Sílvia Pérez Cruz es una de las voces más “sobrecogedoras “surgidas en los últimos años, en palabras de Jorge Drexler. “Una voz que marca una generación”, añade el uruguayo. El público navarro podrá volver a escucharla y disfrutar del nuevo trabajo de la catalana, Toda una vida, un día el sábado, sábado 23 de marzo, en el auditorio Baluarte (20.30 horas).

Las entradas para asistir a este evento promovido por In&Out Producciones tienen un coste de entre 25 y 45 euros. La cita, además, está incluida dentro del Bono Cultural Joven del Gobierno central. Más información en este enlace.

La productora, compositora y cantante catalana creció entre canciones populares ibéricas y latinoamericanas y se educó en el clásico y en el jazz, dejándose hechizar también por el flamenco. “Es una artista versátil, fiel a los diferentes estilos que aborda sin dejar de ser ella misma”, explican desde la promotora. En su regreso a Baluarte interpretará temas de su último proyecto, que “nace de la soledad con voluntad de unir soledades” y en el que se dan la mano bolero, fado, música coral, tonadas a capella, flamenco, sonidos mediterráneos...

Las etapas de la existencia

Toda la vida, un día es una obra en cinco movimientos que reflexiona sobre las etapas de la existencia, además de un álbum conceptual que surgió como respuesta a la soledad del confinamiento y como necesidad de recrear la vida entera en una única obra. Cada uno de los cinco movimientos del álbum representa una etapa: infancia (de los 0 a los 20 años), la juventud (de los 20 a los 40), la madurez (de los 40 a los 60), la vejez (de los 60 en adelante) y, por último, o principio, el renacer. Cada fase también está identificada por un color que la artista ha elegido basándose en sus propias experiencias vitales. Toda la vida, un día, que también da título a una de las 21 canciones en castellano y en catalán, es “una reflexión sobre la vida y la muerte”. “Pero la muerte como un paso de transformación. Cada movimiento tiene una sonoridad distinta: en instrumentos, en los arreglos, en la producción…”, comenta la artista.

El primer movimiento –Infancia— es más luminoso, más amable. El segundo —Juventud— es más experimental, con sintetizadores y autotune. En el tercero —Madurez— se presenta con dúos, “para representar ese momento de intimidad en el que cada uno elige lo que quiere”. Vejez es más clásico, con más peso del sonido y de las cuerdas, y Renacimiento es el más rítmico y alegre de todos los movimientos, basado principalmente en percusión y la voz. Este trabajo viaja de lo acústico a lo clásico. Aparecen en el álbum también la intimidad del dúo de la guitarra de siempre e invitados de lujo: Juan Quintero, Natalia Lafourcade, Liliana Herrero, Carmen Linares, Pepe Habichuela, Salvador Sobral…

Un disco extenso en la que la catalana se deja acompañar por una amplia sección de cuerda (guitarras, bajo, chelo, violín), que dialogan con percusiones, teclados, sección de viento. Pérez Cruz escribe la mayoría de las letras, aunque también hay adaptaciones de William Carlos Williams, Fernando Pessoa o la uruguaya Idea Vilariño.

Sílvia Pérez Cruz (Palafrugell, Girona, 1983) ha publicado también en solitario: 11 de novembre, Granada, Domus, Vestida de nit, Joia, MA. Live in Tokyo y Farsa (género imposible).