¿El capitalismo nos invade hasta el punto de perder nuestra dignidad? ¿Cómo doman las empresas a los trabajadores? ¿Y qué estaríamos dispuestos a hacer para conservar nuestro puesto de trabajo? Estas y otras cuestiones aborda Contracciones, una obra que explora la invasión creciente de las grandes compañías en la intimidad de sus plantillas y que ha agotado entradas para su función en Pamplona.

‘Contracciones’ se presenta como una distopía laboral, pero es una distopía en la que hay mucha verdad. Imagino que mucha gente entre el público se verá identificada con lo que ocurre en escena.

Pues sí, desgraciadamente. Es una comedia negra que plasma muy bien la explotación de las grandes compañías hacia el trabajador. Bueno, grandes compañías y no tan grandes. Es verdad que la gente se siente muy identificada, yo creo que ese es el valor de la función.

Esta obra también refleja la invasión de esas empresas en la intimidad sus empleados y empleadas.

Claro, es que se sienten con poder y el poder pues parece que tiene llave para todo, y aquí se ve cómo el poder deshumaniza al trabajador. Cómo la jefa, en esta función, va intentando conseguir su objetivo de cualquier forma, utilizando cualquier medio.

Usted encarna a esa jefa con la que en realidad da voz al sistema. ¿Cómo es ese personaje y, a través de él, cómo se pinta al sistema?

Bueno, en principio es alguien amigo, atrayente, parece que hay que estar con él... pero poco a poco va mostrando su patita más fea, y poco a poco te va engullendo, y esa persona que en principio parecía alguien en quien podías confiar, poco a poco te va mostrando que si no haces lo que ella quiere, pues tiene consecuencias.

“La frase que más se repite en la vida últimamente es ‘no tengo tiempo’; no hay tiempo de calidad para conectar con nosotros mismos”

Este sistema nos quita libertad y nos esclaviza. Nos ha metido en una rueda de producción y consumo de la que es muy difícil salir.

Sí, sí, es muy complicado salir. Sobre todo es que ya afecta a nuestra salud física y emocional. Y eso, sumado a las redes sociales... parece que no tenemos tiempo de calidad para nosotros ni para conectar con otras cosas como la naturaleza. La frase que más se repite en la vida últimamente es no tengo tiempo. No tengo tiempo para mí, para conectar conmigo y para ver cómo estoy en la vida. No podemos estar en la vida por y para el trabajo únicamente, o mejor dicho, no podemos estar en la vida únicamente para ser productivos, y no puede ser que si no lo eres sientas que no haces nada, que no tienes sitio en la sociedad...

El sistema se lo ha montado bien, con eso de que el trabajo dignifica y realiza, logra que nos esclavicemos muchas veces en condiciones precarias, porque todo va subiendo menos los sueldos, y aun así ha conseguido que no nos quejemos.

Sí, es que es un sistema muy perverso. Lo han hecho muy bien para algunos, pero para los demás... No sé, yo tengo la sensación de que nunca llego a nada; y más, y más, y más... es horrible, entonces, yo creo que tenemos que empezar a vivir con menos y ser más felices con eso. Lo que pasa es que ni siquiera te dejan. Podríamos enrollarnos en todo lo criticable del sistema, que nos hace también muy individualistas, y no acabaríamos...

¿Se ha sentido alguna vez en su profesión oprimida como refleja ‘Contracciones’?

Bueno, así así no. Pero a veces sí he tenido que hacer cosas que no me gustaban o con las que no estaba de acuerdo, creo que eso nos pasa a todos. Antes, por miedos, por inseguridades, en mi profesión me costaba más llegar a sitios que quería, y ahora lo relativizo más y puedo sortearlo, puedo lidiar y vivir con ello. Todos hemos tenido que pasar por situaciones difíciles, pero hasta el nivel de deshumanizarme, no. También deber ser por mi carácter. Pero cuando era jovencita sí, pasé mucha angustia, muchos miedos, sentí mucha fragilidad e incapacidad. Tampoco es solo culpa de los demás, es tu responsabilidad dónde te colocas. Pero es verdad que te lleva la marea y no puedes salir del mar. Y al final para tocar la playa, dices, madre mía... tienes que estar nadando continuamente.

“El poder de las grandes compañías, y no tan grandes, parece que tiene la llave para todo, incluso para deshumanizar al trabajador”

En esta obra hace un duelo interpretativo con Candela Peña, ¿cómo está siendo ese trabajo conjunto?

