CONCIERTO DE HOMBRES G

Fecha: 07/10/2023

Lugar: Navarra Arena

Incidencias: Más de ocho mil espectadores.

Intérpretes: Concierto enmarcado en la gira del 40 aniversario de Hombres G, en la que hacen parada en 40 ciudades de España y América. Davis Summers (bajo y voz), Dani Mezquita (guitarra), Rafa Muñoz (guitarra) y Javi Molina (batería).

En diferentes partes del concierto, contaron con teclado, sección de metales y quinteto de cuerda.

Segundo concierto del fin de semana en el Navarra Arena; si el viernes había sido el jovencísimo Quevedo el que lo había llenado, el sábado fue el turno de unos veteranos, Hombres G, que están celebrando sus cuarenta años de carrera y vendieron más de ocho mil entradas. A diferencia de su predecesor, que apostó por una extrema austeridad escénica que rayó en la racanería, los madrileños no escatimaron en medios técnicos ni humanos para ofrecer un espectáculo que no decepcionó: grandes pantallas, hasta trece músicos sobre las tablas, extraordinario sonido… Y dos horas y media de canciones, exactamente el doble de lo acontecido el día anterior.

El concierto comenzó con once minutos de retraso. Justo cuando algunos empezaban a hacer visible su impaciencia a base de silbidos, las luces se apagaron y en las pantallas laterales se emitió un vídeo con imágenes de antiguos programas de televisión, en los que periodistas como Joaquín Luqui, Jesús Hermida o Mayra Gómez Kemp presentaban a la banda. Salieron los cuatro como en sus inicios, allá por los ochenta, cuando solo eran unos adolescentes que fantaseaban con abrirse camino en el mundo de la música. Empezaron fuerte, precisamente con el tema que les dio su primer gran empujón, Venezia, en el que Javi, el batería, hizo su intro de histriónico tenor italiano. En este primer tramo del concierto interpretaron canciones como El ataque de las chicas cocodrilo, Vuelve a mí o Indiana, todas ellas en formato de banda de rock (guitarras, bajo y batería).

Cuando llevaban una media hora de actuación, en las pantallas proyectaron una serie de saludos de colegas de profesión como Mikel Erentxun, Los Secretos, Bebe o Ana Torroja. Tras ese receso cayó el telón que ocultaba la parte trasera del escenario y allí aparecieron, además de los cuatro Hombres G, una sección de metales y un teclista. Por tanto, sonido mucho más ampuloso para la siguiente remesa de canciones, entre las que estuvieron Voy a pasármelo bien, Suéltate el pelo (durante su estribillo arrojaron varios sujetadores al escenario; el que tuvo, retuvo), o las baladas Si yo no te tengo a ti y Un par de palabras, que fueron especialmente bien acogidas y coreadas por la audiencia.

Un nuevo vídeo, esta vez con artistas como Gloria Estefan, Andrés Calamaro, Loquillo o Bunbury, que colmaron de parabienes al grupo, fue el preludio de la parte más exquisita de la velada, en la que un quinteto de cuerda se unió al combo para arropar con arreglos orquestales piezas como Esta es tu vida, Te necesito (con su aire tan Beatle) o La esquina de Rowland, dedicada al bar en que se reúnen desde antes de formar el grupo. Sonido espectacular y muy bien ecualizado, al igual que las luces y los audiovisuales, que fueron excelentes durante toda la noche. Tras unas canciones más tranquilas, pisaron el acelerador con No te escaparás, el tema con el que anunciaron su regreso en 2002, y, sobre todo, Marta tiene un marcapasos, que marcó el señuelo de la falsa despedida.

Quedaban los bises: Temblando, a piano y voz e iluminada por miles de linternas de móvil (en los ochenta hubiesen sido mecheros; o tempora, o mores); Visite nuestro bar, himno etílico que dedicaron a todos los borrachos allí presentes; y, por supuesto, el más clásico de todos sus clásicos, su gran himno, Sufre, mamón, que sirvió de perfecto colofón a la velada.

“Cuarenta años no son nada”, les había dicho Bunbury, emulando a Gardel, en su saludo previo. Pero el maño se equivocaba: cuarenta años son muchos, sobre todo cuando se han vivido con tanta intensidad como lo han hecho los Hombres G, marcando en todo este tiempo a varias generaciones. No era fácil estar a la altura de su leyenda, y ellos lo lograron.