En 2023 Bocanada acompañó a Marea en todos sus conciertos. Fueron veinticinco fechas, todas ellas multitudinarias. Ahora han vuelto a salir de gira. ¿Se quedaron con ganas de más?

–Qué va, yo estoy hasta los cojones (risas). El año pasado, los Marea nos invitaron a su gira y fue maravilloso. Lo que pasa es que, después de que nos pusieran en ese escaparate, que nos vieron doscientas mil personas, no podíamos permitirnos el lujo de parar y ya está. Teníamos que aprovechar la oportunidad para salir a tocar y ver qué frutos daba lo que habíamos sembrado; comprobar cuánta de esa gente que nos había visto con Marea iba a venir también a un concierto de Bocanada. Terminamos en noviembre y en enero salimos otra vez, no queríamos que aquellos a los que les pudo interesar nuestra música se olvidasen de nosotros.

¿Y cómo llevan el cambio de tocar en recintos enormes a hacerlo en salas más pequeñas?

–Nosotros somos carne de sala. Bocanada hemos hecho más de doscientos cincuenta conciertos en salas, las fechas que hemos tocado en pabellones han sido muy puntuales. Además, siempre nos ha gustado más tocar en salas, somos una banda muy cercana a la gente. A mí me gusta oler a la persona que tengo delante, sentir el calor que desprende, tener las miradas cerca, ver las sonrisas, escuchar cómo te cantan… eso es maravilloso. Cualquier banda habría pagado por hacer una gira por pabellones, es espectacular, pero como más siente el alma es en una sala pequeña, con doscientas, trescientas o cuatrocientas personas que te gritan a la cara. Son dos conceptos muy diferentes, como el blanco y el negro.

Últimamente se habla mucho de lo duro que está el circuito de las salas. Parece que el público prefiere los grandes conciertos y macro festivales.

–Yo no soy de grandes festivales, la verdad. Para mí se han convertido en un circo. Te lo digo yo, que vamos a tocar en festivales como el Viña Rock, pero me da igual. Lo que más pena me da es que hay bandas pequeñas que luchan por querer ir a un festival. Los entiendo, porque es la forma de que te mucha gente pueda conocerte. La otra opción es que alquilen una sala, no sé, en Cáceres, y se vayan a tocar, pero, ¿para qué? ¿Para perder mil euros? Bocanada ha palmado mucha pasta. Llevamos tocando 18 años y nos ha tocado poner mucho dinero de nuestro bolsillo, y hemos estado comiendo bocatas de chorizo y durmiendo en la furgoneta… Para una banda que empieza, es difícil organizarse una gira de salas. Otra cosa es que pegues un pepinazo, que subas un disco a las redes, funcione, y veas que vas a llenar los sitios, o por lo menos que vas a amortizar los gastos. Pero es complicado que una banda que empieza pueda salir de su ciudad, pagar 500 euros para alquilar la sala, pagar la gasolina, pagar el alojamiento y no volver a casa habiendo perdido 700 euros. Nosotros hemos sembrado mucho. Para meter trescientas personas en Madrid, hemos tocado veinticinco veces antes. Nadie nos ha dado el plato lleno.

A pesar de este panorama, a ustedes les ha ido muy bien en esta gira, ¿no?

–Sí. Hemos duplicado el público en todos los conciertos. Tampoco es que hasta ahora estuviésemos manejando aforos inmensos, metíamos ochenta, cien, doscientas o trescientas personas, dependiendo de las ciudades. Siempre hemos sido bastante humildes en ese aspecto, ojalá hubiese sido lo contrario. Pero es verdad que los números no engañan y esta vez hemos metido el doble de gente, hemos llenado y, en algunas ciudades, agotando las entradas con dos meses de antelación, como ha sucedido en Madrid. Nunca nos había pasado algo así. Se ha notado mucha subida. No sé si habrá sido por la gira de Marea; por lógica, entiendo que sí, porque hemos hecho ciudades a las que habíamos ido con Marea. Pero no es solo que hayamos metido más público, sino que el público ha venido estudiado. Se sabían las letras. Han escuchado los discos, cantaban las canciones. Estaban con muchas ganas.

A esa comunión, ustedes le llaman “comer el aire”, un guiño al nombre de la gira (Hora de comer el aire).

–El nombre de la gira venía por el nombre del grupo, Bocanada, que es coger aire, comer aire. Veníamos de la gira de Marea y ahora era la hora de que la gente nos viese a nosotros solos, era la hora de Bocanada. Era nuestro momento, el de la gente que se sienta a nuestra mesa a comer lo que nosotros hacemos. Ha funcionado muy bien. De hecho, ha funcionado tan bien que es muy probable que hagamos una segunda parte.

