Begoña Pro Uriarte acaba de publicar la primera entrega de la que será una trilogía de novelas históricas dedicadas a Henry III, rey de Navarra entre 1572 y 1589, un personaje "fascinante" de "personalidad magnética" poco conocido en lo que hoy es la Comunidad Foral (Alta Navarra), aunque llegó a ser rey de Francia entre 1589 y 1610, conocido como el Grande o como El Pacificador. Publicada por Mintzoa con motivo de su 40 aniversario, esta serie acaba de arrancar con Una muerte honrosa, en la que la escritora se centra en el período que va de 1569 a 1572, en el que el nieto de Enrique de Albret y Margarita de Angulema e hijo de Juana de Albret y Antonio de Borbón "forjó su carácter" en la tercera guerra de religión francesa del lado de los protestantes, conocidos como hugonotes. Este título fue uno de los más vendidos en la Feria del Libro celebrada hace unos días en Pamplona.

"De todas las novelas que he escrito, esta es la que está más pegada a la historia", apunta Pro. Seguramente es porque, según cuenta, "hay muchas fuentes documentales sobre la época y es relativamente sencillo encontrar información". En concreto, la trilogía abarcará desde los tres años previos a que Henry accediera al trono de Navarra, cuyos monarcas se exiliaron a los territorios de la Baja Navarra tras la conquista de 1512, y los 17 años en que ejerció como tal desde la muerte de su madre en 1572.

La dinastía legítima

Henry desciende directamente de Catalina de Foix y Juan de Albret y sus abuelos son Enrique de Albret (Enrique el Sangüesino) y Margarita de Angulema, "una mujer educada y culta, autora del Heptamerón, que no se convirtió al protestantismo, pero sí tuvo una mente abierta" en estos temas. Quién sí "abjuró de su fe católica" y abrazó por completo las tesis de Lutero, extendidas en Francia por Calvino fue su hija, Juana de Albret. "Lo hizo en 1560, convencida de que cada persona debía poder defender la fe que quisiera" y de que los textos de la Biblia tenían que llegar directamente al pueblo, "por eso la hizo traducir al euskera (a cargo de Joanes de Leizarraga) y al bearnés". Así se unió a los hugonotes, calificados de herejes por parte de los católicos, representados por el trono de Francia, en esos años ocupado por la reina madre Caterina de Medici. "Las cartas que se intercambiaron entre las dos son muy interesantes", indica la escritora, para quien las guerras de religión que ya había vivido Francia y que continuarían durante un par de décadas más "tenían que ver también con un momento en que se empezaban a cuestiones cosas como el origen del poder del rey, si venía de dios a través del Papa o de la tierra", y también "con luchas de poder, por supuesto".

"Todas las fuentes hablan de que tenía una personalidad muy magnética, carismática"

Con apenas 15 años

Juana de Albret es una figura "muy atractiva". Su tío Francisco la casó muy joven, con apenas 13 años (1541), con Guillermo de Cléveris, "pero ella no asistió a la boda y se retiró a vivir sola hasta que consiguió la nulidad del matrimonio". En 1548 contrajo nupcias con Antonio de Borbón, príncipe de sangre de Francia, es decir, heredero directo del trono en el caso de que los hijos varones de Caterina de Medici y Henri de Valois no tuvieran descendencia masculina. "No se puede afirmar que Juana supiera que su hijo iba a llegar a ser rey de Francia, como en efecto lo fue al convertirse en príncipe de sangre tras la muerte de su padre, pero sí que era una estratega y seguramente quería que ocupara un lugar de poder", señala Pro.

Lo que está claro es que la reina de Navarra "delineó el futuro" de quien se convertiría en Henry III de Navarra, primero, y en Henry IV de Francia, después. "Eligió a sus preceptores y se convirtió en la mejor ministra de propaganda de la causa protestante, arengando a las tropas", en las que dejó a su hijo en 1569, "bajo la tutela de su tío, Luis de Borbón, y del almirante Coligny", y junto a su primo, Henri de Condé, de la misma edad. En ese contexto de la tercera guerra de religión, Henry "forjó su carácter". "Todas las fuentes hablan de que tenía una personalidad muy magnética, carismática" y "mi reto ha sido contar cómo empezó formándose y en las últimas batallas ya tomó el mando de sus tropas bearnesas".

Tres partes

Una muerte honrosa está dividida en tres partes. La primera, La Armada de los Príncipes, refleja cómo tanto Henry de Albret como su primo Henri de Condé se convirtieron en líderes y la reina Juana los pone como ejemplo a seguir". En la segunda, El Viaje de los Príncipes narra cómo al terminar, temporalmente, las hostilidades se sientan intentar firmar la paz y a la vez viaja con su primo y el almirante Coligny por el país en busca de "apoyo para la causa" y "para recaudar fondos". Y la tercera, El Rey de Navarra, acontece tras la firma de la paz de Saint Germaine y la muerte de Juana en 1572, "momento en que él se convierte en rey legítimo de Navarra y recoge el legado de su madre".

Las dos siguientes entregas de la trilogía tendrán lugar en 2024 y 2025 y, en ellas, Pro describirá los 17 años en los que Henry III fue rey de Navarra, justo antes de ascender al trono de Francia, "donde se le recuerda como uno de los mejores reyes de su historia" porque apostó firmemente por la paz y "por sus políticas sociales". Hoy en día aun se puede ver en su castillo de Pau, donde nació, la cuna en la que yació de niño y que está construida con un caparazón de tortuga, "porque creyeron que así "tendría fortaleza y longevidad". Murió en 1610 a los 57 años. Asesinado.

EN CORTO

  • El libro. Henry III, Rey de Navarra. Una muerte honrosa.
  • Autora. Begoña Pro Uriarte.
  • Editorial. Mintzoa.
  • El título. El título del libro se refiere al lema que Juana de Albret hizo grabar en unas medallas y que se convirtió en la divisa de los hugonotes durante la tercera guerra de religión: Pax certa, Victoria integra, Mors honesta (Una paz firme, Una victoria total, Una muerte honrosa).
  • Las Tesis de Lutero. Begoña Pro incluye al principio de cada capítulo una de las 95 tesis que escribió Lutero. "Nunca me había acercado tanto a sus planteamientos y me pareció curioso cómo coincidían en gran medida con los planteamientos de los hugonotes de acercar los textos al pueblo".
  • Nostradamus. A título de anécdota, Pro comenta cómo la familia llevó a Henry a que Nostradamus le leyera el futuro y este "le debió de decir que en él iba a recaer el honor de servir tanto al rey de Navarra como el de Francia, y fue rey de ambos reinos".