Los miembros de Morgan siguen viendo con cierto asombro lo que les está sucediendo. Tienen los pies en el suelo y la mente y el corazón, concentrados en la música.

¿En qué momento está Morgan ahora mismo? El último disco, The River and the stone, es de 2021.

Estamos en un momento muy tranquilo, disfrutando un montón. Estamos haciendo nuestros mejores conciertos, llevamos ya ciento cuarenta en esta gira y ha habido algunos cambios en la formación. Hemos tocado en teatros, en salas, en festivales, hicimos la gira con Fito… Estos últimos veinte conciertos ya tocamos de una forma muy natural. Tenemos un poco de pena porque se acaba la gira, pero estamos en un momento muy dulce.

Acaban de publicar un triple vinilo que recoge el concierto que ofrecieron en el Wizink Center. Tocar allí es casi como poner una pica en Flandes, ¿no?

Sí, totalmente (risas). Lo del Wizink nos pilló por sorpresa. Nos avisaron cuando estábamos empezando la gira, a finales de 2021 o principios de 2022, porque te avisan con mucha antelación. No era algo que quisiéramos hacer, no fue un plan nuestro. Nos avisaron del propio Wizink, que habían hablado con nuestra oficina. Nuestra primera reacción fue de sorpresa, pensábamos que era un lugar demasiado grande para nosotros. Cuando lo fuimos asimilando, hicimos una reunión y decidimos preparar un concierto especial, para el público y para nosotros. Actuamos en formato big band, con vientos y coros, que ya habíamos utilizado alguna vez, y con cuerdas, que eso era nuevo. Lo grabamos en vídeo y en audio. No sabíamos si lo íbamos a sacar o iba a ser solo un recuerdo para nosotros. Como quedó muy bien, decidimos sacarlo. Quisimos que fuese especial, porque es algo que igual no se repite nunca más. Hicimos un triple vinilo con un acabado bastante chulo, y lo vendemos en los conciertos de fin de gira.

Lo venden exclusivamente en los conciertos. De momento no está en plataformas.

Hemos subido cuatro singles, no sabemos si en algún momento lo subiremos entero. Me imagino que en algún momento saldrá, pero no sé cuando.

Hoy en día, no subirlo a las plataformas es casi un acto de rebelión. Todos los artistas se quejan de lo poco que pagan a los autores, pero todos acaban subiendo su material.

Si no lo subes a plataformas, es como si no existe. Pero eso también le da más valor al vinilo, o al hecho de comprar en el merchandising y echar una mano al grupo. Por otro lado, quieres que lo escuche cuanta más gente mejor, pero igual así tiene un valor extra. No tenemos nada en contra de las plataformas; pagan poco, es una miseria, pero también facilitan que te pueda escuchar gente que de otro modo no lo haría, y que igual luego paga una entrada para verte en concierto. Tiene una doble lectura complicada. No es la mejor época para ser músico, pero es lo que hay.

“Hoy en día si no subes la música que haces a plataformas es como si no existe; pero eso también la da más valor al vinilo”

Ese cuidar el formato físico denota que Morgan es un grupo a la antigua usanza. En tiempos de estribillos instantáneos, ustedes ofrecen largos pasajes instrumentales, belleza, profundidad…

Sí, totalmente. Intentamos cuidar todo lo que hacemos al máximo, y nunca pensando en la escena, ni en lo que está de moda, ni en el aspecto meramente comercial. Nunca ha habido un comentario así en el local y nunca lo habrá. Cuando estamos haciendo música, las decisiones se toman pensando únicamente en la música, en lo que nos gusta. Si algo nos emociona, fuera del local de ensayo habrá alguien que se emocione también. Serán cien o diez mil, pero la filosofía de la banda no va a cambiar por eso. Y es curioso que, haciendo la música que hacemos, estemos llenando salas. Además, cantamos en inglés. No tiene sentido. Tú le enseñas la carrera de Morgan a un visionario de la industria y te dirá que es una anomalía. Somos conscientes de eso, pero vamos a seguir haciendo la música que nos gusta.

Entiendo por lo que dice que, cuando empezaron con el grupo, no imaginaban que iban a llegar a donde han llegado.

Para nada. Cuando estábamos escuchando las mezclas del primer disco, Nina estaba emocionadísima de cómo sonaba. Yo también, pero le quise rebajar un poco las ilusiones para que no se decepcionara. Yo ya había estado en más bandas antes, y siempre que grabas algo piensas que es lo mejor que has podido hacer y que va a haber alguien que le guste, una gira… Pero lo más probable es que no pase nada. No teníamos discográfica, de hecho seguimos sin tenerla a día de hoy. Habíamos pedido dinero a familiares para poder grabar el disco. No teníamos oficina de management… Los primeros conciertos los cerré yo, por teléfono, en un par de salas de Madrid. No había más. Al final, hicimos unos noventa conciertos en la gira de ese primer disco. Fue un sorpresón. Sin estribillos claros, con canciones de siete minutos, cantando en inglés… Me impresiona y me alegra que haya público para eso, que no todo sea consumo inmediato. La gente lo agradece, además, nos dicen que se emocionan con nuestra música.

“Me impresiona y me alegra que haya público para canciones de siete minutos sin estribillos claros, que no todo sea consumo inmediato”

¿Y cuál puede ser el motivo? ¿Quizás que el público percibe esa honestidad?

Puede ser, igual la gente empatiza con eso. Somos cinco chavales tocando sus instrumentos y pensando solo en la música, no en hacer posts para Instagram. Las raíces de los que hacemos son clásicas, sesenteras y setenteras. Somos músicos los seis, no somos gente que viene de otros lados y monta un grupo para tocar después del trabajo. Nuestra vida es esta, dentro y fuera de Morgan. Por eso solo pensamos de esta manera.

En esa ascensión del grupo, en Pamplona han contado siempre con mucho apoyo y llevan años llenando los locales en los que tocan.

Pamplona siempre nos ha respondido muy bien. Siempre, siempre. Desde la primera vez, que tocamos en una plaza… Recuerdo perfectamente el concierto, aunque no el nombre del lugar. Y desde entonces, siempre bien. Esta es la tercera o cuarta vez que vamos a Zentral, y casi siempre lo hemos llenado. La primera vez no, pero ya había bastante público. Nos pasó como con el Wizink, que pensábamos que nos venía grande, pero vino mucha gente. El año pasado tocamos en Baluarte, era nuestra primera vez allí. Estábamos vendiendo muchísimas entradas, pero yo cogí COVID y tuvimos que posponer diez días el concierto; era un sábado y los pasamos al lunes. Hubo gente que devolvió la entrada. Aún así vino mucho público, pero me dio mucha pena. Nos encanta tocar en Pamplona. Hay publicazo, siempre vamos felices.

Decíamos al principio que el último disco es de 2021. ¿Están trabajando ya en lo nuevo?

Ahora mismo estamos centrados en terminar la gira, que termina el fin de semana que viene. Nina está componiendo, luego trabajaremos las canciones entre todo el grupo. Así lo hacemos siempre. La idea es descansar un tiempo, dos o tres meses, y en verano, si podemos y tenemos las canciones listas, entrar a grabar. No sabemos dónde ni con quién. La intención es estar un año sin dar conciertos, para dar descanso al público y a nosotros, y volver en marzo de 2025. Pero bueno, dependerá de si tenemos canciones que nos emocionen.