Puede dar la impresión de que el éxito de Alcalá Norte ha sido muy rápido, pero el grupo lleva funcionando desde 2019. ¿Cómo fueron los años previos a la publicación del disco? ¿Confiaban en que el proyecto llegaría a buen puerto?
Quizás al principio, cuando pasó de ser una idea de tres amigos del barrio a una formación con un par de músicos extra, sí que teníamos muchas ganas de que nos fuera bien, como a otras bandas que conocíamos. Estábamos probando y no había una dirección clara, es lógico. No pensábamos que esto pudiese ser una profesión. Esa primera formación se disolvió y los tres amigos que habíamos fundado la banda nos rodeamos de otros músicos. Seguíamos a la deriva. Fue entonces cuando nos cruzamos con el Doctor Rock, que es nuestro actual guitarrista, y nos propuso grabar un disco en serio. Lo produjo él, que estaba seguro de que iba a salir bien y nos dijo que ya le pagaríamos cuando la cosa fuese para delante. Cogimos a otros dos músicos para completar la formación y planificamos una buena campaña de promoción durante varios meses con Balaunka, el sello de Arrasate que nos ha editado el disco. Esa es nuestra historia: un par de momentos de inspiración creativa, dar tumbos por Madrid con algo de entusiasmo por parte del público indie y muchas decepciones y mucha frustración hasta llegar a la gran idea de tomárnoslo totalmente en serio.
Tengo entendido que antes de fichar por Balaunka lo intentaron con muchos otros sellos, pero ninguno se interesó.
Cuando estábamos con la primera formación hubo un par de contactos, pero no salieron. Años después encontramos una agencia que quería editar nuestro disco, estuvimos negociando pero, a la hora de firmar, nos echamos atrás. Después, ya desahuciados, con el disco grabado, empezamos a currar con nuestro manager de ahora, Jose, que envió el disco a todos los sellos de España. Quizás alguno mostró interés, pero Balaunka, que son amigos suyos de toda la vida, ofreció el trato que le pareció más honesto y nos fuimos con ellos.
¿Y han tenido contacto con alguno de esos otros sellos? Más de uno se estará tirando de los pelos…
Sí. Para nosotros es un placer saber que tenemos potenciales socios tan fuertes. Hemos sacado el primer disco, pero llegará el segundo y el tercero, y ahí tendremos que sentarnos a hablar con todos para ver quién nos ofrece la mejor estrategia y los mejores medios. Todos esos contactos pueden llegar a buen puerto.
Cada día se suben 90.000 canciones nuevas a las plataformas digitales. ¿Qué tienen las de Alcalá Norte para captar la atención de tanto público?
No lo sé. Podría repetir tópicos, pero no sé cuál es la clave del éxito. En los conciertos veo peña mayor que nosotros que nos dice que hemos conectado con ellos de la misma manera que lo hacían las bandas de sus años mozos. No lo hemos buscado conscientemente, igual la clave de nuestro éxito es haber replicado inconscientemente las fórmulas de las bandas de los ochenta y los noventa, porque es ese público el que ha respondido. ¿Las canciones tienen algo especial que no tengan las de los demás? No lo sé, yo escucho cosas parecidas a las nuestras. Igual es el envoltorio, nuestras letras, que son más frikis… Pero no creo que eso explique el éxito.
Respecto a eso de que tienen un público de otras generaciones, las influencias de Alcalá Norte abarcan desde Extremoduro hasta grupos de la movida como Décima Víctima o Nacha Pop, pasando por el after punk de The Cure, Joy Division… ¿Cómo llegan a esas músicas? Por edad, no les tocó vivirlas.
En Alcalá Norte, cada uno escucha una cosa, pero es verdad que para definir nuestro sonido concreto decidimos que nos íbamos a inspirar en dos o tres estilos de esa época que comentas. Yo creo que hay mucha peña de nuestra edad que ha hecho el viaje por el rock británico mainstream, desde The Cure a Oasis, pasando por Joy Division y The Stone Roses. No es tan raro. De hecho, en nuestros primeros años de carrera había a nuestro alrededor mucha gente que hacía post punk a la estela de Depresión Sonora. No estábamos tan solos. Lo que no sé es por qué coño hemos gustado nosotros, todavía no me lo explico.
