La Fundación Antoni Tàpies, la ONCE, y el Museo Universidad de Navarra, en colaboración con la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra y con el apoyo de la Fundación La Caixa, han unido esfuerzos para desarrollar el proyecto innovador El maletín de Tàpies. Este proyecto tiene como objetivo principal acercar la obra L’esperit català (1971) de Antoni Tàpies a personas ciegas. 

La pieza, parte de la Colección Museo Universidad de Navarra gracias al legado de la coleccionista María Josefa Huarte, ha dado lugar a un maletín compuesto por tres elementos esenciales. En primer lugar, un cuaderno en lenguajes braille y castellano que proporciona información detallada sobre la biografía del artista, las claves pictóricas, la obra en sí misma y la transcripción de los contenidos escritos presentes en la pieza. Además, el cuaderno incorpora códigos QR que enlazan con audioguías correspondientes a esos contenidos. 

El segundo elemento del maletín incluye una reproducción táctil de la obra, resaltando las palabras más significativas. Finalmente, el tercer componente consiste en una tabla con una textura similar a la de la obra original, permitiendo que las personas exploren la pieza con sus otros sentidos, trascendiendo la limitación visual y conectando con la creación de Tàpies de una manera única y accesible. Este proyecto es un paso significativo hacia la inclusión y el acceso equitativo al arte para todas las personas. A día de hoy, existen tres ejemplares del maletín, de los cuales uno está disponible en la recepción del MUN para quien precise de él.

Se trata de un proyecto especialmente pertinente para la Fundación Tàpies porque encaja en las actividades del centenario del nacimiento del artista que inauguraron hace mes y medio, cuyo lema es Tàpies vive, vive Tàpies. Según Inma Prieto, directora de la fundación, no hay mejor manera de entender este lema que acercándose a este cuadro de L'esperit català, pues es una obra que tiene dos ideas principales: por un lado todo lo que se reivindica en este grafiti, una voluntad colectiva manifestada a través de palabras como cultura, democracia, verdad, libertad de expresión..., una serie de conceptos que son plenamente vigentes y necesarios el día de hoy. Por otro lado, apela a la idea de que el arte no tiene fronteras en el momento histórico concreto en el que la obra fue creada, durante los últimos años de la dictadura franquista, cosa que impidió que se expusiera hasta pasada la muerte de Franco.

Dos personas observan el cuadro ‘L’esperit català’ en el MUN. Javier Bergasa

Valentín Fortún, delegado de Fundación ONCE en Navarra destacó que hacer accesible una obra de arte supone una buena práctica porque la accesibilidad universal es un derecho, “el derecho transversal que permite que las personas con discapacidad de cualquier tipo accedan al resto de derechos”, resaltó, a lo que añadió que “nuestros mayores lucharon por la plasmación de los derechos y es a mi generación a quien le está tocando que realmente se concreten”. Sin embargo; su concreción resulta muy complicada porque, siendo una obligación de las administraciones públicas y las entidades privadas, considera que “no es lo general”.

Por ello, Fortún considera que esta iniciativa tiene ese doble valor: ajustarse a lo que es el derecho de la accesibilidad, en este caso, de las personas ciegas y constituir un verdadero ejemplo para otras entidades y otras iniciativas. El delegado quiso resaltar, además, la buena coordinación técnica entre el museo, la gente que ha colaborado desde la universidad y las personas de ONCE que participaron.

 El proyecto se enmarca dentro de Sociarte, una iniciativa realizada en conjunto con la Fundación La Caixa. Izaskun Azcona, responsable de la fundación en Navarra resaltó que uno de los objetivos de esta es consolidar el apoyo al arte y la cultura como fuente de desarrollo personal y social. Para ello, todos los ciudadanos deberían tener acceso. “Al fin y al cabo lo que seguimos persiguiendo es generar una sociedad más justa y equitativa, que no deje a nadie atrás. Sólo es progreso si progresamos todos”

El cuadro L’esperit català viajó el viernes por la tarde al museo Reina Sofía para la exposición dentro del centenario de Tàpies y después, en el mes de julio, será prestado a la fundación Tàpies para figurar en la exposición que se realizará en el museo del mismo nombre.