Dejando claro que tienen cinco discos de mucha calidad, ¿cree que es el escenario donde el grupo da lo mejor de sí mismo?

–Totalmente. Es que nosotros grabamos discos porque tenemos que hacerlo, no me da vergüenza decirlo porque es verdad. Hacemos canciones para que la gente las escuche y pueda cantarlas con nosotros, pero lo nuestro es el escenario. Hay que tener canciones. Canciones no, buenas canciones. Pero Bocanada es un grupo de escenario. No conozco a nadie que haya escuchado un disco nuestro y luego haya venido a vernos. Siempre es al revés: primero nos ven y luego escuchan el disco y vuelven a otro concierto. También funciona el boca a boca, esa persona le dice a otra: “Tienes que ver a estos tíos”. Suena egocéntrico, pero creo que somos una apisonadora encima del escenario. Veo muchas bandas, pero muy pocas como la nuestra. Puede haber musicazos, virtuosos de sus instrumentos, pero es difícil encontrarte una banda que desprenda tanta energía como Bocanada. Suena egocéntrico, lo sé, pero creo que no hay otra banda como Bocanada.

Todo esto llega cuando cuando cumplen 18 años de carrera. Es difícil mantener un grupo durante tanto tiempo, compaginarlo con trabajos, familias, vidas…

–A nosotros hace ya tiempo que nos regalaron todo. Todo lo que buscábamos, se cumplió. Es muy complicado mantener una banda; no me hacen muchas veces esta pregunta, pero yo pienso en ello casi a diario. Puedes mantener una banda viva con 18 años, con 20, con 25 o incluso con 30. A partir de los 45 es muy difícil, con los trabajos, las familias, los niños… Siempre lo he dicho: en mi casa no ha entrado nunca ni una barra de pan ni una caja de leche con el dinero de la música, y llevamos 28 años entre todas las bandas en las que hemos estado. Es muy difícil seguir haciendo lo que te gusta, porque tienes que arrastrar todo contigo. No solo arrastras a tus amigos, también arrastras a tu familia, a tus hijos… Si vivieses de esto, si la música llenase tu cuenta corriente, sería más fácil, porque sería a lo que te dedicas. Pero si no, es muy cansado. A veces se te quitan las ganas, pero al día siguiente ves que sería imposible vivir sin esto. Yo tengo muchísima suerte, porque viajo con mi familia. Mi mujer y mi hijo vienen conmigo, en cada concierto y cada gira. Mi hijo tiene dos años y medio y el año pasado se hizo veinte mil kilómetros y cogió ocho aviones. Para mí es mucho más fácil todo si sé que están ahí. Si no, igual no podría hacerlo.

El de Burlada es el último concierto de esta gira. Ya hemos dicho que están en un gran momento, imagino que no pararán ahora y habrá más conciertos, disco…

–No pudimos compaginar la gira de Marea con la grabación de un nuevo disco. Pudimos hacer algún single suelto y algún vídeo clip, hemos sacado nuevo merchandising… Tenemos canciones, estamos trabajando en ellas, pero hasta ahora no nos ha dado tiempo a grabar un disco y no podíamos parar. Si hubiésemos parado siete meses para terminar el disco, quizás habríamos dejado escapar el tren. Igual no “el tren”, pero si uno de los trenes. No sabemos si vamos a poder terminar el disco este año, sí que iremos sacando más adelantos y sí que habrá más conciertos, eso te lo puedo adelantar. Queremos visitar más ciudades. Por lo que dice Zido, nuestro manager, nos están llegando propuestas de muchos sitios. Ahora hay que ver si nos salen los números. En Bocanada no somos peseteros; con no perder, nos conformamos. Si al volver nos hemos quedado a cero, vamos y tocamos. Pero no nos podemos permitir el lujo de ir hasta no sé dónde para perder pasta. Lo hemos hecho toda la vida, pero ya no. Ya no estamos para hacer el tonto; si quiero ver tontos, me pongo Tele 5 (risas). Pero sí, vamos a seguir de gira.

Habiendo dicho todo lo que hemos dicho de sus conciertos, ¿no se han planteado publicar un disco en directo?

–Sí, nos lo hemos planteado. Incluso pensamos grabarlo para esta gira, pero no hemos decidido nada. Mucha gente nos ha dicho que tenemos que hacerlo. Habría qué decidir el momento y el sitio. Es una carta que está boca arriba y que, seguramente, jugaremos en algún momento. l