Más de cuarenta años de carrera. Acaban de publicar un tema nuevo, no paran de dar conciertos… ¿En qué momento está Obús?
Estamos en un muy buen momento, con una ilusión muy grande. Tenemos muchas fuerzas, a nuestra edad, y muchas ganas de ofrecer cosas muevas a nuestros seguidores de siempre y a los que se puedan ir uniendo. No paramos de hacer conciertos; acabamos de llegar de Ecuador, del Quito Fest, donde hemos tocado para veinticinco mil personas. Queremos seguir adelante, no parar. Esa es nuestra filosofía.
La canción que acaban de lanzar, ‘A pico y pala’, es el primer adelanto del que será su nuevo disco. Creo que tienen idea de seguir lanzando varios singles más antes de la publicación del álbum. ¿Cómo se han adaptado a esta nueva manera de funcionar, sacando las canciones de una en una?
Somos de la vieja escuela, del vinilo, el casete y el CD. Y de hacer mínimo once canciones, eso era lo mínimo que se grababa antes para un disco. Pero nos hemos adaptado bien. Esta fórmula de los adelantos tiene de bueno que la gente va a ir conociendo las canciones poco a poco, no de golpe cuando sale el disco, como sucedía antes. Los singles eran muy conocidos, pero las demás canciones del disco igual pasaban más desapercibidas. A final de año vamos a sacar otro single con su vídeo clip y después saldrá algún otro adelanto. La idea es sacar el disco completo a finales del año que viene.
En la letra de ‘A pico y pala’ se muestran orgullosos de sus orígenes en el barrio de Vallecas y se definen como obreros del rock’n’roll. Digamos que prescinden del glamour y reivindican el oficio.
Es que la música es una profesión, un oficio. Nosotros siempre vamos abriendo camino a pico y pala. Las grandes bandas internacionales son empresarios del rock’n’roll. Guns N’ Roses, Iron Maiden, Scorpions… Son empresarios porque están forrados. Nosotros somos obreros del rock’n’roll porque vivimos al día. Si un año hacemos conciertos, tenemos para comer. Pero si otro año no giramos, lo pasamos mal y tenemos que buscarnos la vida con otras cosas. Por eso reivindicamos el pico y la pala, porque somos curritos, somos obreros. Para comer, tenemos que picar. Es lo que hacemos, y muy agradecidos. Además, otras bandas viven más del pasado, mientras que nosotros siempre estamos sacando material nuevo; luego funcionará mejor o peor, pero eso ya no depende de nosotros, sino del público.
Sobre eso de que la música es un oficio… le habrá pasado muchas veces que, al decirle a alguien que se dedica a tocar en un grupo, le habrán contestado que muy bien, pero que en qué trabaja.
Eso me da mucha rabia. Aquí se piensa que la gente que está en la música no está trabajando. El problema muchas veces es que no se saca lo suficiente para pagar autónomos o seguridad social. El músico de este país no gana dinero, no puede vivir de la música y muchos tienen que buscar otros trabajos aparte de la música, como lo tuvimos que hacer nosotros. Aquí la gente piensa que el grupo que está en un local ensayando está de cachondeo, y no, es una profesión. Es muy difícil vivir de la música en España, lo consiguen cuatro.
¿Y qué habría que hacer para que esa situación mejorase?
Hay que apoyar más a los grupos jóvenes, a las nuevas generaciones. Todavía están viviendo de AC DC y de Iron Maiden, que está muy bien, pero tienen que encontrar sus propios referentes. Espero que todavía me quede mucho por hacer, pero yo ya he hecho mi carrera. Siempre que pueda, intentaré ayudar a los que vienen por detrás, a los chavales jóvenes que están en el local. Además, es que hay un nivel buenísimo, mucha calidad, pero necesitan oportunidades. Hay muchas bandas internacionales que vienen a tocar a este país; habría que intentar que siempre toque un grupo nacional con ellos. Si hay un festival de grupos guiris, que está muy bien, el 50% de cartel debería ser nacional. Esa sería una buena forma de apoyar.
Ustedes mismos, que vivieron la gloria absoluta en los ochenta, lo pasaron mal en los noventa, incluso llegaron a parar el grupo durante unos años.
Yo nunca he dejado la música. Cuando paramos con Obús fue porque necesitábamos un descanso, la convivencia después de tantos años juntos es muy difícil. En ese parón monté Saratoga. Luego nos volvimos a reunir. También he hecho dos discos en solitario porque tenía canciones que me gustaban mucho y que no entraban dentro de la línea de Obús. No tenía más pretensión que esa: me parecían buenas canciones y quería que la gente las escuchase.
Acaban de regresar de América, donde han estado tocando. ¿Sienten que allí se trata mejor a los grupos con trayectorias largas?
Por mi experiencia, sí. A nosotros, en Latinoamérica nos quieren muchísimo. En Ecuador, Venezuela, Colombia… tenemos muchísimo apoyo. En México no tanto, hemos ido pero hemos encontrado el mismo calor que sí tenemos en otros países. El público allí es muy fanático, muy entregado. Hacen lo posible por verte, por asistir a los conciertos. En febrero vamos a hacer una gira amplia por allí.
El concierto de Pamplona será en la sala Zentral, que está celebrando su noveno aniversario. Qué importancia tienes las salas y los garitos para que las bandas nuevas puedan crecer y desarrollarse, ¿verdad?
Pues sí, la verdad. Tendría que haber muchas salas como la Zentral en toda España, pero desgraciadamente se van cerrando. Estamos deseando que llegue la noche del concierto para estar con nuestro público de Pamplona, tenemos muchos seguidores allí. Seguro que pasamos una gran noche. Vamos a hacer un buen espectáculo, Obús es un grupo muy divertido encima del escenario, conectamos muy bien con el público. Nuestro secreto es sencillísimo: pasárnoslo bien nosotros. Si no nos divertimos, no podemos comunicar nada. Para que el público se divierta, tenemos que divertirnos nosotros. Además, las salas nos gustan mucho porque te ofrecen una cercanía con el público, puedes verle los ojos y tocarlo.
Después de tantos años, ¿el mayor triunfo de Obús sería la permanencia?
El mayor triunfo está todavía por llegar. Mientras tengamos fuerza, vamos a seguir buscando nuestro mayor triunfo. El otro día, en una firma de discos en Ecuador, un seguidor nos deseó que siguiésemos otros diez años más; yo le contesté que íbamos a aguantar quince, y el tío, todo serio, me dijo: “Bueno, tampoco te pases (risas). Con la edad que tienes, diez años más ya está muy bien (risas)”. No sé cuánto nos quedará, pero si son diez años, vamos a intentar que haya sorpresas todavía más grandes que las que hemos tenido hasta ahora. Ojalá sea así.