Libros de todos los géneros, colores y tamaños han sido los protagonistas absolutos durante la última semana en la Plaza del Castillo desde la inauguración, el viernes de la semana pasada, de la IV Feria del Libro de Navarra, organizada una vez más por la Asociación de libreros de Navarra Diego de Haro, un evento imprescindible para los aficionados de la lectura en la Comunidad Foral.

La Feria ha atraído a una diversa multitud de visitantes a lo largo de los 10 días que ha durado, que han estado acompañados de un tiempo muy caluroso y soleado durante toda la semana, sin apenas lluvias ni cielos nublados. Tanto jóvenes, como mayores como familias enteras han ojeado los puestos de la plaza en busca de un libro idóneo con el que sumergirse en el mundo de la literatura durante el verano. “Nos ha acompañado el tiempo, otro años ha llovido muchísimo más. Ha hecho un poco demasiado calor los últimos días pero siempre es mejor el calor que la lluvia y que el frío”, expresó Paula Núñez, de la librería Troa. “El público que pasa por aquí es súper variado, no es como el de la librería, que son más bien personas maduras”, apuntó. 

Giorgia Saiu, de la librería Arcos, también hace un balance positivo de la semana. “Yo creo que ha ido bastante bien. Entre semana más tranquilo, como es lo normal”. Uno de sus aspectos destacados de la Feria es atraer a nueva clientela. “Tienes tus clientes habituales y lo bueno de esto es que viene gente que no te conocía, es bonito porque tienes aquí de todo”, manifestó. Al igual que otros libreros, agradece el buen tiempo que ha hecho durante los últimos días. “Este es mi cuarto año y estoy contenta. El año pasado nos llovió muchísimo. A mí no me fue mal, pero si te llueve todos los días, afecta bastante”, destacó. Saiu contó también que el público que ha recibido es de lo más variado. “Entre semana, por la mañana, hay más gente mayor, por la tarde, más niños. El fin de semana es muy variado. Había bastantes adolescentes interesados”, apuntó, con respecto al interés de los jóvenes por la lectura. Los libros que más ha vendido son La casa de la Orilla, de Daphne du Maurier y la saga de Avni para el público infantil.

Los puestos han exhibido una amplia gama de géneros, satisfaciendo los gustos de todo tipo de lectores, aunque el ensayo, la novela negra y la cultura local navarra han tenido una presencia especial. “Es complicado hacer una selección amplia que abarque de todo en tan poco espacio”, manifestó Patricia Bada, también de Troa. “Hay cosas que se venden mucho un año y que al año siguiente llevas y no se venden”, lamentó Núñez. “O igual algo que se vende muy bien en la librería, piensas que puede salir muy bien en la calle pero luego resulta que te sorprende”, añadió Bada. Este año, afirman haber vendido mucha narrativa y, sobre todo, mucho ensayo.

Una mujer ojea un libro en uno de los puestos de la Feria de la Plaza del Castillo. Patxi Cascante

Por otro lado, Joanma, de la librería Akelarre, en Elizondo, ha traído a la feria temas y géneros concretos. “Hemos hecho una apuesta, que creímos que era necesaria, por secciones como la ecología, la ciencia y el feminismo y ha sido un éxito”, valoró. “Se suele vender best seller, pero nosotros no hemos traído, hemos apostado por algo de más calidad y ha tenido bastante recepción”, añadió, matizando que su público se ha compuesto principalmente de lectores aficionados.

Cambios en la feria

Cabe destacar que este año ha cambiado la orientación de las casetas de los libreros, ya que no todas estaban orientadas hacia la parte exterior de la plaza como en ediciones anteriores, sino que la mayoría de ellas estaban situadas mirando al quiosco. Además, la carpa destinada a los eventos se ha situado en el lado opuesto de la plaza debido a un concierto de percusión que tuvo lugar este sábado en el espacio que esta ocupaba antes. “Estamos muy contentas. Era un año raro por la modificación que hemos tenido que hacer y todo lo nuevo siempre te da un poco de yuyu, pero realmente ha ido bien”, contaba Núñez. Joanma, que participa por segunda vez este año, también está contento con el cambio. “Han hecho una plaza donde ha habido ambiente. Nos han dado la vuelta y la valoración que hacemos con respecto al año pasado es muy positiva”, expresó.

La venta de libros se ha complementado con un programa de encuentros literarios desarrollado bajo el lema A dos voces / Bi ahotsetara, con presentaciones, firmas, mesas redondas y talleres y cuentacuentos para los más txikis en las que han participado escritores locales y nacionales, creando un ambiente educativo y de intercambio cultural. “Hay gente que viene para conseguir que les firmen un libro o porque le interesa especialmente un tema que se trata en una mesa redonda”, explicó Saiu. Es diferente tener sólo puestos de librería a que haya una carpa de actividades que dinamice. Eso siempre viene bien, atrae gente”, añadió. “Me hubiera gustado que viniera mucha más gente, pero sí que han tenido una buena influencia en el público. Está claro que si traes un personaje mediático, esto se llena”, comentó, por su parte, Joanma.