Y esa heterogeneidad de influencias en el seno de la banda, ¿es difícil de manejar?
No, porque aunque cada uno tenga sus influencias, hemos acotado el sonido de Alcalá Norte. Laura, nuestra teclista, que viene del mundo clásico y es la que tiene referentes más alejados al resto, sabe cómo suena el grupo y es capaz de traer melodías y acompañamientos que suenan a Alcalá Norte. La banda tiene vida propia. Desde el primer momento dijimos que íbamos a ser como The Cure, pero con melodías protagonistas desde el teclado más directas y algunos riffs guapos. Eso es Alcalá Norte.
Entonces, ¿hicieron un ejercicio teórico previo para intentar teorizar el estilo que iban a practicar?
Eso lo hicimos en 2020. Desde entonces tenemos las líneas claras y nadie las discute. Por ejemplo, tenemos dos canciones con un navarro, Suneo; la primera que hicimos, que fue 420N, él propuso hacerla como Arteligenia intificial, que la había escuchado y le había molado. En muy poco tiempo, Alcalá Norte se ha convertido en la referencia de Alcalá Norte.
Además de al público y a la crítica, Alcalá Norte ha gustado a artistas consagrados como Mikel Erentxun, Bunbury, Amaral, Los Planetas, Lori Meyers… ¿Cómo sienta eso?
Es brutal. De los que has mencionado, con Bunbury solo hemos tenido contacto a través de internet, pero con el resto nos hemos conocido personalmente y eso mola un huevo. Si todos ellos nos miran y les recordamos a sus primeros tiempos, de entrada me mola, porque significa que tenemos posibilidades de que nuestra carrera sea exitosa, como las suyas. Además, nos dan consejos, nos hacen rearmarnos contra todos los monstruos con los que nos vamos a cruzar. Valoro mucho sus consejos y el cariño que nos dan. Esa recepción por parte de artistas consagrados es una de las cosas que más me mola de haber hecho Alcalá Norte.
Con quien creo que todavía no han tenido contacto físico, y de momento igual es mejor así, es con Liam Gallagher, ¿no?
(Risas) Hombre, esperemos que nuestro primer contacto físico sea cuando los teloneemos en sus conciertos en España (risas). De momento nos hemos limitado a insultarnos por internet.
Llevan un año viviendo la música en toda su intensidad. De lo que han visto, ¿hay algo que les haya decepcionado?
El verano pasado fue muy friki, hicimos algunos festivales muy profesionales, tipo Primavera Sound, BBK Live y alguno más, pero el resto fueron canchas de baloncesto, pueblos perdidos… Fue muy divertido, pero raro. Luego ha venido la gira de salas, que es bastante batallera. La Zentral de Pamplona es la tercera más grande que vamos a hacer, el resto han sido más pequeñas. En cada una tienes un técnico distinto, el público también es diferente, en una hace un calor que te desmayas… siempre hay aventurillas, esto es lo que todo el mundo tiene en la cabeza cuando piensa en una gira de rock’n’roll y estamos encantados de haberla disfrutado con tan buena acogida. Ahora viene la parte más compleja, que será la gira de festivales. Ya no somos unos novatos, tenemos que hacer un set profesional, orientado a gente que igual no nos conoce, con más parafernalia de la industria… Tenemos mucha curiosidad por ver cómo es eso.
Y entre tanto trajín, ¿están teniendo tiempo para componer nuevas canciones?
Ya estamos haciendo cosas. Tenemos tres o cuatro canciones que creo que suenan guapas, en la línea de lo que hemos hecho hasta ahora. Vamos a tener un par de meses para ensayar los festis y también dedicaremos tiempo a la composición. En 2025 queremos hacer un disco nuevo, luego ya los managers dirán cuándo sale.