Cientos de personas se reunieron horas antes del concierto de Lenny Kravitz en el Navarra Arena para calentar motores antes de que el neoyorkino hiciera rugir su Gibson Les Paul en el escenario. Los bares de los alrededores del recinto se abarrotaron de fans ansiosos por ver a una de las leyendas del rock y el blues. Algunos tomaban alguna cerveza para afinar sus gargantas. Otros aprovecharon para llenar la tripa antes de entrar.
Once amigos canarios vinieron a disfrutar del concierto en Pamplona. A pasar el fin de semana desde la isla de La Palma. Javier Rodríguez y Luis Jiménez son íntimos amigos. “Hemos venido toda la cuadrilla desde la Palma en Canarias. En realidad las fans número uno son nuestras mujeres”, ríen. “Cuando estuvimos viviendo en Múnich le vimos dos veces y nos encantó. El plan es salir luego algo de fiesta, hemos venido aquí todo el fin de semana a pasarlo bien”, señalan.
Iñaki Itza Bengoetxea, de Muxika, y Héctor Lertxundi, de Ondarroa, han compartido ya muchos conciertos juntos. Los vizcaínos aman ver a los últimos rezagados del rock clásico. “Venimos porque es un clásico, una estrella que hay que ver alguna vez en la vida”, admiten. “Hemos venido desde Bizkaia a pasar el fin de semana con las parejas, a disfrutar del concierto y salir un poco de fiesta”.
Elisa Migliorini, del Valle de Aosta en Italia, ha venido a Pamplona con un plan diferente: una despedida de soltera. Cogieron este viernes un vuelo a Madrid y un coche a Pamplona para aprovechar la fiesta entre amigas con buena música. "Nuestra intención era ir de fiesta, pero cuando vimos que tocaba Lenny no nos lo pensamos", señala. "Me casé recientemente y tocaba pasar un fin de semana de fiesta con las amigas", ríe la italiana.
Aunque sea un evento internacional, los pamploneses también tienen un hueco en el Navarra Arena. Cristina Hernández acudió a la cita con sus amigos de la Txantrea a disfrutar del concierto. "Lenny es un mítico, hay que venir a verlo cuando viene a casa", asegura. "Esta música siempre ha estado en nuestra vida así que queremos pasarlo bien y disfrutar de uno de los grandes en Pamplona", añade.
Media hora antes del concierto, cayeron chuzos de punta. Sin embargo, la gente ni se inmutó. Con su cerveza en la mano, entraron todos en tromba al recinto para disfrutar de una noche mágica.