El Paseo Sarasate también es habitado estos diez días de Encuentros por instalaciones artísticas que provocan asombro y reflexión entre los paseantes.

Allí puede verse la propuesta escultórica Las lechuzas no hacen nido del artista navarro Alberto Odériz, que ha llevado al espacio públicos los huevos de la puesta de una lechuza a una escala mucho mayor que los originales, pero realizados con la misma materia: el calcio.

Los huevos plantean un diálogo con la obra icónica de Prada Poole de los Encuentros de Pamplona de 1972: un elemento nómada y extraño en medio de la ciudad que introduce al ciudadano en algunos de los temas de la edición de este año: la fragilidad del medio ambiente, la importancia de la artesanía o la condición migrante de los humanos.