CARNE DE PERRA

Autora: Fátima Sime.

Editorial: Txalaparta, 2024.

Páginas: 150.

El pasado mes de febrero, falleció la estimada escritora boliviana Gaby Vallejo Canedo, autora de diversos ensayos y novelas como Los vulnerables (1973) o Hijo de opa (1977), y, en enero, Alfaguara ya había presentado los Cuentos Completos del argentino Julio Cortázar, nacido justo ahora hace 110 años y fallecido hace 40, efemérides que permiten conocer (o volver a leer) al autor de Rayuela a través de sus textos breves en dos volúmenes: el de los pertenecientes al período que une 1945 y 1965 más los de Papeles inesperados y el de otro perídodo: el comprendido entre 1969 y 1982.

Y experimentamos, también ahora, otra experiencia enriquecedora: Txalaparta presenta el debut de la chilena Fátima Sime en el mundo de la novela: Carne de perra, que ya contaba con dos ediciones anteriores: la de 2009 y la de 2022. El relato es la historia de una terrible experiencia: “Está desnuda, tirada sobre un piso de baldosas. Tiene los ojos vendados y las manos atadas a la espalda. Con la piel húmeda, siente que se congela. Aunque no hay signos visibles de la reciente tortura cada vez que tirita el dolor es intenso. De pronto percibe a su lado un cuerpo, una respiración ronca, fatigosa”.

Carne de perra está elaborada de un modo libre, el que ayuda a lector y lectora a dejarse llevar por la barbarie en la que se convirtió la sociedad chilena a lo largo de los interminables años de una época muy oscura: “El tipo la mira un rato en silencio, abre una carpeta y lee en voz alta: María Rosa Santiago López, veinticuatro años, profesión: enfermera universitaria. Se detiene, hace un gesto de asombro enarcando las cejas. El cigarrillo continúa en la comisura de la boca. Retira unas fotos. Toma una y se la muestra. Por lo que veo, dice, heredó el pelo de su padre. Porque este es su padre, ¿verdad?”.

“No puede creer que solo un piso de distancia la separe del horror donde estuvo. Es una oficina con escritorio, sillas, máquina de escribir. El hombre, rodeado de papeles y carpetas, ha perdido ferocidad. Tome asiente, dice mostrando la silla. Se dieron cuenta del error, piensa ella”: la novela, por otro lado, presenta el infierno al que diversas generaciones, y no solo chilenas, hubieron de enfrentarse y todavía deben afrontar en nuestros días, cuando los responsables de aquel horror siguen pretendiendo ocultar o, cuando menos, ignorar en la medida de lo posible, otra de las razones para leer Carne de perra.

Se trata del impactante testimonio de un mundo atroz: “Se ha sentado a horcajadas sobre ella, la aplasta, comprime sus caderas. Está embelesado jugando con su cara. ¿Te duele? Ella asiente con la cabeza. Espera, no te muevas. voy a ayudarte, ¿ves qué delicado soy?”. Carne de perra (impactante y oportuno título) nace, por otro lado, en años que, afortunadamente, conocen otras publicaciones relacionadas con la lucha de la mujer por sus derechos, por el respeto que se le debe a todo ser humano.

Simone de Beauvoir. Lo quiero todo en la vida, cómic de Lumen elaborado por Julia Korbik y Julia Bernhard; La desfatachez machista, ensayo de María Martín Barranco para el sello Catarata; o Sobre la tierra, bajo la sombra, otro ensayo, éste de Leire Milikua para Consonni, son ejemplos de una literatura muy diferente, si bien ellos (y otros) son libros recientes que constatan la indiferencia de buen parte de la sociedad por la situación de la mujer en un presente en gran medida machista, tanto en la ciudad como la vida rural.

Y Carne de perra es, en forma de novela, uno de los textos más sorprendentes de cuantos exploran todo ello, desarrollado de un modo claro y conciso: “Es rápida, a las cuatro y media el hombre que está amarrado en la parrilla, con los ojos vendados y una herida en la parte posterior de la cabeza, tiene instalado un suero con medicamentos en su brazo derecho. No le quiten la manta y esperen al menos veinte minutos antes de reintentarlo, dice ella cuando termina”.

Notable debut testimonial.

MEMORIA DE MIS PUTAS TRISTES

Autor: Gabriel García Márquez.

Editorial: DeBolsillo, 2024.

Páginas: 112.

“El año de mis noventa años quise regalarme una noche de amor loco con una adolescente virgen. Me acordé de Rosa Cabarcas, la dueña de una casa clandestina que solía avisar a sus buenos clientes cuando tenía una novedad disponible”: ya el arranque de la novela (Memoria de mis putas tristes, la última del colombiano Gabriel García Márquez), refleja el tono del relato, publicado en 2004 por Mondadori y ahora presentado de nuevo por el sello DeBolsillo. Su adaptación cinematográfica, de 2012 y a cargo de Henning Carlsen, ayudó al texto de García Márquez en la obtención de una gran popularidad pero es, la del autor de Cien años de soledad, una obra notable.

Memorias... aparece, además, cuando se cumplen los 20 años de su publicación original y Random House edita En agosto nos vemos, novela póstuma del autor que, en la narración que nos ocupa, se muestra convencido. Convencido y decidido: “Escribo esta memoria en lo poco que queda de la biblioteca que fue de mis padres, y cuyos anaqueles están a punto de desplomarse por la paciencia de las polillas”. Es, pues, Memoria de mis putas tristes, una historia que tiene mucho de confesión, la del personaje de una novela absolutamente recomendable.

EL ASCENSO DE GIULIANO

Autor: Diego Galindo Benavides.

Editorial: Círculo Rojo, 2024.

Páginas: 408.

De Soldado a Don, Segunda Parte. El ascenso de Giuliano: “Después de la reunión, cenamos todos los presentes. Se acercó mi cuñado Gian Luca a reprocharme que lo había jodido al llevarlo con nosotros a Nueva York; le pedí disculpas, pero no las aceptó. Lo entendía perfectamente y no se lo tomé en cuenta, dado que era reciente”: se trata de la trilogía del navarro Diego Galindo acerca del veloz ascenso de un joven hacia su adolescencia y su madurez, hacia su acceso a la cúpula de una organización mafiosa.

Galindo logra su fin y lo hace gracias a un ritmo preciso y a un lenguaje nada exagerado, muy propio de las novelas de aquellos autores que, con toda seguridad, tienen mucho que ver en su narrativa: “Al día siguiente, al despertarme, me di un buen baño y me puse elegante, como de costumbre. Bajé al salón y allí estaba mi hermana con mi sobrino. Me preguntó si quería desayunar y le dije que solo me apetecía un café. Cuestioné por mis muchachos y me respondió que me esperaban en la taberna del puerto, que solía frecuentar la familia. Tomé el café”.

2012: De Soldado a Don; 2024: El ascenso de Giuliano. Relatos interesantes, entretenidos y... no tan ligeros.