La Topadora sigue en su empeño de alegrar el alma a través de la música. El proyecto navarro con exmiembros de Skalariak y Vendetta tuvo la mala suerte de debutar en pandemia con su grito de guerra Voy con todo, un disco repleto de matices, mezcla de rock, ska, programaciones electrónicas, ritmos latinos e incluso rumba; y regresa ahora con su segundo trabajo, Karma (Baga Biga), que confirma la apuesta vital a través de la música e incorpora la cumbia y el euskera.

En ‘Karma’ continúa la mezcla de ritmos musicales y, como concepto, se ve una apuesta por mirarnos adentro, ser honestos y honestas con nosotros y nosotras mismas, y vivir la vida de manera auténtica, sin miedo y sin cadenas.

Sí, sigue un poco la línea del primer disco, que fue un poco maldito, porque lo sacamos en marzo de 2019 y llegó toda la pandemia y se quedó un poco ahí colgando. Por eso le hemos puesto a este Karma, a ver si nos trae buen karma (ríe). Con un mensaje positivo ante todo, y tocando varios temas; intentamos no ser monotemáticos.

¿Cómo está siendo recibido de momento este ‘Karma’?

Pues muy bien. Empezamos a sacar singles el año pasado, que ya empezó un poco la normalidad, fuimos soltando nuevos temas en los conciertos de verano y la respuesta de la gente se vio positiva.

“Somos una banda de directo, nos importa bien poco el resto; nuestra gasolina es salir en la furgoneta y tocar”

Hay ganas de disfrutar.

Sí, después de todo lo que hemos vivido con la pandemia... Ya desde el año pasado empezamos a ver la luz.

Hay una apuesta especial en el proyecto de La Topadora por ritmos latinos y africanos.

Sí, y en este disco hemos apostado por la cumbia, algo que nos trajimos de Argentina; cuando fuimos allí con Vendetta hace años, vimos toda la movida que hay con la cumbia, de gente muy joven escuchando esa música, nos quedamos un poco flipados y hemos querido abrirnos a ese ritmo. De ahí salió la canción de Muxu.También intentamos hacer salsa, ritmos africanos, nos gusta mucho la música africana. Intentamos traer un poco de todo eso por aquí.

¿Y la electrónica, que os aporta en todo esto?

Viene de los últimos años de Vendetta, cuando empezamos a meterla. Y al final tienes un montón de aparatos en casa, de sintetizadores y de historias para componer, y se trata de darles un poco de salida. Hemos querido seguir la misma línea del primer disco, que ya era muy ecléctico. Cada canción es de un palo.

"La industria musical está en coma; es difícil, pero tampoco era fácil entonces, cuando peleabas con las discográficas y no recibías mucho por esa parte"

En alguna de las letras hay una defensa de la colectividad, del bien común, que es lo que puede salvarnos en estos tiempos en que se nos fuerza a tender mucho al individualismo, y hay una gran polarización: o estás conmigo o contra mí.

Sí, son tiempos revueltos. A veces dices: joder, no tiene ninguna buena pinta esto que viene, ¿no? Y con lo que pasó de la pandemia, quisimos lanzar un mensaje de optimismo en la mayoría de las letras. Luego hay canciones como Busca y destruye en las que ya te levantas con la pata izquierda y echas ahí la rabia...

Hay también un homenaje a Gloria Fuertes: la canción ‘Ya ves tú qué tontería’. ¿Cómo surgió?

Surgió a raíz de ver a unas chicas navarras que hacen teatro recitar poemas y hablar sobre la vida de Gloria Fuertes; las vi en un pueblo cerca de Irurtzun y me quedé flipado con la vida de esta mujer. Investigué un poco, porque claro, yo la tenía en el recuerdo como la que nos leía los cuentos de críos en televisión, y luego lees y ves cómo era esa mujer en aquella época, qué fuerza, y el buen hacer que tenía con las letras... Una vez hecha la canción, me puse en contacto con la Fundación Gloria Fuertes de Madrid, les gustó el tema y me pidieron que les mandara el disco para conservarlo en sus archivos. Ahí queda como anécdota.

También hay en ‘Karma’ un experimento con metal y ska, en el tema ‘Frenético’ en el que colabora Brigi de Koma y que habla del mundo de hoy, de cómo consumimos a un ritmo y de una manera que es un sinsentido.

Totalmente. Cómo se consume la música ahora, cómo sacas una cosa y a las dos semanas ya está caducada. Se nos ocurrió la letra que va de todo esto, y luego la idea de hacer el vídeo emulando a Bizarrap, no para meternos con él, sino para decir, ¿realmente para qué gastarse dinero en vídeos si hoy en día ya con un tío con un ordenador se están haciendo vídeos...? Esa fue un poco la idea.

“Vivimos tiempos revueltos, y con este disco queremos lanzar un mensaje positivo, a ver si nos trae buen karma...”

Cómo ha cambiado todo...

Bueno, básicamente es que la industria va muriendo, ya está en coma; lo vemos quienes vivimos la industria, y eso que tampoco era fácil entonces, la pelea con las discográficas, porque tampoco recibías mucho por esa parte. Ahora, con el tema digital, muchas cosas en las que antes dependías de la discográfica te las puedes hacer tú. Hay aspectos que están bien, pero otros que echas de menos.

Y desde esa crisis de la industria, se vuelve vital más que nunca el directo.

Nosotros realmente somos una banda de directo. Nos importa bien poco el resto. Nuestro motor es salir en la furgoneta y tocar, y encontrarnos con la gente por ahí. Esa es nuestra gasolina.

¿Y hay buen horizonte en ese sentido para ‘Karma’?

Sí, ahora vamos a hacer el Karma Tour, ya tenemos bolos para verano; este mes de marzo nos vamos a Suiza, los días 24 y 25, y a la vuelta tocaremos en el Iruña Rock (día 31). Lo de Suiza viene de la época de Skalariak, hay un circuito de salas allí que siempre hemos cuidado y hemos intentado ir cada año. Íbamos con Vendetta y ahora seguimos yendo con La Topadora. Y el Iruña Rock va a ser el quitarnos la espina, no dábamos un concierto en condiciones en Iruña hace...Hicimos todo como muy pandémico, conciertos pero con mascarillas y restricciones, con la situación un poco rara. Y ahora es cuando ya nos vamos a quitar esa espina, nosotros y el público.