El recorrido vital de Abel Azcona ha estado marcado por el dolor del abandono y la ausencia materna, por la violencia estructural y el trauma, por la búsqueda de la identidad propia y la resistencia. De forma más reciente, también por el reencuentro. Esta sucesión de experiencias y procesos que a su vez han forjado la prolífica obra de un artista “radicalmente autobiográfico”, como él mismo se define, han dado como último fruto Monumento a la familia, una “apabullante” y “brutal” exposición que recala desde el viernes 27 de junio en el Depósito de Aguas de Montehermoso, en Vitoria-Gasteiz.
Así la ha calificado Daniel Castillejo, comisario de la muestra, que ha acompañado a Azcona durante la presentación de su trabajo en el centro cultural gasteiztarra, un “gran útero” que constituye el “espacio ideal” para acogerla. Para verla, además, “varias veces”, pues es “de lenta digestión”.
Performance, instalación, dibujo, fotografía
El artista presenta un crudo recorrido por los principales episodios que han atravesado su vida y su obra, valiéndose de la performance, la fotografía, la instalación o el dibujo. Partiendo desde su nacimiento en 1988 en una clínica de Madrid pese a que su madre, una joven prostituta y adicta a la heroína, había luchado para que no viniera al mundo intentando abortar hasta en tres ocasiones.
Recorriendo después una infancia y una juventud marcadas por los abusos, por un secuestro, por la “búsqueda continua” de su progenitora o por un intento de suicidio cuando aún no había alcanzado la mayoría de edad. Pasando también por el reencuentro con esa madre biológica, Isabel, hace hoy apenas tres meses en el Círculo de Bellas Artes.

La exposición contiene piezas ya referenciales de Azcona como La savia, Empatía y prostitución, Exégesis de la madre o Volver al padre, así como otras producidas específicamente para Montehermoso, y traza una línea temporal hasta el momento actual, en el que el artista siempre se encuentra “en medio” del proceso, ofreciendo su particular mirada al entorno familiar.
'Archivo Azcona'
Un proyecto “muy personal” y “duro”, según subraya el propio Azcona, que podrá disfrutarse además en “una de las salas más espectaculares” que él mismo ha tenido la ocasión de conocer, y no han sido pocas tratándose de un referente internacional del arte performativo. Un espacio que, como curiosidad, se encuentra a medio camino de Getxo, donde a día de hoy está el estudio del artista, y Pamplona, la ciudad en la que se crió y que también hoy considera la suya.
Monumento a la Familia va a completarse con otra muestra en la anexa sala Jovellanos de Montehermoso. Bajo el título Archivo Azcona. Proyecto para un monumento, recogerá una notable cantidad de material documental acompañado de piezas audiovisuales que el artista ha ido recopilando a lo largo de su vida.
Ambas exposiciones, “un cuerpo de trabajo profundamente autobiográfico, político y visceral”, según la concejala de Cultura de Vitoria-Gasteiz, Sonia Díaz de Corcuera, abrirán al público hasta el 28 de septiembre. Se trata, también en palabras de la edil, de “una síntesis vital, un proceso de reconciliación y de enfrentamiento con su propia historia y con los sistemas de poder que ha desafiado desde el arte”.