"Los primeros treinta minutos son como una oda a la luz de África”. Así describe Ángel Rojas el comienzo de Fronteras en el aire, espectáculo con el que el Teatro Gayarre celebrará este año el Día Internacional de la Danza. La función se adelantará unos días a ese 29 de abril y tendrá lugar este viernes, día 25, a partir de las 20.00 horas, y las entradas tienen un precio de 16 y 12 euros.

“Hay motivos para celebrar; desde el sector se está dando un fuerte impulso a la danza y las instituciones están teniéndonos en cuenta cada vez más”, dice, optimista, Rojas. “Poco a poco, está dejando de ser la hermana pobre de las artes para reconocerse como lo que siempre ha sido: un arte universal que podemos compartir con todo el mundo porque no implica el uso de la palabra”, agrega.

Así, y aunque todavía “llevamos retraso con respecto a nuestros colegas franceses, ingleses o alemanes”, el posicionamiento de esta disciplina tan diversa va en aumento. “Este es uno de los países más ricos en ese sentido, con infinidad de danzas de raíz, y ahora nos toca a nosotros ponerlas en valor y transmitirles el mensaje a las instituciones de manera coherente, correcta y firme”, haciéndoles entender que el teatro y la danza “son imprescindibles en cualquier teatro”.

"Dirijo porque soy más útil para los demás de lo que lo soy para mí mismo”

Ángel Rojas - Director artístico y coreógrafo de 'Fronteras en el aire'

Trilogía flamenca

Con la misma reflexión con la que defiende su arte, Ángel Rojas construye su carrera. El año pasado dejó de bailar oficialmente para dedicarse a la dirección artística, su pasión. “Soy feliz poniendo mi experiencia al servicio de las creaciones. Dirijo porque soy más útil para los demás de lo que lo soy para mí mismo”, confiesa. “Después de 36 años dando varias vueltas al mundo, me retiré del escenario siendo muy consciente de lo que hacía. Entiendo la labor del director como la de una persona que trabaja con amor y cariño y anima a la gente a volar para que suelte su arte y su creatividad”, sigue. 

Sabedor de que el ego es “muy importante para un artista”, él ya no lo tiene, al menos como intérprete, “y sé manejar el de los demás”. Porque “te puede matar o llevar a la gloria; por eso dirijo y, sinceramente, creo que en España sobran coreógrafos y faltan directores”, afirma. Además, cuando echa de menos bailar, “me calzo las botas y bailo solo, que es como empecé” hace más de tres décadas en Móstoles, donde ahora también enseña. “Quiero ser útil a los demás, dejar un legado; si no, al final, el éxito se queda en una noche y se va por el sumidero de la ducha en cuanto acabas la función”, sostiene.

Pensando en legar un patrimonio artístico e ideológico propio, creó Ángel Rojas Dance Project, un proyecto con clara orientación humanista y social que quiere establecer un diálogo con la ciudadanía. De esa base nació la trilogía Geografía flamenca del pensamiento, con un primer capítulo titulado Ser baile y una segunda entrega que es la que podrá verse este viernes en Pamplona.

Flamenco comprometido

En este Fronteras en el aire, Rojas respira “un compromiso muy importante para mí”, por “mi forma de entender la vida, el mundo” y de acoger, “de manera positiva”, al diferente. “Hoy hay tantos discursos de odio incomprensibles dirigidos hacia las personas migrantes y hacia cualquier ideología o pensamiento distintos, que me parecía importante plasmar esa indignación que sentimos quienes no pensamos así”.

Por eso impulsó este proyecto “en equipo” que les llevó dos años y medio de investigación, “el proceso creativo más largo de mi carrera”. “Queríamos indagar y dar voz a las personas migrantes, que sus testimonios estuvieran presentes en el montaje, para mostrar que no hace tanto tiempo éramos nosotros los que estábamos en esa situación y que, hoy en día, ellos nos han traído riqueza económica y cultural”. Muchos de ellos, además, huyen de conflictos y amenazas, “y se encuentran en nuestro país para convivir y prosperar con sus familias”.

Ángel Rojas está especialmente sensibilizado con esta problemática. “Mi familia también es diferente; tengo un marido y tres hijos educados en la tolerancia que proceden de Haití y de Costa de Marfil”, comparte. De ahí Fronteras en el aire, que colma también la necesidad de “enseñar a las personas que vienen de fuera quiénes somos a través de nuestra cultura”, mostrándoles, asimismo, “cómo el cante, el baile o el toque pueden ser útil para ellas”.

  • La obra. Fronteras en el aire.
  • La función. Viernes 25 de abril, a las 20.00 horas, en el Teatro Gayarre.
  • Dirección artística y coreografía. Ángel Rojas.
  • Elenco. Helena Martín (artista invitada); bailarines: Lorena Oliva, Marta Nogal, Marina González, Arancha Hoyos, Ángela Carbajo, Marta Bonilla, Susana Algora, Pilar Díaz, Marina Walpercín, Jorge Morera, Borja Martinez, David Palacios, Lucía Ramírez. 
  • Una partitura común. La composición musical corre a cargo del compositor de música electrónica José Romero y de los autores flamencos José Ruiz Bandolero y Joni Jiménez, así como de la cantante de Guinea Bissau Alana Sinkëy. Todo ellos actuarán en directo marcando el pulso de la obra y compartiendo sus experiencias desde una partitura común que fusiona las dos culturas para generar un lenguaje único.

La compañía ha puesto, en ese sentido, “todo nuestro corazón” en este proyecto, y, a la vez, ha colocado “un espejo frente al público”. “Hay cinco artículos de la Carta de los Derechos Humanos que son demoledores, que están presentes durante la función, y que buscan ir más allá de conmover a los espectadores”. Porque, si bien la emoción cruda está muy presente, “también queremos que, al acabar, la gente no solo se vaya a tomar un vino y ya está, sino que le dé una vuelta a lo que ha visto”.

Una escena del espectáculo.

Una escena del espectáculo. Beatrix Molnar

Los sonidos de África

En defensa de esa pluralidad, el espectáculo propone un mestizaje de flamenco con los sonidos y las danzas africanas. “Tenemos la suerte de contar con la cantante Alana Sinkëy, de Guinea Bissau, una estrella de la música africana que se ha involucrado en este proyecto de una manera muy bonita; ya veréis qué belleza genera esa mezcla entre su voz, el flamenco y los movimientos contemporáneos”, promete. “Todo esto nos ha hecho merecedores de tres candidaturas a los Premios Max, que, además, este año serán en el Gayarre, así que si conseguimos ser finalistas, ahí estaremos de nuevo y tan felices”, concluye Ángel Rojas.