea por mucho que te guste y la consideres buena”, ha comentado Mercero. Así, las claves para que funcionara esta forma de triple escritura fueron el respeto, la tolerancia y la humildad.

La escritura

Ahora bien, a pesar del rato ameno, una escritura a tres bandas puede resultar complicada desde fuera, sin embargo, “nosotros lo hacemos todo a la vez, tanto la estructura como la escritura”, ha afirmado Díaz. Para empezar, “nos reunimos durante tres meses para planear la novela. Somos guionistas, hacemos una trama, luego una escaleta” y muy al final, “nos ponemos a escribir”, ha expresado Díaz. A continuación, se dividían la novela en tres partes y cada uno escribía una, para después corregirse en profundidad los unos a los otros. 

Respecto a la razón detrás del subgénero literario, Martínez ha argumentado que se decantaron por la novela negra porque “a los tres nos gustaba, y porque la estructura del thriller nos venía muy bien para lo que queríamos hacer”. Por otra parte, dentro del contexto policíaco, Díaz ha aclarado que ellos querían una protagonista mujer que fuera jefa de policía y que estuviera en el mejor momento de su vida, es decir, con 50 años, “ya ha tenido experiencia, todavía es atractiva y ha llegado al culmen laboral”. Ahora bien, una mujer en un cargo alto dentro de la policía no es lo más cotidiano, pero como Díaz ha declarado, “la ficción se adelanta a la realidad. Las mujeres llegarán a ese puesto”. 

Por otro lado, respecto a su estilo de escritura, Martínez ha relatado que “si queremos hablar de violencia extrema, tenemos que hablar y mostrarla en toda su crudeza. Esto ha derivado en que nuestras reuniones se han convertido en una competición para ver quién puede soltar las ideas más violentas”. En cambio, de cara a su próxima novela, han decidido seguir la tónica de La Bestia, más que de la ya tetralogía de la detective Elena Blanco, es decir, una novela histórica, ambientada también en la Madrid del siglo XIX y en la capital cubana pero con la diferencia de que se tratará de “una historia de amor”, ha adelantado Mercero, aunque luego Díaz le ha corregido añadiendo que sería “una historia de amor brutal”, provocando las risas del público del Baluarte. 

Por último, respecto al gran éxito que han tenido bajo el nombre de Carmen Mola, han destacado que es imposible saber la razón del éxito, “ha sido una unión del factor de la suerte, que gustara el título y la portada y que estaba bien hecho. Porque nosotros no contamos con promoción, dependíamos del boca a boca, y gustó”, ha remarcado Díaz, sin olvidarse del acierto que supuso el personaje de Elena Blanco. Además, el éxito para los escritores consistía en no dejar de ser amigos al trabajar codo con codo en la novela, de forma que ” si doce personas hubieran venido a la presentación de nuestro libro, hubiera seguido siendo un éxito”.