En sus inicios, ustedes tocaron en Rockola y eran amigos de Los Nikis y Siniestro Total, pero nunca se les considera parte de la Movida.

Sí, fuimos y seguimos siendo amigos de todos esos grupos, precisamente el otro día estuvimos con Emilio, de Los Nikis, y seguimos teniendo relación con Julián Hernández y con Miguel Costas, de Siniestro Total. Nosotros hemos huido siempre de los revivals, a veces nos llaman de algún evento de los 80, pero nunca hemos querido ir. No hemos querido encasillarnos, siempre hemos sido perritos sin amo (risas). Libres. Hemos preferido ir por nuestra cuenta en todos los sentidos, no hemos querido atarnos a ninguna moda. Y Los Nikis o Siniestro Total, lo mismo, son ejemplos de grupos que se lo hacen todo ellos.

Pasearon su maqueta por todas las discográficas, y todas la rechazaron. Imagino que más de un ejecutivo les habrá reconocido años más tarde que se tiró de los pelos al ver su éxito.

Sí, (José María) Cámara, el que fu presidente de BMG y de Sony en España, decía que su mayor error fue no haber fichado a Hombres G. No somos rencorosos y tenemos muy buena relación con ejecutivos de todas las discográficas. Sabemos que alguno no lo vería en su momento, pero no se lo echamos en cara. A veces se acierta y a veces se falla. Nos fastidiaba que nos cerraran todas las puertas, pero teníamos la esperanza de que alguna se abriría y nos daría una oportunidad. Lo bueno es no desfallecer; a pesar de las negativas, hay que seguir. Ese es el consejo que les daría a los jóvenes, no darse por vencido nunca. Si crees en lo que haces, alguien te dará una oportunidad; y si realmente eres original y lo que haces es distinto, triunfarás.

Finamente, la oportunidad se la dio Paco Martín, que tenía un sello independiente y tuvo que hipotecar su casa para que grabaran su primer disco.

Sí, Paco había trabajado en multinacionales y quería montar su pequeño sello. Su primer lanzamiento fue Peor Imposible, el grupo de Rossy de Palma, y luego apostó por nosotros. Le echó un par de huevos, porque no tenía ni un duro, pero confiaba mucho en el grupo. Pensaba que íbamos a vences dos o tres mil discos. Se gastó ochocientas mil pesetas (unos 4.800 euros), que en esa época, con ese dinero, te podías comprar un piso. Tuvo suerte, porque en seis meses ya éramos disco de oro con más de cincuenta mil discos vendidos. Me alegro por él, ha descubierto muchísimos grupos. Cuando se fijó en nosotros, nos dio mucha confianza. 

"Estamos en nuestro mejor momento, disfrutando de ver en nuestros conciertos a chavales de diez o doce años y tíos de casi sesenta, como nosotros"

Ustedes le devolvieron el favor cuando, un año después, convertidos ya en estrellas y con ofertas multimillonarias de todas las grandes compañías, se quedaron con su amigo.

Sí, fue grabando el segundo disco. Pensábamos que (las multis) nos habían rechazado al principio y en ese momento ya iban a tiro hecho. No quisimos irnos con nadie, estábamos muy a gusto con Paco y nos estaba yendo muy bien con él. No quisimos irnos a una multinacional, igual nos salía mal. Creo que fue una decisión muy acertada.

El éxito les llegó siendo muy jóvenes y de forma totalmente desmesurada. ¿Cómo se gestiona eso para no perder la cabeza?

No sé si habrá sido la educación que cada uno habíamos tenido en casa, afortunadamente. Hay que tener siempre los pies en el suelo y pensar que esto es efímero, que no vas a tener éxito toda la vida. Nunca imaginamos que cuarenta años más tarde íbamos a estar haciendo la mejor gira de nuestra vida. Tienes que pensar que un día estás arriba y al día siguiente, abajo. Hay que tratar bien a todo el mundo, con educación, y respetar a todos por igual, ya sea un técnico de sonido, un músico muy famoso, un presidente o un promocionero. Es cierto que se te puede ir la cabeza y puedes pensar que eres el rey del mambo, porque tienes veinte años, estás ganando pasta y te están abriendo las puertas de todos los lados, pero te tienes que dar cuenta de que esto se puede acabar en semanas. Hay que disfrutar cuando te va bien, y aprender de los errores y de los fracasos.

"Nosotros teníamos una norma, nunca salíamos a tocar borrachos o puestos; la seguíamos a rajatabla. Y como siempre estábamos trabajando..., no teníamos tiempo para drogarnos"

Supieron esquivar las drogas duras, cosa que no hicieron algunos grupos de su generación. ¿Cómo lo lograron? En esos tiempos, no había mucha información.

Las drogas estaban en todas partes, no solo en la música. Como dices, no había información y la gente se ponía hasta las cejas. Nosotros teníamos una norma, nunca salíamos a tocar borrachos o puestos. La seguíamos a rajatabla. Claro, si hacíamos doscientos conciertos al año, nos manteníamos bastante alejados del tema. Hemos visto caer a mucha gente y es una pena. Nosotros, todo nuestro esfuerzo lo dedicábamos a trabajar y a tocar. Manteníamos las drogas aparte de nuestras vidas. Estaban prohibidas cuando trabajábamos, y como siempre estábamos trabajando… No teníamos tiempo para drogarnos (risas).

En 1992, el grupo se separó. ¿Fue por ese frenético ritmo de trabajo al que alude?

Sí, llevábamos siete años, desde el 85 hasta el 92, en los que hicimos siete discos, dos películas, giras en América, promoción todo el día, televisiones… Llega un momento en el que pierdes un poco el norte, no sabes apreciar el éxito. Nosotros estábamos cansados y el público también se estaba empezando a cansar, ya no se sorprendía tanto. Ahí decidimos parar y hacer cosas al margen del grupo. En principio pensamos que iba a ser uno o dos años y al final fueron diez. Fue un parón muy beneficioso para el grupo, no ya solo al nivel musical, sino sobre todo personal, tener cada uno una vida al margen de Hombres G. Desde los 17 años hasta los 25, no habíamos hecho otra cosa. Fíjate, ahora llevamos veintiún años desde que volvimos, más tiempo que en la primera etapa.

En 2002, su regreso fue muy exitoso, pero quizás lo más sorprendente sea lo que está sucediendo ahora, cuando chavales que no habían nacido, no ya en su primera época, sino tampoco cuando se volvieron a reunir, se están enganchando a sus canciones.

Es absurdo lo que nos está pasando, surrealista. Lo que tú dices, es gente que no había nacido cuando volvimos. La primera época fue el boom, el presentarnos, el éxito rápido, la locura, las chicas, películas… Pero la parte que más estamos saboreando es esta, los últimos cinco años, y concretamente esta gira. Estamos viviendo la mejor época de Hombres G a nivel de respeto, de reacción del público, de ver público de tres o cuatro generaciones en los conciertos… Chavales de diez o doce años y tíos de casi sesenta, como nosotros. Este es nuestro mejor momento.