Nueva jornada del Flamenco on Fire en su Escenario siglo XXI, situado en Zentral, y nuevamente con las entradas agotadas; en esta ocasión para disfrutar de la actuación de Raimundo Amador, auténtica leyenda de las seis cuerdas y auténtico referente en lo que a fusión de flamenco y blues se refiere. Nacido en Triana, Raimundo Amador pasó su infancia en el barrio sevillano de las Tres Mil Viviendas. Desde muy joven sintió atracción por la guitarra y comenzó a tocar la de su padre. Conoció a Camarón y a Paco De Lucía, pero no fue hasta mediados de los setenta cuando, ya abducido por el espíritu del rock, conoció a Kiko Veneno y formó junto a él Veneno. Después llegó Pata Negra, junto a su hermano Rafael, y una larga y fecunda carrera en solitario que dura hasta nuestros días. Y un resumen de todo ello fue lo que realizó en Zentral, interpretando clásicos propios y canciones de otros artistas que reflejaron bien su bagaje musical, como intérprete y como oyente.
Suele decir de sí mismo que no se considera ni cantante ni cantaor, pero que sabe transmitir y conectar con la audiencia, que, a fin de cuentas, es lo único que importa. En Pamplona, de todas formas, contó con la angelical ayuda de Ana Fernández, La Boheme, que conquistó a la sala con su voz, llena de sugerentes matices. No hacia falta mucho más, pero lo había: un bajista, Gino Tunessi, pulcro y preciso que, junto al batería, Api Vargas, aportaban aromas de jazz y rythm’n’blues al repertorio. Hubo versiones y temas propios que forman parte de la historia de la música popular de este país, como Hoy no estoy pa’ nadie, que contó con varios solos blueseros, recurso que empleó (con éxito, evidentemente) para colorear gran parte de las canciones. Y es que su condición de cantante será, según él, discutible, pero lo que no admite duda de ningún tipo es su insultante dominio de la guitarra.
Tocaron después una de Pata negra, Camarón, y lo hicieron junto a Emilio Caracafé, que fue quien sustituyó al mayor de los Amador cuando este abandonó aquel proyecto. Lo presentó como su contrario, pero, obviamente, a los dos les une una buena amistad. Sin abandonar la guitarra eléctrica, la cosa se tornó más flamenca con la aparición y el cante racial y visceral de María de los Ángeles Salazar Saavedra, la Kaita, a quien también conoce desde la época de Pata Negra. Los momentos en los que la Kaita estuvo sobre el escenario fueron algunos de los más álgidos de la velada. Tras marcarse un blues canónico, Raimundo se colgó la guitarra española y ofrecieron una preciosista versión del Shape of my heart, de Sting, que hizo que la sala enmudeciera y se recreara en la belleza de la melodía, los arreglos y la voz de Ana. Algo más aguerrida sonó Back to black, relectura del clásico de Amy Winehouse, también traducido al castellano y cantado por Ana.
Regresó la electricidad y el blues, y hasta Raimundo Amador junior (su hijo), se marcó un tema en la batería, El blues de los niños, de Pata Negra. El vástago tocaba con acierto la batería y el padre exprimía y hacía llorar su guitarra. Menuda saga. Incluso la mujer de Raimundo sonreía y aplaudía desde la parte trasera del escenario. El patriarca del clan se quejó en varias ocasiones del sonido, algún acople que, por lo visto, molestó más al artista que a su público; desde luego, en ningún caso el fallo técnico deslució el espectáculo. Casi al final, miembros de la organización del Flamenco on Fire colgaron a los músicos el pañuelico rojo del festival. Con el detalle sanferminero colgado del cuello, se despidieron con una jam dedicada al maestro Sabicas, algunos de sus temas más conocidos (Ay que gustito pa’ mis orejas, Bolleré), y dejando tras de sí dos horas y media de flamenco, blues, alegría y mil cosas más.
CONCIERTO DE RAIMUNDO AMADOR
Fecha: 30/08/2024 Lugar: Zentral. Incidencias: Entradas agotadas. Dos horas y media de actuación. Raimundo Amador (guitarra y voz), Gino Tunessi (bajo), Ana Fernandez “La Boheme” (voz y coros), Api Vargas (batería), y varios invitados.