Pues maravilloso, increíble. Porque Candela y yo nos entendemos muy bien trabajando, y eso realmente es un disfrute. Porque tenemos ya una complicidad tan tan grande, que hemos hecho crecer mucho en la función, y cada día es una montaña rusa, cada día es una función diferente y eso como actrices es impagable. También te digo que es una función muy intensa y nos tenemos que dejar ahí todo y más, y cada vez que salimos decimos madre mía, siempre decimos la frase nos va a salir, nos va a salir. Siempre transitamos por sitios bonitos, intentamos nunca ir al resultado sino transitar la función y vivirla. Y que la vivan, claro.

Se habla de algo muy crudo en esta obra pero también hay diversión, ¿es un humor negro?

Bueno, al principio parece una comedia, da la sensación de qué bien se está aquí, pero luego se va tiñendo. Es que no quiero desvelar mucho, me gusta mucho cuando la gente va a la función sin saber nada. Porque se llama Contracciones, y no tiene absolutamente nada que ver con contracciones, que eso es el gran fallo de esto, pero es que el autor no nos dejó cambiar el título. Contracciones en inglés es contractions, que son las contracciones de los contratos, entonces alude a cómo te contraen con los contratos, cómo te oprimen con las cláusulas de los contratos. De eso va Contracciones. Pero intentamos cambiar el título y no nos dejaron, entonces me encanta cuando la gente viene sin saber nada de la función y se sorprende.

A la deshumanización de la que habla ‘Contracciones’ también ha contribuido en gran parte la tecnología. Y lo que viene. Se dicen cosas de la Inteligencia Artificial que asustan, también para el cine, y el mundo de la cultura en general.

Es un tema que está ahí, que es complicado... Es que no quiero ni pensar en ello. Pero bueno, también nosotros nacimos sin Internet, no sabíamos lo que era un teléfono móvil y lo que ahora está normalizado nos parecía como imposible. Todo avanza muy rápido. Me imagino que la Inteligencia Artificial llegará, y tendremos que lidiar con ella. Pero sobre todo, que no nos deshumanicen más de lo que ya estamos con las redes sociales.

“Es un disfrute trabajar con Candela Peña, nos entendemos muy bien; nuestra complicidad ha ido creciendo en esta función”

¿Cuál es la esperanza? ¿La ve en la cultura, que nos da pensamiento crítico, reflexión, reunión...?

Desde luego la cultura es fundamental. La conexión con el arte, con la imaginación, con la naturaleza, con los animales... Y simplemente, mirar al otro. Mirar al otro. Intentar estar conectado contigo y con el otro, porque eso se está perdiendo y no puede ser. Tenemos que conectar con nuestra vulnerabilidad y con nuestra humanidad. Yo creo muchísimo en el ser humano y en la humanidad.

El teatro funciona como un espejo que nos coloca frente al reflejo del mundo. ¿Cree que obras como ‘Contracciones’ pueden contribuir a repensar y cambiar actitudes, en este caso de empresarios y trabajadores?

Bueno, no lo sé, yo nunca quiero sentar cátedra con lo que haga. Este texto nos removió porque pensábamos que estábamos en un momento complicado, y es una función que no deja indiferente. Si en la hora y cuarto que estamos la gente puede hacer el viaje con nosotros y puede sentirse desconectado y que le pase algo... Lo que sí está claro es que las cosas en vivo ahora mismo nos aportan muchísimo, es necesario ese contacto. Que en una sala se junte gente para ver un espectáculo o una película y de repente tenga unas sensaciones conjuntas, o no, pero ya el simple hecho de salir de tu casa e ir ahí, es un acontecimiento y eso es bonito. Y con eso a mí me vale. Luego ya si les hacemos disfrutar y les hacemos pensar, mejor.

Detalle del cartel de la obra 'Contracciones'. cedida

LA OBRA

  • Sinopsis: Emma, una empleada de la sección de ventas de una empresa, es entrevistada por su jefa acerca de su vida amorosa por la relación que tiene con Darren, un colega de trabajo. Poco a poco, cada vez exige más detalles a la trabajadora hasta terminar manipulando aspectos de su vida.
  • Cuándo: Este domingo 10 de diciembre, a las 19.00 horas.
  • Dónde: Teatro Gayarre.
  • Duración: 90 minutos.
  • Entradas agotadas: Las entradas para la función se agotaron y se habilitó lista de espera.
  • Autor: Mike Bartlett.
  • Dirección: Israel Solà.
  • Versión: Jorge Kent.
  • Intérpretes: Candela Peña, Pilar Castro.