La obra de teatro El nadador de aguas abiertas, candidata a 6 Premios Max, iniciará este viernes, 12 de abril, una gira por Navarra que parará también en Ansoáin (13 de abril), Berriozar (día 21), Mutilva (28) y Zizur Mayor (4 de mayo).

De entre las nominaciones que ha recibido, cabe destacar la del navarro David Bernués, que opta a la estatuilla de la manzana con antifaz por su diseño de iluminación. Asimismo, el montaje suma las candidaturas de mejor espectáculo, mejor dirección, mejor escenografía, mejor interpretación y mejor adaptación, labor, esta última, realizada por María Goiricelaya, codirectora del Festival de Olite. La productora, Cristina Elso, también es navarra y la obra se ensayó en la casa de cultura de Villava antes de su estreno.

"Relato cautivador"

El nadador de aguas abiertas está dirigida por Fernando Bernués, que define el espectáculo como “un relato cautivador” que presenta dos vidas “fortuitamente enredadas por el mar y, en la orilla, la amistad ejerciendo de literal salvavidas...” “Es un auténtico regalo narrativo que a su vez insinúa sugerentes posibilidades escénicas y escenográficas”, apunta el director sobre esta historia que “invita a una poética alejada del realismo”. 

Una historia que han arropado con una escenografía naif, creada por el propio Bernués y “que bien podría tratarse de una instalación de un museo de arte contemporáneo”. En el escenario, “una poética teatral y una aparente ingenuidad que nos asomará a la infinita línea de un horizonte doméstico”, a través de cientos de tradicionales cubos de plástico cotidianos, pero transparentes, que acogerán una playa y sobre los que se proyectarán imágenes del mar y del cielo. Todo, para lograr una atmósfera “cómplice” con el público, comenta.

Música balsámica

Markos Marín y Adolfo Fernández interpretan a los personajes de esta historia original de Adam Martín Skilton. La música, compuesta por el ganador de un Goya Fernando Velázquez y grabada por la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, contribuye, en palabras del director de escena, a transmitir la sensación “balsámica” que contiene la obra.