En abril despedían en directo el álbum anterior, Austral, y en verano han tenido algunos conciertos más. ¿Tocaban ya ahí las canciones de este nuevo disco?

–(Eneko Leza) Hemos estrenado alguno de los temas, pero muy pocos. Hemos ido cocinando las canciones a fuego lento en el local, el proceso natural que seguimos siempre: trabajamos los temas, los pulimos y buscamos fecha en el estudio, con un año vista.

Pero imagino que tendrían el disco muy avanzado para entonces.

–(Eneko Zabalza) Sí, el disco estaba ya totalmente compuesto. De hecho, en los dos últimos conciertos estaba ya incluso grabado. Ahí sí que tocamos un par de temas, un poco porque no nos podíamos aguantar, y también porque es una forma de probar la temperatura de las nuevas canciones. Al ser una banda tan pequeña, tampoco podemos permitirnos el lujo de tener los calendarios tan cerrados, en plan hacer una gira exclusivamente para un disco y a partir de ahí, ya otro disco. Tenemos que adaptarnos y tocar todo lo que podamos.

¿Cuándo se ha grabado el disco?

–(E. L.) Grabamos en junio de este año, con Santi García, en los estudios Ultramarinos / Costa Brava.

Es el tercer disco que graban allí. ¿Qué les ofrece para repetir?

–(E. Z.) Es la tercera vez que grabamos allí, aunque para Aritz González (batería) ha sido la primera vez. Lo que nos atrajo de este estudio fue el tipo de bandas con las que trabaja. Tenemos mucho que ver con gente como Viva Belgrado, Cala Vento… Nos atraía el sonido que sacaban en este estudio. Santi era un productor con el que queríamos grabar, casi lo veíamos como algo inalcanzable, pero se lo propusimos, escuchó una maqueta, le gustó, y para adelante. El primer disco que hicimos con él fue Usura (2019). El único problema, por así decirlo, es que tiene una agenda muy apretada y tienes que coger las fechas con un año de antelación. Las tres veces que hemos grabado con él hemos salido encantados.

Además, al estar el estudio en Cataluña, entiendo que eso les permitirá concentrarse allí una temporada, sin distracciones…

–(E. L.) Sí. Él tiene muy medidos los tiempos, muy optimizados, con una manera de trabajar muy natural. Es muy cercano y se vuelca lo mismo con las bandas grandes que con las pequeñas. Tenemos mucha sintonía. Si vas allá, estás más inmerso en grabar, no en trabajar o en movidas familiares. Estás una semana allí, pensando solo en el disco. Es el sueño de grabar “a lo grande”.

Desde la primera escucha, llama la atención el sonido del disco: crudo, directo, muy potente.

–(E. Z.) Sí. En este caso, la diferencia con otros discos ha sido que este lo hemos compuesto todo en la sala. No veníamos cada uno con ideas de casa, sino que hemos compuesto todo entre los tres, en la sala. Eso se nota en la esencia, es más espontáneo, más directo. Además, es mas crudo porque no hay tanta instrumentación. Somos los tres, como en el directo. Más que poner cosas, las hemos quitado.

Hasta ahora, combinaban canciones en inglés, castellano y euskera, pero este disco lo han grabado íntegramente en euskera. ¿Ha habido algún motivo especial o simplemente ha salido así?

–(E. L.) Ha sido muy natural. Todos habíamos militado en bandas que cantaban en euskera, pero al principio de Virenque candábamos en inglés, metíamos algún guiño en euskera, luego metimos temas en castellano… Esta vez nos ha salido así; Eneko estaba cómodo con el idioma y ha sido una evolución natural.

Curiosamente, el título, Falso llano, es la única frase en castellano de todo el disco.

–(E. Z.) Tiene que ver con el argot del mundo ciclista. Virenque era un ciclista francés y nos hacía gracia que el título fuese la única frase en español de todo el disco, y que además tuviese que ver con el ciclismo. También tiene que ver con la trayectoria de un grupo de nuestro nivel: muchas horas de trabajo, mucha implicación, mucho volcar esfuerzo y sacrificio para, muchas veces, no obtener lo que te gustaría. Tu trayectoria se convierte en una especie de falso llano. Sigues avanzando por una cuesta y tienes que seguir avanzando.

La portada ha quedado preciosa. Ha sido obra de Malmö Illustration & Design, de Elizondo.

–(E. L.) Les hemos dado autonomía total. Les pasamos las canciones y les explicamos el concepto del falso llano, y ellos han hecho la portada. Está bien ver con otros ojos lo que tú has hecho y cómo lo trasladan al arte. Ha quedado muy bien.

Me ha llamado la atención que, en la hoja de promo, aparecen los mayores logros, conciertos delante de mucha gente, otros en el extranjero… pero también incluyen cosas que se suelen esconder, como cuando tocaron sin nadie en el público o cuando tuvieron que pagar después de tocar. ¿Ese es el falso llano del que habla el título?

–(E. Z.) Totalmente. Al final, no todo es de color de rosa. Una banda pequeña es así, a veces tienes que pasar por tragos amargos. El día que tocamos para cero personas fue en Melide, un pueblo de Galicia, pero al día siguiente tocamos en un local autogestionado de Cabezón de la Sal que estaba lleno. Estábamos al lado del público y fue uno de los mejores conciertos de nuestra carrera. Esos contrapuntos son los que hacen que la música tenga sentido para nosotros.

Siguiendo con el argot ciclista, ¿cómo hace un grupo para que no le entre una pájara cuando vienen mal dadas? ¿De qué se alimenta para no desfallecer?

–(E. L.) Básicamente, de la misma música y de lo que sentimos cuando nos juntamos. En la última etapa antes de juntarnos con Aritz, estábamos bastante perdidos, desmotivados… Teníamos un disco muy pesimista que hablaba de lo que sienten las bandas de nuestro nivel, que pasan dificultades, pero luego se juntan y sienten algo, y tocan delante de la gente y hacen que el público sienta algo… Todos tenemos nuestros trabajos, pero la música es un motor que nos ayuda a seguir adelante.

El disco salió el viernes y el sábado hicieron una presentación especial en Lizoain.

–(E. Z.) Sí. Queríamos hacer algo diferente para presentar este nuevo trabajo y se nos ocurrió presentarlo en una iglesia románica desacralizada que ahora se utiliza como centro cultural. Es un lugar que no está adaptado para la música en directo, pero vamos a llevar iluminación, equipo de sonido, de aislamiento, bebidas… Un espectáculo digno de cualquier sala de Pamplona. Es algo único, sobre todo por el entorno, es una iglesia preciosa. Y hemos contado con nuestros amigos de Piedra, que también presentan disco. Creemos que puedeser un hito dentro de la carrera de Virenque. Lo hicimos con taquilla inversa: la gente ve el concierto y al final pagará lo que crea que ha valido.

¿Y después? Supongo que tocar todo lo que se pueda, ¿no?

–(E. L.) Sí. Ahora nos hemos volcado con el concierto de Lizoain, pero la idea es tocar después, claro. El sábado día 16 lo haremos en el XV aniversario de Naparbier (Noáin), a las ocho de la tarde, también con Piedra. Queremos darle vida al disco en directo.